18-06-09
(En la iglesia)
Jesús:
Ahora escúchame: Están las hordas del ejército enemigo prestas para el combate y,
¿dónde está mi Ejército, el vencedor? Lo encuentro sesteando en una vereda o
escondido en un oscuro rincón del Templo.
Viniendo el verano sólo pensáis en descansar, y no. No deberíais pensar en
descansar, no deberíais querer sólo gozar, pues se avecina sobre vosotros una gran
calamidad. Calamidad de calamidades.
Oh, profeta al que te dirán: profeta de calamidades.
Grande es la desgracia. Tamaña la insensatez de los hombres al vivir al margen y
no querer reconocer la desgracia que se les avecina. No saber leer en los tiempos,
no saber reconocer en el tiempo de los hombres lo que reconocen fácilmente por
los signos de la naturaleza. “Cuando se avecinan nubes decís que va a llover o
vientos, decís que va a helar” pero no sabéis reconocer los signos de los
Tiempos113
.
¡Oh, estudiosos: ¿para qué tantos estudios?! Para qué. Para qué tantos estudios, si
os habéis preparado para precisamente esto, y es esto lo que no sabéis reconocer.
Oh, guías, que no sabéis guiar a mi pueblo114. Insensatos mandatarios. Insensatos.
NO estáis en lo correcto y no vais por buen camino. Escuchadla a ésta que os dirá
por dónde ir.
La Devoción al Corazón de Jesús es el Único Camino, la Única Devoción. Las
prácticas nuevas de esta Devoción os harán reconocerla como Única y Verdadera.
* Única: porque no hay otra igual. Y porque se basa en la esencia del cristianismo:
el Amor.
* Verdadera: porque habla de la esencia total del hombre: el amor.
Amar y ser
amado.
* Y auténtica: porque viene del mismo Dios, porque es Dios mismo el que os la ha
revelado y viene de su parte. Porque se manifiesta al mundo a través de pequeños
arquitectos.
¿Por qué la palabra “arquitectos”?
Arquitectos: los que construyen. Los que portan los planos de vuestra liberación.
Mis siervos los profetas. Profetas desde antiguo redimidos y llamados para manifestar al mundo mi Verdad.
Yo no era un profeta. Yo vine al mundo no en calidad de profeta.
Los profetas me anunciaron.
Y los profetas posteriores a Mí, también, lo único que hacen es anunciarme.
Porque Yo vengo y he de venir.115
Vengo continuamente ahora. Os envié y os envío mi Espíritu.
Y vendré en forma de mi Segunda Venida.116
Mi Segunda Venida a la tierra en forma humana pero grandilocuente. En
Manifestación Poderosa y Ardiente. En Rayo fulminoso y radiante. Que cruce el
océano del uno al otro confín.
Vengo, con mi Fuerza y Majestad, rasgando las nubes del cielo.117
Y tú y los que son como tú, me han de anunciar.
Pero por ahora, sólo corre, ve y diles: ¡Convertíos!
Convertíos ahora que todavía estáis en los Tiempos, los Tiempos de la Salvación.
Después os será cerrado el Tiempo. Os será cerrada la trampilla del Refugio del
Inmaculado Corazón de María y del Sagrado Corazón de Jesús, y no os será
concedido el tiempo, el tiempo de vuestra conversión.
Convertíos ahora que es fácil, que es fácil llegar hasta Mí.
Te adoramos, Cristo…
Y te bendecimos, que por tu Santa Cruz Redimiste al mundo.
Amén. Te bendigo. Inclínate.
