Hijos, vosotros tenéis que comprender que a través de la oración es el encuentro y la unidad con CRISTO JESÚS, es la unidad que tenéis para el gran encuentro, para hallar el sendero a través de la luz y caminar por un mundo diferente al que hoy estáis viviendo; es compartir y unirse en plena libertad de ser vosotros mismos pero a su vez extendiendo vuestras manos a todos aquellos que están padeciendo en los distintos continentes, es encontrarse junto a millones de seres que sufren y padecen, que son perseguidos, que no tienen nada para poder alimentar a sus familias y muchos de ellos se encuentran postrados en muchos hospitales o en sus propios hogares y necesitan de la palabra y que a través de vosotros mi Iglesia esté presente, presente donde se encuentra el dolor, presente donde aquellos que están al frente de esos países conspiran con una guerra desatando un verdadero infierno sobre vuestra tierra sin importarles nada, sólo mostrar su poderío y mantener al resto del mundo con temor, pero eso ya no seguirá porque todos ellos han de pagar sus culpas, porque todo reinado y todo poderío que se encuentre a merced del ángel desterrado se ha de derrumbar y sufrirán y sentirán el dolor en sus propios corazones, sentirán y verán todo el mal que le han hecho a sus hermanos, el dolor por el que tuvieron que atravesar y la agonía a través de los años por su forma de actuar y de tratarlos, sentirán el desprecio que ellos mismos hicieron pasar a millones de hermanos en el mundo, sentirán el dolor, el llanto y la persecución, y os puedo asegurar que no habrá tiempo en toda la eternidad que os alcance para poder soportar tanto mal y tanto desprecio, tanta muerte y tanta violencia, como también tanto amor de vuestro Padre y sufrimiento de mi Hijo por el mal que sintió y vio que muchos de estos hijos e hijas que se encontraban y se encuentran al frente de muchas naciones hicieron pasar y hacen pasar a sus hermanos y hermanas. Muchas veces nos preguntamos si mi amado Señor, vuestro Padre, os entregó todo para que vivierais en total unidad y en total comunión con mi amada Iglesia, por qué os fuisteis separando, por qué os olvidaron del amor y la entrega de mi Hijo por cada uno y de su muerte y por el dolor y sufrimiento que tuvo que soportar, por qué os olvidaron que Él, puro, cargó no sólo con la cruz sino con los pecados de vosotros, sus hermanos, y le pidió al Padre el perdón de vuestros pecados para que volvierais a ser libres criaturas de la creación, y qué hicieron cada uno de vosotros, nada, todo lo contrario, atacaron despiadadamente más y más y cada día con más ensañamiento a todos los que os rodean y comenzaron a perseguir a mis Hijos e Hijas Predilectas, a mi amada Iglesia, queriendo callar su voz sin darse cuenta que al callar la voz de mi Iglesia querían callar la voz de VUESTRO PADRE. Hasta dónde habéis llegado, hasta creerse Dioses en la tierra, creyendo que teníais y tenéis el derecho de someter a vuestro prójimo, de crear vuestras propias leyes donde la única palabra la tenéis vosotros y no dejáis hablar, ni siquiera permiten la defensa de aquel a que os atrevéis a juzgar, pensasteis que sois todo poderosos y os olvidasteis que sois un simple mortal, que por más poder, dinero y jerarquía que tengáis sois igual a todos vuestros hermanos, más aún, sois y seréis juzgados de la misma forma cuando partáis de este mundo a la vida verdadera, de la misma forma, y ni vuestras coronas ni vuestras jerarquías, ni vuestro dinero, os servirán de nada porque allí, frente a la mirada de CRISTO JESÚS, estaréis de la misma forma que cualquier hermano o hermana vuestra, y os aseguro que cuando se abra el Libro de la Verdad y la Vida y en sus páginas aparezca la muerte, las lágrimas, el odio y el rencor como tratabais a vuestros hermanos y hermanas, seréis juzgados con inmenso dolor, pero seréis juzgados y veréis que habréis perdido el Reino de los Cielos por vuestra propia decisión, y es allí donde os daréis cuenta que habéis cambiado unos años por toda una eternidad, que os perderéis de estar junto a vuestro amado Padre, a vuestro Hermano y a mí, vuestra Madre, os perderéis de estar gozando del paraíso y siendo libres para caer entre el fuego, la oscuridad y el dolor más inmenso.
Hoy os hablo para que meditéis, para que volváis a mi morada, para que destruyáis todas las armas y poderíos que obtuvieron y comencéis a uniros todos los pueblos y naciones del mundo en uno solo y habléis el idioma del amor, de la paz y de la armonía, y en vuestros corazones reine por siempre la luz de CRISTO JESÚS. Por eso os convoco a todos, sin distinción de ninguna clase, a que volváis a retomar sus pasos y os espero en mi morada PARA QUE UNÁIS VUESTRAS VOCES EN EL SANTO ROSARIO, PARA QUE CONFESÉIS VUESTROS PECADOS Y RECIBÁIS EL CUERPO Y LA SANGRE DE MI AMADO HIJO Y OS CONSAGRÉIS AL INMACULADO CORAZÓN DE JESÚS, Y A PARTIR DE ESTE INSTANTE SEÁIS UN VERDADERO APÓSTOL DE LA PALABRA, UN MENSAJERO DE SU AMOR Y UN PEREGRINO EVANGELIZANDO AL MUNDO. Os ruego y os pido simplemente que comencéis a vivir en unidad y salvéis entre todos vuestro mundo y volváis al comienzo, que caminéis cumpliendo con cada uno de los SAGRADOS MANDAMIENTOS, sino, hijitos míos, nada os salvará a aquellos que os apartaron, a aquellos que desafían continuamente a vuestro Padre, de perderse entre las tinieblas y caer para siempre en la oscuridad y el dolor.
Meditad de mis palabras, y os ruego, volved a caminar por el sendero de la luz y el amor. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
01/08/2011 11:55 Horas.
CAPITAL FEDERAL – PROVINCIA DE BUENOS AIRES - REPÚBLICA ARGENTINA
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