(Zenit) En la presentación han intervenido el cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos, Mons. Fabio Fabene, Subsecretario del Sínodo de los Obispos, y el Prof. Darío Vitali, consultor de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos y profesor de Teología dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana.
Esta Constitución lleva la fecha del 15 de septiembre, que no es una «elección casual», teniendo en cuenta que ese mismo día, del año 1965, el Papa Pablo VI –que será canonizado el próximo 14 de octubre, en pleno contexto de la Asamblea sinodal– instituía, precisamente, el Sínodo de los Obispos, ha matizado el Card. Baldisseri, según Vatican News en español.
Cuatro claves
Episcopalis communio es un texto –ha aclarado el Secretario General del Sínodo– que se articula en dos grandes secciones: una doctrinal, compuesta por diez parágrafos, y una disciplinaria, compuesta por veintisiete artículos.
Así, el cardenal Baldisseri ha ofrecido cuatro claves de lectura principales para este documento. La primera es la «referencia al Concilio Vaticano II», de donde nace el Sínodo de los Obispos.
La segunda la ofrece la «referencia al tema de la renovación de la Iglesia», puesto que el Papa no mira sólo al pasado, es decir al último Concilio, sino también al presente, a la hora actual de la Iglesia, que –tal como se lee en la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium– va entrando en una nueva etapa evangelizadora, a la que se le pide con fuerza que se constituya en todas las regiones de la tierra en uno «estado permanente de misión», ha anunciado el Cardenal.
«Refundación» del organismo sinodal
La tercera clave de lectura podría considerarse decisiva, según ha expuesto el cardenal Baldisseri, puesto que se trata del «factor de mayor novedad» de esta Constitución, que configura por ciertos aspectos una verdadera «refundación» del organismo sinodal, es decir el de la integración estable del Sínodo dentro del marco de una «Iglesia constitutivamente sinodal».
Mientras la cuarta clave de lectura se encuentra en el último parágrafo de la parte doctrinal porque en cierto sentido es la que se configura como «la más rica de futuro», ha indicado el purpurado. Se trata de la «dimensión ecuménica», tal como el mismo Santo Padre lo había expresado ya al manifestar su convicción de que en una Iglesia sinodal, también el ejercicio de la primacía de Pedro podrá recibir mayor luz.
Dinamismo de comunión
Asimismo, el Secretario General del Sínodo ha destacado en su intervención que hace tres años, concretamente el 17 de octubre de 2015, con ocasión del 50° aniversario de la institución del Sínodo, el papa Bergoglio pronunció en el Aula Pablo VI una alocución que ha sido considerada por muchos comentadores como uno de los discursos «teológicamente más significativos» de su pontificado.
En aquella circunstancia, el Pontífice afirmó que «en una Iglesia sinodal, el Sínodo de los Obispos es sólo la manifestación más evidente de un dinamismo de comunión que inspira todas las decisiones eclesiales», y precisaba que el Sínodo, «representando al episcopado católico», se convierte en una expresión de la colegialidad episcopal dentro de una Iglesia que es totalmente sinodal.
De esta manera –ha señalado Baldisseri– en cierto sentido aquel discurso anticipaba ya en forma sintética los principales contenidos de esta nueva Constitución Apostólica.
El Papa no está solo
Sí, porque «el Papa no está solo, por encima de la Iglesia; sino dentro de ella como bautizado entre los bautizados y dentro del Colegio Episcopal como Obispo entre los Obispos, llamado al mismo tiempo –como Sucesor del Apóstol Pedro– a guiar la Iglesia de Roma que preside en el amor a todas las Iglesias», ha explicado el Cardenal italiano.
«El Santo Padre exhorta a la Iglesia a leer los signos de los tiempos», subrayó, aclarando que este es el camino que siempre ha recorrido la Iglesia, tal como lo demuestra la experiencia del Concilio Ecuménico Vaticano II.
El Prof. Dario Vitali, Consultor de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, por su parte aludió a la novedad más sustancial de este documento, que se encuentra en «el último y primer sujeto eclesial, el sucesor de Pedro, que permite encaminar y llevar a la práctica el proceso sinodal», ha señalado Vatican News.
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