(Estaba de rodillas. Incliné la cabeza. Jesús, de pie delante del Altar, me
bendice y me dice con mucho Amor)
Te bendigo, Marga: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
113 Cfr. Mt 16,2-4.
114 Cfr. Mt 23,16; 15,14.
115 Cfr. Hb 10,37; Is 40,10; Ap 22,7; 22,12; 22,20.
116 Cfr. el Credo: “Y de nuevo vendrá con gloria…”.
117 Cfr. Mc 13,26; 14,62
21-06-09
(Día de la Renovación de la Consagración de España al Corazón de Jesús en el
Cerro de los Ángeles)
Jesús:
“Aquel que quiera ganar su vida, la perderá. Pero el que la pierda por Mí y por el
Evangelio, la encontrará.”118
El triunfo os corresponde en el Cielo. Mientras, estáis apuntados no a un triunfo,
sino a una derrota.
La derrota es aparente y transitoria. Muy transitoria. De tres días. Tan transitoria
como lo fue mi Muerte hasta mi Resurrección. Pero es derrota y Muerte al fin. Sin
ella, no hay Resurrección.
El que no haya entendido que seguirme a Mí es Cruz, que se vaya. Es por la Cruz
que llegaréis a la Gloria, la Gloria de la Resurrección.
No podéis decir que sois de los míos sin sacrificio. Y es más: quiero que en el
sacrificio os mostréis alegres. ¡Alegraos! Alegría en el sacrificio. Alegría en la
muerte a vosotros mismos.
Quiero que, cuando ayunéis, cuando hagáis vela, cuando durmáis al raso, cuando
trabajéis hasta la extenuación por mi Reino, en vuestros rostros siempre haya una
sonrisa. Siempre. Esa será la manera en que atraigáis las almas para Mí.
Porque a partir de ahora os espera extenuación y sacrificio. Sacrificio, hijos,
sacrificio.
Y si no es de vosotros, decidme, amados, de quién lo voy a lograr.
Y el mundo necesita sacrificio, muchos sacrificios.
Quien entiende el Corazón de Jesús sólo por mis consuelos, no entiende mi
Corazón.
El Corazón de Jesús pide sacrificios. Os pide la entrega de vuestra vida.
Entera.
Mira, sí: tú me preguntas si Yo estaba contento hoy. Sí, sí estaba contento.
Contento por esta iniciativa de algunos obispos españoles y de parte de tu pueblo.
Contento por aquellos que hoy abrieron su corazón a Mí. Pero tú, como Yo, pudiste
ver que eran pocos. Eran pocos, hija. Pocos para lo que España necesita y deberían
ser. Pocos.
Bendigo a todos los corazones buenos que vinieron hoy al Cerro119 con pureza de
intención. Mi Bendición y mi Amor para ellos.
Para los cerrados, no alcanza mi
Bendición, pues no me quisieron acoger. Que no es porque Yo no quiera
bendecirlos, sino porque su corazón permanece cerrado, cerrado a Mí.
¡Oh,
hijos…! Grande es mi Dolor por eso.
Diles, diles a los grandes de mi parte. Diles a los grandes: Benditos seáis los
promotores de mi Devoción y de éste mi Culto en la tierra. ¡Promoved Adoraciones
Eucarísticas! Que sea en este Sacramento de Amor donde encuentren mi Caridad.
Yo quiero manifestarme a través de ellas.
Como dije a mi Sierva Maravillas: “España se salvará por la oración”. Y a ti,
Margarita mía, te digo y te completo: “… por la oración ante el Santísimo”.
España se salvará por la Adoración Eucarística a mi Nombre. No… no por un tal
movimiento eucarístico o del Corazón de Jesús en concreto, que lleve mi Nombre.
No. Ellos llevan mi Nombre, pero no son Yo mismo, como estoy en la Custodia y
como estoy en este Sacramento de Amor.
“El que quiera ganar su vida, la perderá, pero el que la pierde por Mí y sus
hermanos, la encontrará”120
Te espero en el Cielo.
Publica el Libro de mi Corazón.
Sé valiente, hija mía. Te bendigo. Mi beso.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
118 Mt 16,25; Lc 9,24; Mc 8,35.
119 Santuario del Cerro de los Ángeles. Madrid.
120 Lc 9,24.
No hay comentarios:
Publicar un comentario