Introducción
Estando sumergida en profunda oración, le fueron manifestadas a un alma privilegiada las siguientes promesas del Señor a quienes no reciban su Sacratísimo Cuerpo en la mano. Se ha decidido por ahora, velar la identidad de esta persona, debido a que todo es reciente.
Nota Preliminar
Estas revelaciones, por su novedad, no han sido aún aprobadas por la Jerarquía oficialmente. Por consiguiente, no se exige la fe en ellas. Simplemente damos constancia de una realidad, y en todo nos sometemos al juicio y dictamen de Nuestra Santa Madre Iglesia, en conformidad con el decreto del Papa Urbano VIII.
Advertencia
Entiéndase bien que las promesas quedan invalidadas para todo aquél que comulgue en pecado mortal, pues de Dios no se ríe nadie. También incurrirá en delito quién a conciencia, mastique la Hostia o la triture entre los dientes.
Promesas de Nuestro Señor Jesucristo
1.. A quienes se abstengan de hacer uso de recibir con sus manos mi propio Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Yo prometo colmarles de mayores bendiciones en sus manos, corazón, alma y en todo su ser.
2.. Les prometo muchísimas más gracias en su peregrinación en la Tierra, con las consiguientes mayores garantías de salvación y de aumento de gloria esencial y accidental, por todo su vivir eterno conmigo en las moradas celestiales.
3.. Me sentirán en la Comunión tan en todo su ser y con tantísima plenitud, que se les quite el deseo natural de tocarme.
4.. Quienes así obrasen, con constancia, recibirán grandes gracias Mías y grandes beneficios para toda su casa.
5.. Prometo asimismo, a quienes debidamente hagan lo que más deseo, especialmente poderes en sus manos contra los enemigos del alma, y a muchos daré dones de curación.
6.. Yo prometo que, si así proceden con perseverancia, llegarán en todo con mayor intensidad, a buscar sólo mi mayor Honra y Gloria, y Yo los ensalzaré especialmente por toda la eternidad.
7.. También concederé así, a los que por amor a cumplir todos mis designios, se abstengan de recibirme en sus manos, por mayor adoración, humildad, y santo respeto, el don de discernimiento de espíritus con mayor intensidad.
8.. Sus nombres estarán escritos especialmente en mi Corazón, si, por darme mayor gusto comulgan debidamente en la lengua y no en la mano.
9.. Prometo también que les aumentaré todas las virtudes, como recompensa a esa mayor humildad que supone el no reconocer nunca limpias sus propias manos para tocarme.
10.. Prometo además que propagarán fielmente mi Doctrina, y que vencerán con más facilidad toda clase de tentaciones.
11.. No distanciarán de Mí a las almas, aquellos que me reciban en la lengua y no en las manos, si lo hacen con la debida reverencia, y viven así durante cada uno de los días de su vida.
12.. Prometo también que no tendrán las puertas cerradas para Mi Amor quienes, por delicadeza hacia mi gusto, me den consuelo recibiéndome debidamente siempre en la lengua y nunca en sus manos.
13.. Si así perseveran, por más agradarme, comulgando en la lengua, les prometo llegarán a obrar sólo por mi Corazón, con mi Corazón, en mi Corazón, para mi Divino Corazón.
14.. Así mismo prometo, a quienes de esta forma me honren, ser por mi Corazón muy intensa y complacidamente escuchados.
15.. Si en esto tan importante para Mí, me dan el mayor gusto, gustarán siempre, por mi Amor, el seguir mis divinas mociones, y Yo los recrearé especialmente, como prueba de mi complacencia en ese hecho de que comulguen siempre directamente en la lengua y nunca en sus manos.
16.. Estos tales harán siempre mucho mayor bien a las almas, en cambio, quienes insistan en el deseo de tomarme, sin más, en sus manos, estarán endurecidos en muchas cosas hacia mi Voluntad, y oscurecidos acerca de mi propio gusto, de mi propia predicación, de mi propio Magisterio.
17..Todo lo contrario, a quienes tiemblen en sus manos y no toquen la Forma Consagrada, se preparen especialmente en todo su ser, y a la hora de tomarme en comunión, me pidan que sea Yo sólo y nada ellos, prometo la gracia de llegar en breve a una altísima perfección cristiana, buscarán mi Rostro con mayor amor, se olvidarán más fácilmente de sí mismos, tendrán siempre mi Corazón consolado por este gesto, recibirán mayores luces celestiales y tendrán mayor alegría en mi Corazón por los siglos de los siglos.
Promesas a Quienes Difundan Éste Menmsaje
1.. Prometo el don del conocimiento de los corazones, a los que divulguen estas promesas.
2.. Alcanzarán una Gloria excelsa en el Cielo.
3.. Tendrán larga vida espiritual, aunque no siempre material, pero en pocos años, como si hubieran vivido muchísimos años de santidad.
4.. Colmaré de grandes bendiciones a sus familiares.
5.. Prometo además, que cuanto más la hagan conocer, más me derramaré en ellos.
6.. Les haré sentirme a Mí de modo inefable, en una plenitud creciente.
7.. No les permitiré las empresas que acometan, si no son de mi agrado.
8.. Pondré en su camino Luz suficientísima para que, con una sobreabundante asistencia Mía, eviten lo malo y hagan, no sólo lo bueno, sino lo que más me agrada.
9.. Les daré aún mayores gracias, incontables, si las extienden con fervor: Considerad una gran omisión no dar a conocer mis propias promesas.
Declaración: En la A.A.S del 29 de diciembre de 1966 ha sido publicado un decreto de la Congregación por la Fe, por el cual esta permitido difundir sin imprimatur, escritos relativos a apariciones y revelaciones, así como su traducción a otros idiomas.
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