28-03-2004
Virgen:
¡Cuánta falta de amor! ¡Cuánta falta de amor!, hija. Tú pon amor allá donde vayas.
Es que no amáis a mis sacerdotes, no los amáis. No los veis como los
representantes de Cristo, no les apoyáis. Habéis hecho eco de las maledicencias con
respecto a mi Iglesia y juzgáis a todos por el mismo rasero. No sois capaces de ver
dónde está el verdadero representante de Cristo.
Déjame decirte una cosa, hija: si
ellos (los sacerdotes) vieran en vosotros verdadero amor, no serían como son y no
caerían sobre mi Iglesia las maldiciones. El desamor llama al desamor. El mal al
mal. Pero si por el contrario vencierais al mal con el bien,833 veríais la conversión
de mis ministros al bien y con ellos toda la Iglesia a su vez. Porque el bien llama al
bien, el amor al amor.
¿Lo ves, hija, cómo no se puede echar la culpa al clero de todo el mal que aqueja a
la Iglesia de España? La Iglesia la formáis los feligreses. La Iglesia somos todos.
¡Tened amor! ¡Tened amor a vuestros sacerdotes! Veríais cómo se haría resurgir de
las cenizas a la Iglesia, ya naciente.
¡Oh! ¡No apaguéis los rescoldos! ¡Amad!
¡Amad! Avivad el fuego, avivad la llama del Amor.
Hija, ¡hija! Yo también lloro. ¡Qué poco amor! ¡Qué poco amor hay en vosotros...!
Ese frío que sientes que te cala hasta los huesos, he ahí el frío de vuestros
corazones.834 He ahí el frío que sienten mis ministros al intentar penetrar en
vuestros corazones. Corazones muertos al amor...¡Oh, falta de amor! El mundo está
helado, hija, está helado de amor.
Poned amor.
Tú intenta siempre poner amor. Que allá donde vayas seas como una
estufita alrededor de la cual quieran estar los que nadie quiere, los que todos rechazan. Sí, tengo entre mis ministros muchos pobres indigentes faltos de amor, a
quienes todo el mundo rechaza. Ven el rechazo de las gentes. Así es muy fácil que
Satanás les tiente, ¿sabes?
Piensan: “Si cambiamos y nos ‘modernizamos’, nos
atenderán más, volverá la gente a la Iglesia.” Es la tentación que les sugiere el
Maligno al verse tan abandonados de todos. El hombre solo y desamparado es
buena presa de la serpiente. Ellos habían centrado en los demás el amor. No lo
centraron en Dios, no. Y la serpiente pudo entrar en sus vidas arrastrándolos a
todos. Equivocaron el camino. ¡Oh, si encontraran en vosotros, fieles, personas que
les recordaran lo que hay que ser!
¡Sí! ¡No hagáis concesiones! ¡Sí! ¡La Verdadera Doctrina! ¡Recordádsela!
¡Recordádsela!835 Pero con Amor. ¡Oh, sí! Con Amor.836 Sed ejemplo, hijos, para
los sacerdotes. Y amadles mucho, sí, amadles mucho.
Yo os amo. Os amo a todos. No distingo entre pecadores y santos, os amo a todos,
os amo igualmente a todos. Haced vosotros lo mismo.
833 Cfr. Rm 12,21.
834 Hacía la oración con frío.
835 Enérgica
836 Suave
03-04-2004
Jesús:
Jesús, ¿por qué has hecho a tantos hombres y que te podamos herir con
nuestros pecados?837
Yo os amo. Os hice por Amor y para que amarais. Cada uno distinto como flores
diversas en un jardín hermoso. Cada uno dando Gloria a su manera a su Creador.
Pero en lugar de darte Gloria, Jesús, te herimos con nuestros pecados.
También podéis amarme. Probadlo.
¡Oh! ¡Qué Dulce y Hermoso eres, Jesús mío!
¿Crees que los hombres lo saben?
¡No lo saben! La mayoría
¿Querréis decírselo? Os están esperando.
¿Cómo llegar a ellos, Jesús, si están tan cerrados y rechazan de pleno la
religión y a la persona religiosa?
Por el dolor. Mirad que vienen días – oráculo del Señor – en que el dolor de los
hombres se asemejará al de la viuda o al del niño huérfano. Al del pobre y al del
indigente que lo ha perdido todo. Al dolor del asesino de su propio hermano o del
parricida. La gente llevada toda a ese extremo del dolor, se volverá entonces a la
religión, tratando de buscarle un sentido a su vida sin asideras. Acudirán a vosotros
porque, ¿quién tiene las respuestas sino la gente que dice que conoce y que trata
con Dios? Se volverán a vosotros y mirarán la vida consecuente, y entonces creerán
o no creerán.
Reencontradles conmigo, reconciliadles conmigo. Que acudan al Sacramento de la
Confesión y una vez limpios y serenos, podrán conocerme en plenitud en mi
Eucaristía, donde Yo me manifestaré a ellos con dulzuras inefables. Y sabrán que
Yo Soy. Y entonces me amarán. Sólo entonces me corresponderán.
¿Has visto qué proceso? Proceso doloroso. ¿Estaréis allí para darles amparo?
Mira que Yo les amo como os amo a cada uno.
Dadles amparo, dadles amparo. Acogedles, explicadles, reconciliadlos con Dios y
acercadles a la Eucaristía. Yo me manifestaré. Conocerán que Yo Soy. Conocerán
mi Amor.
837 Veía la disparidad de cada alma y que Jesús nos ama como somos.
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