Para amar y buscar la divina Sabiduría es menester conocerla
8 ¿Por qué se ama tan poco a la Sabiduría eterna y encarnada, al adorable Jesús, sino porque o no se tiene conocimiento alguno de él o se tiene un conocimiento muy escaso?
Apenas hay nadie que estudie como es debido, con el apóstol, esta sobreeminente ciencia de Jesús, que es la más noble, la más dulce, la más útil y la más necesaria de todas las ciencias y conocimientos del cielo y de la tierra.
9. En primer lugar, es la más noble de todas las ciencias porque tiene por objeto lo que existe de más noble y sublime, la Sabiduría increada y encarnada, que encierra en sí toda la plenitud de la divinidad y de la humanidad, todo lo grande que hay en el cielo y en la tierra, las criaturas todas, visibles e invisibles, espirituales y corporales.
Para amar y buscar la divina Sabiduría es menester conocerla
San Juan Crisóstomo dice que Nuestro Señor Jesucristo es un compendio de las obras divinas, un cuadro abreviado de todas las perfecciones de Dios y de las criaturas: Omnia quae velle potes aut debes est Dominus Iesus Christus. Desidera hunc, quia haec est una et pretiosa margarita pro qua emenda etiam vendenda sunt omnia quae tua sunt. Jesucristo, la Sabiduría encarnada: he aquí cuanto podéis y debéis desear. Deseadlo, buscadlo, porque El es la única y preciosa perla por cuya adquisición debierais vender todo cuanto poseéis». In hoc glorietur qui gloriatur, scire et nosse me. No se alabe de su ciencia el sabio, ni de su fuerza el fuerte, ni el rico de sus riquezas; antes bien «gloríese de conocerme a Mí», y no de conocer cosa alguna fuera de Mí. ( ASE)
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