Mucho cuidado, sobre todo con la irresponsabilidad de criticar a la ligera, que es lo que se hace mucho en diferentes medios de comunicación.
Sí, todo el mundo es libre de opinar lo que le venga en gana y de criticar lo que quiera, pero, si estamos hablando de hacerlo mediante la radio, la televisión, o la prensa escrita, la opinión tiene que estar fundamentada, debe de tener argumentos. No se trata de pláticas de cantina.
Sería estúpido pensar que todos los que formamos parte de la Iglesia, porque los creyentes también somos ella, somos perfectos. No hay hombre que lo sea. Entonces exijo que las criticas tengan fondo, de lo contrario son sólo estupideces.
Si se va a criticar, se tiene que tener un panorama real, que incluya todos los elementos que mantienen a la Iglesia, los buenos y los malos. Por ejemplo, no se puede hablar de una opulencia, sin mencionar la labor social que se realiza. Ni hablar de los curas que cometen actos inmorales, sin hablar de los que entregan su vida entera para los demás.
La crítica tiene que ser objetiva, y para eso no se pueden tomar argumentos sólo para nuestros intereses, e ignorar otros. Eso se llama ser tendencioso.
Y lo mismo sucede si alguien hace una crítica positiva de la Iglesia, tiene que tomar en cuenta también las cosas negativas que por la naturaleza imperfecta humana existen.
Golpeadores de la Iglesia, tipos que odian a una institución milenaria, de tradiciones, que tiene profundidad, contenidos teológicos, y muchos estudios… no son enchiladas.
Me molesta la crítica a la Iglesia que se hace sólo para llamar la atención, la llevada por mamarrachos que se quieren sentirse contestatarios, bravucones, modernos, liberales, y vanguardistas. Tipos que necesitan llamar la atención en un afán protagónico, hablando mal de algo que representa mucho para una gran cantidad de personas, para alarmar, sólo para eso.
Y ni qué decir de esos comiquetes que se van a la fácil y hacen scketches burlándose de la Iglesia, recurso muy sencillo con escasa creatividad. ¡Ay, qué graciosos!... por favor piénsele, échenle ganitas.
También están los cantantes, las estrellas juveniles, que sacan videos que pretenden atacar a la Iglesia, cuestionarla, con argumentos vacíos. Muy mal.
Siempre insistiré en que una buena crítica es afortunada, lleva a la reflexión, al auto análisis. Pero hacerla lleva tiempo, dedicación y preparación. Cualquier mequetrefe puede ofender por ofender.
La Iglesia no debe (debemos) cerrarnos ante las críticas de los medios de comunicación, es importante darles su lugar, pero a las que tienen malicia, intereses personales absurdos, hay que repudiarlas, y con argumentos defendernos, siempre con argumentos.
Ante tantos ataques huecos, los católicos debemos de estar preparados, debemos de leer, plantear cuestionamientos a los conocedores, practicar correctamente la religión, orar, y predicar con el ejemplo, actuar.
Los católicos debemos de ser valientes, no dejarnos llevar por la modita de criticar por criticar, y si escuchamos alguna babosada, no tener miedo a expresar lo que creemos, con tranquilidad, sin exageraciones, pero sí con seguridad, la seguridad que nos da el conocimiento. Aunque perdamos popularidad.
Tampoco busquemos protagonismos por nuestras creencias, no actuemos buscando ser diferentes, ni caigamos en petulantes poses. Seamos humildes, sencillos.
Seamos tolerantes con las creencias del otro, no pretendamos imponer las nuestras, pero, eso no significa ser tibios ante las críticas llenas de dolo.
ponchov@exafm.com |
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