11046578_985038364853842_1128151319593627869_n«El 12 de abril, un aniversario interesante para la Iglesia puede haber pasado inadvertido. Se trata de la aparición de la “Virgen de la Revelación” a un hombre violento que planeaba un horrendo crimen, Bruno Cornacchiola, de 34 años. En efecto, el 12 de abril de 1947, Bruno paseaba por Roma con sus hijos, cerca del lugar donde san Pablo fue decapitado, Le tre Fontane. Intranquilo porque sus 3 hijos que jugaban en una cueva vecina no respondían a su llamado para regresar a casa, entró en la gruta y los encontró allí de rodillas, la mirada fija, como cautivados por una extraña presencia. Bruno alzó también él la mirada hacia el fondo de la gruta… ¡María estaba allí, con la Biblia en la mano!! Cerca de ella había una cruz en el suelo, hecha añicos. Había sido destruida y tirada a la basura poco antes.
Esto le impactó sobremanera y produjo un cambio radical en su vida. Se enamoró de la Virgen y su conversión fue inmediata. A partir de aquel momento comenzó una trayectoria sorprendente junto a ella. Renunció al crimen que proyectaba llevar a cabo al día siguiente: ¡nada menos que asesinar con un cuchillo al papa Pio XII! Escribió aquel día sobre una de las paredes de la gruta: “En esta gruta se me apareció la Madre divina. Con amor me invita a entrar en la Iglesia católica, apostólica y romana”. Dos años más tarde, pudo entrevistarse con Pío XII y en sus propias manos le entregó el puñal, que llevaba la inscripción “Muerte al Papa”, con el cual había querido matarlo. Después, con lágrimas en los ojos, le pidió perdón.
Porta a PortaBruno consagró su vida a hacer conocer a la Virgen María que siguió dándole mensajes. Entre éstos, subrayemos el del 12 de abril: “¡Tú me persigues, basta ya! Regresa al santo redil. Que se ore, y que se rece diariamente el Rosario para la conversión de los pecadores, de los no-creyentes y por la unidad de los cristianos”. Más tarde, la Virgen le confió profecías, aunque todas no han sido aún publicadas. La Iglesia sufrirá. La Verdad será olvidada. Muchos sacerdotes dejarán el ministerio. La Virgen promete realizar poderosos milagros para la conversión de los pecadores. María también le habló sobre los “tres amores blancos” que sustentan a la Iglesia (¡las tres blancuras de Don Bosco!): la Eucaristía, la Inmaculada y el Santo Padre.
Bruno solía entrevistarse con el papa Juan Pablo II y el 2 de febrero de 1982 le anunció de parte de la Virgen un nuevo atentado que tuvo lugar en Fátima (Ver PS 3). Un día el papa le dijo a Bruno: “Has visto a la Madre de Dios, ¡por lo tanto debes llegar a ser santo!” Bruno entregó su alma a Dios el 22 de junio de 2001, en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Su causa de beatificación está en curso.
¡Qué magnifico testimonio de los deseos de María, de sus pesares al ver nuestras transgresiones y de sus esperanzas al formar a sus apóstoles! Ella busca apóstoles que acepten unirse completamente a su alma y no teme buscarlos entre los peores pecadores. Ha llegado el momento de darle nuestra respuesta.»