04-12-2003
Virgen:
¡Hola, niña!
Estáis muy dentro de mi Corazón, acampando en Él porque la Tienda es María. Es
el lugar del Encuentro, del Encuentro con Dios. Así no sólo estáis protegidos, sino
que estáis unidos íntimamente, estrechamente a Dios. Participando íntimamente de
Mí, de mi Calvario y mi ilusión y mi Amor por Dios. Calvario de mi Corazón. Así
aprenderéis a amar a la Eucaristía. Amándola como Yo la amo. Siendo unos
Conmigo, así seréis unos con Cristo.
Sí, y entre vosotros también unión. Porque los que participan de mis Dolores y mis
Dones, a ésos los uno estrechamente entre sí y para Mí. Siendo así para Dios.
Quisiera mirar y veros uno. No pequeñitas individualidades, cada cual con su vida
propia a parte del resto. No. Uno. Uno como Cristo y su Cuerpo Místico. Uno como
el Amor.
Cuando miro y veo divisiones, sábete, hija mía, que esto entristece mi Corazón. Lo
entristece mucho. Porque os he llamado a la unidad en el Amor, en el Amor a
Cristo, a Jesús.
Mira, si participáis de la misma vida eucarística, estáis comiendo del mismo
Cuerpo y la misma Sangre, latiendo al unísono entre sí y cada uno olvida su
idiosincrasia y se basa más en el otro, y le mira más para agradarle y para amarle,
obedece a quien tiene que obedecer dócilmente y olvida su egoísmo.
Si todos, sin
distinción, sois personas eucarísticas, veréis reducir hasta desaparecer las
diferencias entre vosotros, y podréis amaros más, verdaderamente como tiene que
ser, según Cristo, según Dios y según su Iglesia en María, su Madre.
Mirad, acampados en mi Corazón, siendo Yo la Tienda, podré lanzaros a conquistar
las más tremendas batallas. Podré advertiros y podré educaros. Os dejaréis
mansamente conducir por Mí hacia sus moradas celestes.
Hija mía, Margarita, mira la Devoción a mi Corazón.
No es en complicadas
novenas en la que Yo quiero basarla, aunque esto os ayude al principio: es en un
entregarLe la vida sin esperar nada a cambio y sin reservarse nada.
Escucha, amarme a Mí es defender la Eucaristía, porque es mi Hijo del que estoy
hablando, y una Madre siempre defiende a su Hijo, y más si éste es el Mesías, el
Señor. Amarme a Mí es amarle a Él y defenderle, por consiguiente, a Él.
Mirad, la Eucaristía necesita de vuestro martirio con Él para completar la
Salvación. Digamos que al ser uno con el Cuerpo Místico, os hacéis tan semejantes
a Él que, como Él está sufriendo tortura en su Eucaristía, su Cuerpo Místico, voluntariamente, la sufre con Él y se lanza al martirio por su Nombre. A
defenderle.
No es que vosotros impidáis que se llegue a su Profanación en totalidad, porque
esta Profanación Mística de Cristo en su Eucaristía tiene que venir, pues está
anunciado y escrito para la salvación de los Tiempos.784 No es que podáis impedir
la Abominación de la Desolación, pues ésta vendrá.
Es que lo que quiero es que os
unáis a su martirio actual que está teniendo lugar en su Eucaristía. Quiero que os
unáis a su Sacrificio para poder completar su Pasión y así salvar al género humano.
Quiero que completéis en vosotros lo que le falta a la Pasión de Cristo,785 pues
aunque completa e infinita por ser de Dios, está incompleta sin vosotros. Porque así
le ha parecido bien.
¿Qué piensas, que esto es largo?786 No, hija, no es largo para los del Amor, que
beberán de él, porque lo necesitan. Necesitáis que se os aclaren muchas cosas, pues
el mundo está en tinieblas y ha olvidado la Luz, y no la sabe reconocer.
Al defender la Eucaristía, seréis martirizados en Ella. Pisoteados, igual que a Ella.
Hechos añicos, y de vuestra savia brotarán nuevos santos. Como las aceitunas en el
lagar. ¡Oh, sí! Huerto de los Olivos tan amado por Mí. Que fue el lugar de tortura
de vuestro Creador y donde os dio la vida.
Se pisotea la Eucaristía actualmente. Se pisotea en vuestros días la Eucaristía. Y
todavía más lo iréis viendo que se hace, todavía más. ¡Desead morir con Él para
vivir con Él!
¡Ah! ¡Si Yo estuviera en la tierra, me dejaría matar una y mil veces, todas las que
viera que se profanaba este Sacramento! ¡Ah, hijos! ¡Qué muerte más dulce!
Mártir de la Eucaristía.
¿Me refiero a vuestro martirio de Sangre? Algunos sí, no todos. Cruento o
incruento. Martirio encubierto para algunos, pero martirio.
Por defenderme, por defenderle.
784 Cfr. I M 1,54; Dn 9,27; 11,31; Mt 24,15; Mc 13,14.
785 Cfr. Col 1,24.
786 Pensaba que podían opinarlo otros.
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