Redacción ACI Prensa
El 22 de septiembre la Iglesia recuerda a 233 mártires de la guerra civil española que fueron beatificados por San Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001. Entre ellos se encuentra el Beato José Calasanz, quien sirvió por un tiempo como misionero salesiano en Cuba.
El Beato José Calasanz Marqués nació en España en 1872. Conoció personalmente a San Juan Bosco en Barcelona (1886) y profesó como salesiano en 1890. Fue ordenado sacerdote en diciembre de 1895.
Trabajó como secretario del Beato Felipe Rinaldi por varios años y luego se le encargó la dirección de un colegio. Después viajó como misionero a dirigir la naciente obra salesiana de Camagüey en Cuba. Luego pasó a ser Provincial de la Inspectoría Peruana-Boliviana y desde 1925 fue superior de la Inspectoría salesiana de Tarraconense, que comprendía Barcelona y Valencia en España.
Se distinguió por su gran corazón, lleno de amor a los hermanos, a los superiores y a la congregación, demostrando una actividad incansable en el servicio.
En la persecución religiosa en España, después de pasar una semana en la cárcel, fue nuevamente detenido con otros salesianos. Mientras era llevado a Valencia, por el “puente de San José”, murió de un disparo a la cabeza. Era el 29 de julio de 1936.
Pocos días antes de Partir a la Casa del Padre, en una carta a su superior, dejó escrito: “nuestra confianza está puesta en Dios y en la protección de María Auxiliadora y de nuestro Padre San Juan Bosco”.
Entre los 233 mártires hay sacerdotes diocesanos, miembros de la Acción Católica, dominicos, franciscanos, jesuitas, salesianos, hijas de María Auxiliadora, hermanos de las escuelas cristianas (de La Salle), carmelitas, entre otros.
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