02-02-2012
(Iglesia del pueblo)
Jesús:
Así como consuelas a NN.
Una señora vecina que me he encontrado ahora mismo, y me ha invitado a un
café. Tiene depresión).
Así como la consuelas, quiero que me consueles a Mí, quiero que consueles a mi
Madre.
Consolad a María. Consolad a Jesús.
Estoy triste. La tristeza me invade al ver todas esas almas que se pierden porque
quieren, camino del Abismo.
Como tu amiga te dice: “estoy falta de compañía”, me falta vuestra compañía, y la
tristeza me embarga de Dolor.
Mi vida languidece en el Sagrario. Y tengo la tristeza que podría tener un hombre
con una depresión. Soy compañero de los que sufren soledad. Me identifico con
ellos. Mas ellos, muchas veces, no saben que Yo deseo su compañía. ¡Si supieran
cuánto los necesito! Estoy seguro que su tristeza acabaría, y se tornaría, poco a
poco, en gozo.
¡Porque Dios te necesita! Porque Dios, ¡es Compañero de fatigas tuyo!
Si vinieran aquí, amada… si vinieran aquí, al Sagrario, y me “echaran una
lagrimita”, desde el corazón, desde su corazón, con pureza de intención y con el
corazón abierto a recibirme, ¡sábete, hija!,
¡sábete y díselo!, por favor: YO LES
COLMARÍA DE GOZO.
¡Oh…! ¡Qué pasa que no vienen! Oh, hija, ¿no lo saben? ¡Yo les necesito! Mi
Corazón les desea tanto como ellos me desean a Mí. O más. Infinito más.
Te digo esto porque ¡ellos me desean!, sin saberlo… Desean el Gozo y la Felicidad.
Y el Gozo y la Felicidad: SOY YO.
¡Oh…! ¿Tengo que ver cómo se mueren? ¿Cómo su vida va languideciendo, hasta
morir? Sábete que mi Corazón muere de pena por esto.
¡Que vengan! ¡Díselo!
¡Oh, Jesús!, ¡mi Amado! ¿Cómo vas a estar Tú en la situación como de un
depresivo? ¡Jesús! ¡Tú eres Dios!
Yo Soy Dios. Y Soy Hombre. Y cargué con todo el pecado de los hombres.733
La depresión no es un pecado, no. No lo entendáis mal.
Digo que este sufrimiento, soportado por vosotros, ¡también me corresponde!
¡También es Mío! Porque Mío es todo lo vuestro.
Yo Soy el Todo. Y el Todo ha querido asumir para Sí el sufrimiento. Mío es el
Sufrimiento.
¡Y Yo lo sublimo!
¡Y Yo lo elevo!
¡Y Yo lo Amo!
¡Y Yo lo sano!
¡Venid a Mí, si queréis ser sanados! ¡Venid a Mí!
Oh, venid a Mí, ovejas, venid a Mí. Yo Soy el Buen Pastor.734
Ven, oveja vendada y herida. Ven… Yo sabré curarte. Ven, te cuidaré y te curaré.
Ven: reposa aquí, junto a mi Pecho. ¿No sientes el Calor? Estás helada. Casi te
mueres de frío. Pero alguien te ha dicho que en Mí está el Poder de Sanarte, de
Librarte. En Mí está el Amor. Aterida como estás, de frío, recupera junto a Mí, en
mi regazo, el Calor.
Y si quieres ser más, aún más: ven, y penetra dentro. Dentro de
este Horno Ardiente. ¿No ves que se abre para ti? ¿Sabes? Si vienes, tu Dios estará contento. Consolarás así a vuestro Dios. Vuestro
Dios… que sufre tanto al veros sufrir. ¡Oh, si aunque sólo hubiera una que viniera!
¡Oh, qué Feliz! ¡Cuán Feliz!
¿Nadie te había dicho, amada, oveja amada, que tú eres imprescindible para Dios?
Eres imprescindible para Dios. Dios quisiera disponer de ti. De tu consuelo. De
todo lo que tú podrías darle.
Ven. ¿Por qué no vienes?
¿Miedo? ¡Oh, Amada! Si Soy el más Bueno de los Amantes. Ven. Te prometo que
te mostraré qué hace Dios-Amante con su amor-de-criatura.
¿Miedo…? ¿Miedo a Dios? ¡Oh… no me conocéis! Oh, ¡lloro al ver cómo os han
alejado de Mí!, hablándoos mal, ¡mostrándoos lo que no Soy!
Venid a comprobarlo vosotras mismas. Os costará al principio. Sí. El Demonio
pretenderá que no perseveréis en la oración ante el Sagrario, ante el Santísimo.
Hasta sudaréis.
Pero pensad: aún no habéis sudado Sangre, como Yo.735
Uníos conmigo. Uníos a Mí. Dadme un voto de confianza. Y YO HARÉ. Yo Lo
haré. Lo haré en vosotros.
Pero primero venid. Si no venís, Yo no os puedo salvar.
Di: te adoramos, Cristo.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz, Redimiste al
mundo. Amén.
Amén
733 Cfr. Is 53,4ss.
734 Cfr. Jn 10,11.14.
735 Cfr. Hb 12,4
No hay comentarios:
Publicar un comentario