13-06-2010
Virgen:
Una consagrada no debe ir con pantalones. Y menos marcando.
Tú misma ves cómo el espíritu de la iniquidad se cuela en mi Iglesia. Aun en los
aparentemente buenos. Hay rasgos de iniquidad. ¡Yo quisiera que todos esos rasgos
desaparecieran!
¡Oh, falsedad, falsedad… falsedad de falsedades! Falsedad de falsedades.
¡No os quiero en mis filas! ¡No! ¡No!, que destruís al débil, al pobre y a la viuda.
¡No!, que calumniáis a los que no son como vosotros y acusáis de no seguir a Dios.
¡NO!! No, Marga. Tú has de ir a decirles que Yo no les quiero en mis filas.
¡Marga, habla! Habla, habla ya al mundo y no te calles. Habla.
No, no, no, no.
Ya no: “por conservar la paz quiero que te calles”. No. Habla y di
todo lo que tengas que decir.
Pero primero con tu vida.
15-06-2010
Virgen:
Mira: estos Mensajes poco tienen que ver con la sensibilidad, aunque se basan en
ella para que tú los percibas.
Entiende: son comunicados a tus sentidos interiores, y te hablan dentro de tus
afectos, pero no son movidos por ellos. ¿Entiendes? No es lo importante. Es un
canal para hablarte. Porque los canales por donde os comunicáis los hombres son
los sentidos.
Entiendo que Tú en el Cielo ahora te comunicas por otras vías.
Sí. Me comunico por otras vías.
26-06-2010
Jesús:
¡Oh, amada Marga!
Mañana quiero que transmitas mi Verdadera Devoción, que no es ni tan suave y tan
suave, ni tan fiero y tan fiero. Mi Corazón no es “manso” y fiero. Mi Corazón es
manso y firme.314
No quiero que entendáis “manso” como blandengue, sino tierno y misericordioso,
lento a la ira y rico en piedad.315
La Ira no es de Dios.
Si notáis que en vuestro corazón se enciende la ira: eso no es
de Dios. Rechazadlo. Pues no es “ira” lo que quiero que sintáis por vuestros
hermanos, sino piedad.
Ve al mundo a decirle: ¡Que Yo le amo!, ¡que Yo le amo! Diles lo que Yo les amo,
¡todo lo que Yo les amo!
Diles que, aunque sean pecadores empedernidos, Yo les tiendo una última cuerda
de salvación para que se asan, y así les pueda salvar. Y esa última cuerda eres tú.
Diles… ¡que Yo estoy esperándoles con los brazos abiertos, esperándoles en su
conversión y en su vuelta a la Casa Paterna!
¡Que nadie es tan pecador que Yo no lo pueda sanar!
¡¿No os habéis dado cuenta de eso, hijos míos?! Hijos pequeños.
Después del día del Aviso, hija mía, habrá muchos desesperados incapaces de
encontrar el consuelo e incapaces de creer que Yo les voy a perdonar y que Yo les
pueda sanar.
Margarita, todo será como sigue:
(Retira, sonriente, como una sábana detrás de la cual hay un paisaje. Es un
mundo de gentes ajenas a todo y felices, pendientes sólo de sí mismas.
De pronto, un gran cataclismo se les viene encima. Todo se vuelve oscuro.
Hay como un terremoto. Se les caen los edificios encima. Y se desesperan
deambulando por la ciudad una vez terminado todo.
Hay una especie de asilos para curarles)
Algo así sois vosotros: como esos asilos donde, samaritanos, les curan.
Hija: y aunque en ti, tu vida y el camino que te queda por recorrer es muy doloroso,
te digo que: cuanto más cruz, más fruto.
Y ahora: ¡ven!, ¡descansa sobre mi Corazón! Que Soy para ti como ese marido que
anhela deseoso reunirse con su esposa para abrazarla. ¡Ven! Y déjate querer por el
Corazón de Jesús. Él será mil veces para ti marido, padre, madre, hijo y hermano.
Él condensará en uno solo todos los amores. Y te los dará con creces.
Trabaja en tu día a día, Marga. Otras muchas almas han de beneficiarse de ello.
Vete a la cama. Y te bendigo, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén. Amén.
Vete en paz.
314 Cfr. Mt 11,29.
315 Cfr. Ex 34,6; Sal 86,5.15; Sal 103,1,8; Sal 145,8; Ne 9,17; 9,31; Jl 2,13; Jon 4,2;
2 Cro 30,9; Eclo 2,11; St 5,11; etc.
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