ELEVACIÓN A LA
SANTÍSIMA TRINIDAD
“Oh Dios mío,
Trinidad a quien adoro, ayúdame a olvidarme totalmente de mí para establecerme
en Ti, inmóvil y tranquilo, como si ya mi alma estuviera en la eternidad. Que
nada pueda turbar mi paz, ni hacerme salir de Ti, oh mi inmutable, sino que
cada minuto me sumerja más en la hondura de tu Misterio.
Pacifica mi alma,
haz de ella tu cielo, tu morada de amor y el lugar de tu descanso. Que en ella
nunca te deje solo, sino que esté ahí con todo mi ser, todo despierto en fe, todo adorante, totalmente
entregado a tu acción creadora.
Oh mi Cristo amado, crucificado por amor, quisiera
ser, en mi alma, una esposa para tu Corazón, quisiera cubrirte de gloria,
quisiera amarte…, hasta morir de amor. Pero siento mi impotencia: te pido ser
revestido de Ti mismo, identificar mi alma con cada movimiento de la Tuya,
sumergirme en Ti, ser invadido por Ti, ser sustituido por Ti, para que mi vida
no sea sino irradiación de tu Vida. Ven a mí como Adorador, como Reparador y
como Salvador.
Oh Verbo eterno, Palabra de mi Dios, quiero pasar
mi vida escuchándote, quiero volverme totalmente dócil, para aprenderlo todo de
Ti. Y luego, a través de todas las noches, de todos los vacíos, de todas mis
impotencias, quiero fijar siempre la mirada en Ti y morar en tu inmensa luz.
Oh Astro mío querido, fascíname, para que ya no
pueda salir de tu esplendor.
Oh Fuego abrazador, Espíritu de amor, desciende
sobre mí, para que en mi alma se realice como una encarnación del Verbo: que yo
sea para Él como una prolongación de su Humanidad Sacratísima en la que renueve
todo su Misterio.
Y Tú, oh Padre, inclínate sobre esta pobre criatura
tuya, cúbrela con tu sombra, no veas en ella sino a tu Hijo Predilecto en quien
tienes todas tus complacencias.
Oh mis Tres, mi Todo, mi Bienaventuranza, Soledad
infinita, Inmensidad en que me pierdo, me entrego a Vos como una presa.
Sumergíos en mí para que yo me sumerja en Vos, hasta que vaya a contemplar en
vuestra luz el abismo de vuestras grandezas”
Beata Isabel de la Trinidad
ORACIONES A DIOS PADRE
DIOS MÍO, CREO EN TI
Dios mío, creo en ti, espero en ti, te amo sobre todas las cosas
con toda mi alma, con todo mi corazón, con todas mis fuerzas; te amo porque
eres infinitamente bueno y porque eres digno de ser amado; y, porque te amo, me
pesa de todo corazón haberte ofendido: ten misericordia de mí, pecador.
Amén.
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