Tengo noticias de último minuto que acabamos de recibir y quiero compartirlas contigo, te lo quiero contar porque sólo gracias a ti y a tu generosidad es posible escribir estas líneas.
En mi correo anterior te conté sobre Ana María y la insulina que necesitaba. Hoy con muchísima alegría te cuento que el 16 de agosto llegaron 5 palets con 2,330 kilos de medicinas al puerto de Venezuela.
Luego, el jueves 23 del mismo mes nuestro contacto en Venezuela nos comentó que por devaluación de la moneda había un retraso en la entrega, ¡imagínate nuestro nerviosismo!
Pero finalmente, el viernes 31 de agosto la Fundación “La Pastillita” nos confirmó que el envío llegó a sus almacenes para poder comenzar el reparto a quienes realmente lo necesitan.
Gracias por hacer posible que llegue la ayuda a nuestros hermanos venezolanos.
Ahora, volvamos al caso de Ana María.
Ana María ¿te acuerdas? te escribí sobre ella hace un par de días (te copio aquel correo debajo de este) ese día consiguió su insulina. Y fue casi de milagro, ella se llevó las dos últimas inyecciones que había en aquel sitio, un cuartito escondido en lo más hondo de Santa Rosalía.
Cuando los pagó y los tuvo en la mano, se puso muy contenta, pero, inmediatamente, sintió cargo de conciencia. Por pagar esa barbaridad…
¿Sabes lo que cuesta una inyección de insulina en Venezuela? Pues depende de dónde lo compres, pero una pequeña fortuna... puede rondar, fácilmente. el 1 millón de bolívares o algo menos, o veinte veces más, mientras que una caja (con cinco) se acerca a... es que ni se sabe a qué. Fíjate que 3 millones bolívares equivalen a 1 dólar y UN DÓLAR es el sueldo mínimo MENSUAL.
Las medicinas en Venezuela, sobre todo algunas, se cotizan, como en bolsa, a diario y a peso de oro.
Tú y yo podemos cambiar eso; al menos para algunas personas, llevándoles medicinas, con un pequeño gesto, haciendo click aquí:
¿Puedes hacer ese gesto, hacer ahora un donativo de 5 euros para que podamos sacar las medicinas de los contenedoresy llevárselas a los enfermos que las están esperando?
Ese click tuyo puede suponer una mejoría espectacular en la vida de muchas personas.
Gente que te necesita.
En nombre de ellos y por todo lo que haces, un millón de gracias.
Luis Losada y todo el equipo de CitizenGO
P. S. El pasado 22 de junio, el presidente de Venezuela, Maduro, triplicó el salario mínimo y lo situó en... ¡un dólar al mes! sí, sí, lees bien, no es una errata mía ni una noticia equivocada: ¡UN DÓLAR AL MES DE SALARIO MÍNIMO!
Maduro, como es lógico, habló en bolívares, no en dólares y la cantidad es, en bolívares, 3 millones que equivalen a... 1 dólar en un país en el que la inflación es galopante y se calcula (Fondo Monetario Internacional) que puede cerrar el año por encima del 13.000%
¿Y por qué tenía Ana María cargo de conciencia después de pagar sus medicinas? Ese salario mínimo, que es más o menos el que ella gana, te puede dar para comprar dos huevos al día (y nada más) o 60 gramos de carne al día (y nada más), o un poco de leche para mezclarla con agua y engañar el hambre de los niños (y nada más). Y ella tuvo que gastarse mucho de lo que no tiene, en la insulina que le permita vivir y seguir criando, como pueda, a María Eugenia y Alejandro.
---MI CORREO DE LA SEMANA PASADA---
Hola
Lunes, 07:00 de la mañana, Parroquia Sucre, área metropolitana del norte-oeste de Caracas. Como todas las mañanas sobre esa hora, Ana María, 38 años, viuda, anda con prisa terminando de ayudar a vestirse a sus dos hijos: María Eugenia (10 años) y Alejandro (6). En unos minutos les preparará un vaso de leche, convenientemente rebajada con agua para que la poca que le queda ya en casa le alcance al menos para un par de días y los acercará a casa de la abuela María, para que ella los acompañe más tarde al colegio.
