23-01-09
Jesús:
Algunos creen que la
Revelación del Corazón de Jesús terminó con Santa Faustina Kowalska, y no
es así. Todavía queda un pequeño exponente, que revelará lo más grande. Y
ésa eres tú. La más pequeña de mis profetas para transmitir la cumbre revelada: la
Eucaristía como Corazón de Jesús.
08-02-09
Virgen:
Mamá, sólo una palabra de
3 sílabas: “So-co-rro”.
Amada mía: Soy
la Señora del Perpetuo Socorro. ¿A quién crees que se dirigían tus antepasados
en la Guerra? A Mí. ¿A quién crees que invocaban en sus Angustias? A Mí. La
Virgen de las Angustias.
Esos Nombres están pasados de
moda: Nuestra Señora de la Soledad. La Virgen de los Desamparados.
La Virgen de los Dolores.
En esta Guerra – Guerra Civil
española - y las anteriores. Tu país siempre ha sido
beligerante. Beligerante para defender el bien y con las Fuerzas del Bien.
Ahora, son las fuerzas del Mal las que beligeran en tu Patria. Mientras tiene a
las fuerzas del bien narcotizadas o debilitadas con las riquezas.
“No se puede servir a dos
señores. No se puede servir a Dios y a las Riquezas”34 . Por
eso, hija, por eso – dice el Señor – “Yo la voy a seducir, la llevaré al
Desierto y allí hablaré a su corazón. Y ella me responderá, como en los días de
su juventud”35 .
Es el Plan del Espíritu, que
tendrá su cumplimiento en vosotros y en vuestros días. Sí…
“La llevaré al desierto”. Dios llevará al desierto a la Nación española para
que le responda. ¡Y ella Le responderá! Hija mía, mira que ésta es una promesa
para vosotros, miembros de la Nación española que lucháis en el Ejército del
Bien y permanecéis heridos o abotargados. ¡Despertad! Acudid a Mí, que soy la
que cura, que soy la que salva, la que os lleva a vuestra Salvación. Yo os
Sanaré. (La Madre Teresa de Calcuta habla de la gran muchedumbre de
pobres que vio en una visión)
Esa muchedumbre de pobres de Madre Teresa son para ti los pobres de
la Nación española. Son indigentes de Amor. No pobres
materiales, aunque los haya, pero son, sobre todo, pobres de amor. A los que tú
tendrás que llevarles el Amor, al Amor con mayúsculas. A través de tus
Mensajes. Sí. Esa muchedumbre que tú veías, hace tiempo ya, en una de tus
visiones que tendían los brazos hacia ti. Que sucumbían dentro de una maraña de
suciedad y agua, riadas de pecado que les arrastraban y alzaban sus manos
esperando ser rescatadas. Y tú, con la Virgen, en un montículo, recogíais a los
desgraciados. Tú, acompañada de la Virgen, llevabas su Mensaje para todos,
Mensaje de Esperanza y de Paz.
Esos pobres que, agolpados a
tu puerta, te pedían pan. Ese pan que tú regalabas, sacándolo de tu corazón,
que se convertía en alimento preciado para ellos. Pan que te había sido
regalado. Esos enanitos que se acercaban al altar a beber de tu sangre,
mezclada con la Sangre. Y llevaban sus copas para llenarlas, y salían saciados.
Esa gente que acudía a ti para buscar razones al no comprender la sinrazón que
reina. Que busca porqués, que busca el camino y no sabe cómo. No sabe qué pasa
y qué hacer ahora. No oye la Voz de Dios. No la escucha, porque la Voz está
ahogada por la Muchedumbre. La Voz está ahogada por el Desastre y las Riquezas. (Gente
que pierde sus cosas y no sabe encontrar a Dios porque la preocupación de
conservarlas se lo impide, o la angustia de la pobreza, cuando siempre has sido
ricos y vivido en la abundancia) Y
ellos no la escuchan, no la oyen.
Primeros indigentes: tu
familia. No serías buena “dadora” para los demás si no dieras primero a los
tuyos, que te necesitan.
Segundos indigentes: tu
Movimiento dentro de la Iglesia.
Terceros: los
Consagrados de tu Movimiento.
Cuartos: (…)36
Quintos: tu
Iglesia, en tu pueblo, en tu diócesis, en tu ciudad.
Sextos: la
Iglesia de España y sus dirigentes.
Séptimo: tu
amada Patria, España, “que lacera cruelmente mi Corazón”.
Octavo: las
naciones de habla hispana.
Y noveno: el
mundo.
Aquí está tan explícito
que a nadie le cabrán dudas. Tengo un décimo indigente, que para ti es el
primero, el Primero y el último. El Alfa y Omega Para Él todo tu amor, para Él
las gentes, el amor de todos para Él. Llévalos a Él. Pero antes, sé tú misma la
que ha ido a Él. CuídaLe. ÁmaLe. Es de esas Fuentes de donde sacarás Aguas con
gozo para repartir a los demás.37
Es de esas Fuentes de donde tú beberás y darás de beber. Es de su
Carne que darás de comer. Es su Corazón el que repartirás y darás a manos llenas,
rebosantes. ¡Oh, es Su Corazón quien no puede contener el Gozo de querer
repartirse y lo hará! ¡Lo hará a través de ti, a través de vosotros!
34 Mt 6,24.
35 Os 2,17s.
36 Una necesidad concreta
en la Iglesia.
37 Cfr. Is 12,3.
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