Adiós, mes de agosto, adiós, qué rápido has pasado este año y cuantas vivencias nos has dejado para el recuerdo, alegrías y sonrisas, colores y canciones de alabanza, juventud y esperanza… Este año no te despido con la tristeza del que ve esfumadas sus vacaciones, sino con el gozo de haber participado en hermosos y extraordinarios acontecimientos, primero en esta Diócesis de Cartagena, en sus pueblos y ciudades, en parroquias y familias y, luego, en Madrid, con la visita del Papa, verdadero artífice de una concentración histórica, donde aprendimos que la comunión y la alegría es una realidad posible, gracias a la fe en Nuestro Señor Jesucristo. El Santo Padre nos invitaba a buscar siempre la Verdad, que no es una idea, una ideología o un slogan, sino una Persona: Jesucristo, Dios mismo, donde debemos enraizar nuestra vida, que nos ama desde siempre y nos conoce mejor que nadie.
Las palabras del Santo Padre pronunciadas en la homilía a los seminaristas nos valen a todos, por esto os facilito el texto para vuestra consideración: “La santidad de la Iglesia es ante todo la santidad objetiva de la misma persona de Cristo, de su evangelio y de sus sacramentos, la santidad de aquella fuerza de lo alto que la anima e impulsa. Nosotros debemos ser santos para no crear una contradicción entre el signo que somos y la realidad que queremos significar”. Mucho ánimo a todos, especialmente a los más jóvenes, que la mies es mucha, que somos testigos del amor de Dios, sembradores de esperanza.
Encomiendo en mis oraciones a la Santísima Virgen María a todos los que habéis hecho posible la acogida de los jóvenes durante los Días en las Diócesis, a las familias, a los voluntarios, a las autoridades… y os ruego a todos, que con ánimo renovado, sigáis trabajando para que el fruto de esta Jornada Mundial de la Juventud lo veamos pronto y “Que la llama del amor de Cristo nunca se apague en vuestros corazones”.
Que la Madre de Dios y Madre nuestra os proteja y os cuide, especialmente a los que celebráis sus fiestas en este mes de septiembre, que ella os ayude a imitarle en la fe y que ésta sea sólida, para que nunca os apartéis de la Voluntad de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario