Redacción (NJ) (Aug 07, 2011)
Internacional
En Somalia, los portavoces de la infamia comienzan a escasear. Tras más de dos décadas de guerra civil y con la situación de hambruna ya declarada en cinco de sus provincias, el país africano se enfrenta a una catástrofe demográfica sin precedentes.
Según estimaciones del centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU., más de 29.000 niños menores de cinco años han muerto en los últimos noventa días. De igual modo, desde enero, al menos 300.000 personas han abandonado el país huyendo de la sequía y los enfrentamientos armados.
Una tragedia humana de la que Osman Hidri es parte involuntaria. «Varios de mis hijos están enfermos (uno de ellos sufre poliomielitis) y apenas tenemos comida. Desde hace meses no sé dónde está mi marido», asegura a ABC la joven, quien a finales del pasado año llegó al campo de refugiados de Dadaab, en la frontera entre Kenia y Somalia.
El caso de Hidri no es una excepción. Como denuncia el coordinador de emergencias de Unicef en Dadaab, Ibrahim Conteh, «el 80 por ciento de los 1.300 somalíes que cada día llaman a las puertas de este campo de refugiados son mujeres y niños». De igual modo, el trabajador humanitario asegura que «casi la mitad de los menores que llegan desde el sur de Somalia están desnutridos, mientras que las informaciones sobre la muerte de jóvenes en el camino o nada más llegar a los campos son especialmente frecuentes».
Para paliar esta situación, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, exigió anteayer a los brigadas islamistas de Al Shabab (quienes controlan el 70% de las zonas declaradas en hambruna) que permitan la entrada de ayuda alimentaria a estas regiones. «Es especialmente trágico que durante el mes sagrado del Ramadán, Al Shabab esté evitando la ayuda a las poblaciones más vulnerables de Somalia», aseguró la diplomática estadounidense, quien acusó a las milicias de bloquear deliberadamente los suministros de urgencia a cerca de 3,7 millones de personas.
Sin embargo, el enemigo no es tan solo el islamismo radical. Anteayer, al menos diez personas fallecieron y quince resultaron heridas en el campo de refugiados somalí de Badbaado después de que tropas gubernamentales abrieran fuego contra la población civil, en su intento de frenar un conato de rebelión durante la distribución de comida.
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