Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “De por sí, la fe no se conserva en el mundo, no se transmite automáticamente al corazón del hombre, sino que debe ser siempre anunciada… La Iglesia, cada uno de nosotros, tiene que llevar al mundo esta gozosa noticia: Jesús es el Señor, Aquel en el que se han hecho carne la cercanía y el amor de Dios por cada hombre y mujer y por toda la humanidad. Este anuncio tiene que resonar de nuevo en las regiones de antigua y tradición cristiana. El beato Juan Pablo II habló de la necesidad de una nueva evangelización dirigida a quienes, a quienes, a pesar de que ya han escuchado hablar de la fe, han dejado de apreciar la belleza del cristianismo, es más, en ocasiones lo consideran incluso como un obstáculo para alcanzar la felicidad”. Son las palabras pronunciadas el 13 de junio por la tarde, por el Santo Padre Benedicto XVI durante el discurso con el cual ha inaugurado en la Basílica de San Juan de Letrán, el congreso eclesial de la diócesis de Roma sobre el tema: “Se conmovieron profundamente” (Hechos 2, 37). La alegría de engendrar la fe de la Iglesia de Roma”.
Los hombres se olvidan de Dios también porque con frecuencia “se reduce la persona de Jesús a un hombre sabio y se debilita o incluso se niega la divinidad” ha afirmado el Papa, subrayando que “la encarnación forma parte del corazón mismo del Evangelio”, y expresando el deseo de que se realice “un compromiso por una renovada estación de evangelización, que no es sólo tarea de algunos, sino de todos los miembros de la Iglesia. La evangelización nos hace saber que Dios está cerca: Dios se ha manifestado. En esta hora de la historia, ¿no es quizá ésta la misión que el Señor nos encomienda: anunciar la novedad del Evangelio, como Pedro y Pablo, cuando llegaron a nuestra ciudad? No tenemos nosotros también que mostrar la belleza y la racionalidad de la fe, llevar la luz de Dios al hombre de nuestro tiempo, con coraje, con convicción, con alegría?”
Después de recordar que “hay muchas personas que todavía no han encontrado al Señor”, a quienes va dirigida una atención pastoral especial, el Papa ha subrayado que el mensajero de eta buena nueva es “cada bautizado”, “sobre todo los padres…llamados a cooperar con Dios en la transmisión del don inestimable de la vida, pero también a dar a conocer a Aquel que es la Vida”. Para que “el conocimiento de Jesús crezca y se prolongue más allá de la celebración de los sacramentos” asume un papel importante la catequesis, que “es acción eclesial y por tanto es necesario que los catequistas enseñen y den testimonio de la fe de la Iglesia y no su interpretación. Precisamente por este motivo fue redactado el Catecismo de la Iglesia Católica, que esta tarde vuelvo a entregar espiritualmente a todos vosotros para que la Iglesia de Roma pueda comprometerse con renovada alegría en la educación de la fe”. (SL) (Agencia Fides 14/06/2011)
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