1012081_555205351253447_862351891_n«Muchos nos han preguntado sobre el sentido de la frase: los invito, hijos míos, a mirar bien los signos de los tiempos, a ‘recoger las cruces despedazadas’ y a ser apóstoles de la Revelación”. Mirjana pidió que “recoger las cruces despedazadas” estuviera entre comillas, lo que significa que la Virgen hace referencia a otra realidad previa ya conocida. Podemos encontrarle una explicación en las apariciones que tuvo Bruno Cornachiola en 1947 en Tre Fontane, en la periferia de Roma, donde San Pablo fuera decapitado.
Remontémonos a 1947: Bruno, fanático anticlerical en su odio a la Iglesia Católica, había planeado apuñalar al papa Pio XII. La víspera del crimen, el sábado 12 de abril de 1947, Bruno había ido a Tre Fontane. Estaba trabajando en la redacción de un libro contra la Inmaculada mientras sus tres hijos jugaban cerca de una gruta. Cuando llegó la hora de emprender el regreso a casa mandó al mayor de los niños a buscar a la más pequeña que estaba en la gruta. El niño fue pero no regresó. Entonces Bruno envió allí a su otro hijo que tampoco volvió. Enojado, se dirigió allí en persona y se los encontró a los tres hincados, con las manos juntas y la mirada extática. No lo oían a pesar de que los estaba llamando. En ese momento Bruno se sintió impulsado, muy a su pesar, a ponerse él también de rodillas. Cuando alzó la vista la Virgen estaba allí, mirándolo. Ella le dijo: “Yo soy aquella que habita en la Santísima Trinidad. Soy la Virgen de la Revelación. Tú me persigues. ¡Ahora basta! ¡Ingresa al rebaño…!
Bruno contaba que la Virgen hizo un gesto con su brazo derecho, señalando el piso con su dedo índice. Y él vio que a sus pies había una cruz rota, un trozo de tela negra y una sotana tirada en el suelo. La Virgen le dijo entonces: “La Iglesia será perseguida, quebrada, éste es el signo que mis hijos dejarán de llevar… ¡Tú, sé fuerte en la Fe!” (Con la palabra “hijos” María hace referencia a los miembros del clero). Luego la Virgen le reveló lo que sucedería, en particular lo referente al abandono del ministerio de tantos sacerdotes y le mostró cuánto debía amar y servir a la Iglesia a pesar de todo lo que acaecería en ella. Esta cruz rota significa el martirio de los sacerdotes que permanecen fieles a Cristo en la persecución” “Los sacerdotes, aun cuando se encuentren envueltos en un torbellino infernal, me son muy queridos, le dijo María. Serán pisoteados y liquidados, es por eso que la cruz quebrada se encuentra cerca de la sotana, signo del despojamiento sacerdotal. En síntesis, la sotana tirada en tierra significa el abandono del sacerdocio por tantos sacerdotes. La tela negra significa que la Iglesia quedará viuda y será entregada a la merced del mundo.
Bruno se convirtió de inmediato y se transformó en un ferviente apóstol y un gran defensor de la Iglesia hasta su muerte en 2001. (Se ha abierto en Roma su causa de beatificación). Durante todos esos años recibió alocuciones de la Virgen, sobre todo por medio de sueños, al igual que Don Bosco. Mensajes proféticos que conciernen el futuro mediato e inmediato de la Iglesia y los dramas internos por los que atraviesa.
¿Por qué la Gospa nos habla hoy en día de cruces despedazadas que debemos recoger? Podríamos ver en sus palabras un poco la figura de un faro que emite su luz como una señal para quienes queremos servir a Cristo y a su Iglesia en el seno de una gran confusión espiritual y de un profundo dolor. Nuestro mundo nada en aguas turbias. ¡Y ya no se trata de una sola cruz rota (como en 1947) sino de muchas (las de 2016)! De esta manera Maria nos está manifestando su inmenso dolor ante la deserción de tantos cristianos, sacerdotes y laicos con las traiciones en el mismo seno de la Iglesia y la apostasía generalizada de nuestra época.
