MENSAJE DE SANTA MARIA MADRE DE LA IGLESIA A JOSE LUIS BELMONTE DE AVELLANEDA DE ARGENTINA
Hijos, preparaos porque muy pronto veréis todos vosotros y en todos los continentes al mismo tiempo una luz imponente que ha de descender con toda su intensidad y fuerza sobre toda la tierra, podréis verla y quiero que sepáis que nada ha de destruir, todo lo contrario, esa luz ha de ser el llamado de vuestro Padre a todos sus hijos para que os volváis a unir. Pero sí habrá en cada uno como un inmenso movimiento en todos vuestros cuerpos y especialmente en vuestras mentes que os llevará a observar y recordar todo lo que habéis hecho haciendo que os arrepientan y comencéis a tomar el sendero del amor, la comprensión, la humildad y el amor. Os hará ver quién fuisteis y quién sois y os ha de demostrar lo que a través de los años os habéis convertido muchos de vosotros, el alejamiento, el rencor, la envidia y hasta el odio cómo fue ingresando en cada uno de vuestros corazones, y eso os fue llevando fuera del sendero de la luz y os alejó de mi morada convirtiéndolos en pequeños grupos que buscabais a vuestro Padre en lo que a cada uno de vosotros considerabais que era lo mejor y que nada podía prohibirse en vuestras vidas cometiendo toda clase de ofensa y provocando a CRISTO JESÚS desde vuestra pequeñez. Él hará el último intento hijitos míos, todo el cielo se ha de iluminar y de la misma forma toda la tierra para que a través de esta luz comprendáis y volváis a sus brazos, es ya el último aviso para que los hombres y mujeres comencéis a vivir en unidad y paz, para que los pueblos comprendáis que no podéis seguir enemistados y luchar entre vosotros y tenéis que comprender que sois todos hijos e hijas del mismo Padre y por ello sois hermanos entre vosotros, y por ello tenéis que vivir en armonía y paz y construir la GRAN NACIÓN DE CRISTO JESÚS. No podéis seguir luchando como lo habéis hecho a través de los años, no podéis seguir en la soberbia ni en el odio, o con las ansias del poder sin importarles el mal que cometéis muchas veces contra vuestros propios hermanos. Por eso os ruego que a partir de ahora comencéis a uniros, que comencéis a REZAR EL SANTO ROSARIO, A ABRAZAR MI AMADA IGLESIA Y VUESTRA CRUZ CON INFINITO AMOR para que volváis a confesar vuestros pecados y recibáis el Cuerpo y la Sangre de mi Hijo. Haced ayuno y orad por todos vuestros hermanos y por vuestros Sacerdotes, por toda mi amada Iglesia y por todas las almas del purgatorio, acompáñense entre vosotros para seguir caminando por el gran camino del amor y de la paz. Quiero que aprendáis a caminar de vuelta, que os pongáis de pie y comencéis a caminar unidos por el sendero de la luz. Os ruego no dejéis nunca de orar, no dejéis nunca de vivir en armonía con CRISTO JESÚS, no permitáis que nunca más el ángel desterrado quiera llevarlos rumbo a la inmensa oscuridad y el dolor, vivid para glorificar a CRISTO JESÚS, vivid cumpliendo con cada uno de los Sagrados Mandamientos, vivid para entregaros a cada uno de vuestros hermanos ayudándolos a llevar adelante una vida de armonía y paz.
Hoy os ruego y os pido, amados hijos, que comencéis a prestar mucha atención a todo aquello que ha de ocurrir y que aceptéis y os pongáis de rodillas en el preciso momento que la luz brille en toda su intensidad, que aceptéis desde el corazón el pedido de vuestro Padre y que sigáis tras los pasos de mi amado Hijo. Os ruego y os amo, y quiero que este mensaje que hoy os entrego lo difundáis al mundo entero porque en él encontraréis una nueva oportunidad que vuestro Padre os quiere entregar a todos sus hijos para que retoméis el sendero y viváis todos en comunión, unidad, paz y eterno amor. Nunca más, amados hijos, después de la luz, volváis a separarse, nunca más dejéis abandonados a vuestros hermanos y nunca más toméis un arma en vuestras manos para tomar la vida de un hermano vuestro. Tenéis que sembrar la paz sobre todos los continentes, y con esa semilla tiene que ir el amor más puro y profundo que hay en el corazón de cada uno de vosotros, ese amor, hijitos míos, que os entregamos al nacer junto a la luz de la paz, la misericordia y la justicia. Volved al sendero y volved a estar junto a vuestros Pastores, y vuestros Pastores a vuestro lado acompañándolos y guiándolos rumbo a la tierra prometida, la tierra donde reinará por los siglos de los siglos el amor, y ese amor es CRISTO JESÚS que ha de llegar a cada uno de sus hermanos y hermanas de la mano de sus Hijos predilectos y bajo la presencia de vuestro AMADO PAPA. Pero también os recuerdo a cada uno de ellos que tienen que vivir en sencillez y humildad y ser verdaderos apóstoles del amor del PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO, recordad siempre que si no lo hacéis no estáis cumpliendo con vuestros votos y estáis mintiendo y deshonrando a mi amada Iglesia con vuestras actitudes. Os digo a algunos de ellos que dejéis de correr tras nombramientos y apetencias personales porque eso, lo sabéis, no viene de la mano del Padre, de la mano del Padre viene, hijos míos, la humildad y la entrega como siempre lo hizo mi amado Hijo JESÚS. Volved a vivir en comunión y eterna unidad y tenéis que ser verdaderos apóstoles del amor y caminad todos juntos amados hijos míos.
Recordad siempre, pronto ha de llegar la luz y con ella llegará un nuevo mundo y ha de estar en cada uno de vosotros lo que deberéis hacer. Os amo. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
28/06/2011 12:04 Horas.
CAPITAL FEDERAL – PROVINCIA DE BUENOS AIRES – REPÚBLICA ARGENTINA
José Luis Belmonte
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