«Lynda (de Escocia) nos comparte este notable testimonio ocurrido en su familia. Su hermano Patrick estaba esclavizado por el alcohol y el juego:
“Mi hermano menor, el más pequeño de la familia había sido un niño muy bueno, obediente, tranquilo que sabía divertirse sanamente. A los 18 años se fue de casa para ingresar a la universidad y seguir sus estudios de medicina. Allí frecuentó todas las pandillas de jóvenes y los clubes nocturnos de los alrededores. Iba de fiesta en fiesta con sus amigos y se daba verdaderamente la gran vida. Bebía en exceso y también estaba atrapado en el juego”.
“Después de haberse graduado de médico comenzó a trabajar en un hospital, pero no le iba bien en su carrera. Mi familia y yo nos preocupábamos mucho por el tiempo que le dedicaba al juego. Habíamos intentado hablar con él, especialmente yo que soy su única hermana mujer y además su madrina. Lo visitaba frecuentemente en su departamento para ayudarlo con sus finanzas y el manejo del dinero, en síntesis para intentar volverlo a colocar en el ‘buen camino’, ¡pero era en vano!”
“Muy inquietas por él, mi madre y yo decidimos ir a Medjugorje en octubre de 2012. Nos dirigíamos hacia la tumba del padre Slavko, cuando mi madre me dijo: “¡Mira! Allí está sor Emmanuel. Voy a pedirle que ore por Patrick”. Y así lo hizo. Sor Emmanuel le replicó: “Para vencer tales batallas, ¿qué pide la Virgen?” “Oración y ayuno”, contestó mi madre. Entonces sor Emmanuel le dijo: ‘Haga bien la parte que le corresponde a usted (no a medias), es decir ore Y ayune por su hijo; y Dios también hará su parte. Por medio de la oración y el ayuno podrán obtenerlo todo, dijo la Virgen’”
“Cuando mi madre me repitió las palabras de Sor Emmanuel, mi primer reacción fue: ‘Gracias a Dios, ¡la hermana no me pidió esto a mí!’ Sin embargo cuando regresamos a casa, además de orar, ambas comenzamos a ayunar a pan y agua por él los miércoles y los viernes; y fuimos testigos de un verdadero milagro”.
“En efecto, ¡hace más de dos años que mi hermano está totalmente liberado de sus deudas! Ha progresado mucho en su carrera; tiene buena reputación como médico y ha comenzado un proyecto que podrá hacerlo progresar aún más. Ahora sólo muy esporádicamente toma bebidas alcohólicas: un vaso, alguna que otra vez y eso es todo. Lleva una vida muy sana, practica su fe y tiene una novia maravillosa”.
“Anteriormente cuando intentábamos hablarle todo caía en saco roto. El ayuno tuvo el poder de quebrar algo en él que ni mi familia y yo habíamos podido lograr por medio de la palabra y la oración. La incorporación del ayuno fue determinante en su sanación. A pesar de que mi hermano había crecido en una casa llena de fe y de amor, la oración acompañada del ayuno fueron necesarios para rescatarlo”.
El testimonio de Lynda llega al corazón de muchos ahora cuando el índice de las dependencias está en aumento. ¡Alcohol, drogas de todo tipo, prácticas sexuales desviadas, juego, etc. están destruyendo a tantas familias! Quienes no estén verdaderamente convencidos de los beneficios del ayuno unido a la oración, del cual Cristo habla en el Evangelio y María en sus mensajes, que lo intenten de todas formas. No tienen nada que perder y al contrario, mucho por ganar.»
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