María le revela a Bruno el nombre por el cual será invocada en aquel lugar: “Soy la Virgen de la Revelación”. Tiene en sus manos un pequeño libro: el Apocalipsis de san Juan, también llamado “el Libro de la Revelación”.
¡La Virgen de la Revelación nos invita hoy a ser “los apóstoles de la Revelación”! Nos indica las características de estos apóstoles que deberán permanecer fieles en el seno de la tribulación. Características que le eran propias durante su vida terrenal: “No se lamentarán, callarán y no se rebelarán”.
1669737_10152824429243913_1092791197184868880_oEl Libro del Apocalipsis es un texto sagrado, en parte sellado, que anuncia el porvenir de la humanidad y la victoria de Dios sobre el Dragón y la Bestia, después de una terrible batalla. ¿Cómo no abrir los ojos y constatar que efectivamente hoy en día, como nunca antes, el combate contra la Bestia se presenta violento, decisivo? Satanás sabe que sus días están contados y juega sus últimas cartas ante la furia de la desesperación. ¿La Gospa quiere indicarnos que estamos en un punto de inflexión, en un momento crítico sumamente decisivo de la vida de la Iglesia? ¿Un tiempo donde se avecina la realización del Apocalipsis donde cada uno deberá tomar partido: a favor o contra Cristo? Creo que sí, porque nunca había hecho alusión en sus mensajes a otro lugar de aparición, a excepción de Fátima en agosto de 1991. ¿Por qué vuelve a retomar este mes los puntos fundamentales de Tre Fontane?
También es importante captar, en la intimidad de una oración ferviente con el corazón, cuánta reparación Ella espera que hagamos por tantos atropellos a Jesús Eucaristía y al Sacerdocio que Él ha confiado a los hombres. “Mi Corazón Inmaculado sangra” nos dijo el 25 de abril. No nos pide que “recojamos las cruces despedazadas” para criticar o emitir consideraciones negativas contra ciertos sacerdotes o prelados o para hundirnos en el desánimo. ¡No! Nos invita por el contrario a que hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para ayudar y sostener a nuestros sacerdotes por medio de nuestra oración y nuestros sacrificios. ¡Qué consuelo podemos darle uniendo nuestro corazón a su Corazón Inmaculado que sangra, por cierto, pero que ya ve la victoria final!
Es por ello que María busca almas que quieran ser una sola cosa con la suya.
La esposa de Bruno Cornachiola, Yolanda, nos da un ejemplo admirable que será una pista de santidad para muchos consortes que padecen dificultades en su matrimonio. A pesar de las reiteradas infidelidades de Bruno antes de su conversión, Yolanda permaneció fiel en su puesto, orando con fervor. ¡A tal punto que la misma Virgen la ha elogiado! “Las promesas de Dios son y permanecerán inamovibles, le dijo a Bruno. Los nueve viernes al Sagrado Corazón que has hecho, por las instancias amorosas de tu fiel esposa antes que tomaras el camino del error, te han salvado!” ¡Esta simple práctica salvó a Bruno de la perdición! (Ver PS 3) La Virgen no tuvo que enfrentar este tipo de problemas con su esposo José. Pero ella defendió a Yolanda, afirmándole a Bruno que ella le había permanecido fiel y que nunca había cometido las faltas de las que él la acusaba. Efectivamente él le pegaba, sin dudas para descargar sobre ella el remordimiento de sus propias infidelidades, y lo había hecho la noche misma que precedió la aparición (¡Podría sugerirse a la Santa Sede la beatificación de Yolanda junto con la de su marido!)
La Virgen también nos dice: “Las Avemarías rezadas con fe y amor son otras tantas flechas de oro que alcanzan el Corazón de Jesús”»
© Children of Medjugorje del mes de mayo de 2016