Ana María siempre va con prisas pero hoy especialmente. Le han dicho que hay un sitio en Santa Rosalía de Palermo (en la otra punta del área metropolitana de Caracas) en el que quizá pueda comprar una injección (quizá incluso dos) de insulina: —Ojalá queden cuando llegue —piensa preocupada mientras termina de peinar a Alejandro— y me alcance lo que tengo para pagar lo que me pidan.
Ana María es diabética y está muy preocupada: hace ya casi dos semanas que no se inyecta insulina. No hay, o la que hay es extremadamente cara y ella no puede permitírsela.
El problema de Ana María se agrava, además, por el hecho de que no puede permitirse la alimentación que necesita. Su sueldo solo le da para comer yuca, plátanos, y en el mejor de los casos, arroz (una dieta nefasta para un diabético). Nada de carne, pollo, pescado o ensaladas. Sus precios son inalcanzables para ella.
La insulina antes se la daban en el IVSS (Instituto Venezolano de los Seguros Sociales), luego la consiguió a través de un familiar que está en el Sumet (Sindicato de Trabajadores Municipales) y después en otras organizaciones del Estado, pero, desde hace aproximadamente un año y medio, la situación se ha complicado. Y ya no hay. Ni siquiera como al principio, cuando dejaron de dársela a través del Ministerio del Poder Popular para la Salud, puede encontrarla en Locatel o Farmatodo, que allí antes sí había pero ahora ya no, o casi nunca.
Hoy le toca irse para Santa Rosalía de Palermo, pero ha habido veces que se ha desplazado hasta Maracay o Valencia y hubo una vez que incluso fue a Ciudad Bolívar, a 600 kilómetros de su casa, buscando la insulina que le permita vivir y que, en realidad, no puede permitirse.
Esa es la vida, día a día, de Ana María y de millones de Venezolanos que no consiguen (ni pagando a precio de oro) los medicamentos que necesitan.
Venezuela se muere sin medicamentos: más del 80% de la población tiene dificultades para acceder a las medicinas que necesita.
Es un crimen de lesa humanidad cometido por un sistema (comunista) que prefiere dejar morir a su población antes que admitir sus errores y permitir un pasillo humanitario que aliviara la situación, de extrema gravedad y sufrimiento, del pueblo venezolano.
Y es verdad que seguramente no podemos, sin más, como quisiéramos tú y yo, arreglar de forma inmediata el problema de Venezuela…
Pero ahora tenemos la oportunidad de llevarle insulina a Ana María y aliviar el dolor y el sufrimiento de miles y miles de personas como ella que necesitan medicinas. Tú y yo podemos llevárselas.
De hecho hace unos días entregamos los primeros 5mil dólares de esta operación que solo acaba de empezar…
Hace unas semanas se pusieron en contacto con nosotros un grupo de personas que trabajan en y con varias asociaciones de Venezuela (dada la dificilísima situación del país, no puedo darte, como me gustaría, detalles sobre nada de esto).
Estos grupos y personas tienen, por donaciones y por compras hechas gracias a las donaciones de muchos benefactores de todo el mundo, contenedores y contenedores de medicamentos listos para ser distribuidos, gratuitamente, entre los enfermos necesitados de Venezuela... insulina para Ana María.
Pero no tienen medios para llevar todas esas medicinas a Venezuela y, dentro de esta, a los distintos estados, regiones y ciudades en las que pretenden distribuirlas.
Y nos han pedido ayuda. Necesitan dinero para que esas medicinas salgan de los contenedores y alivien el dolor de los que las esperan. Y les hemos dicho que sí, que cuenten con los citizengoers de todo el mundo.
Y ahí entras tú por eso te escribo, porque ahora tenemos (tú y yo, me incluyo, por supuesto) la oportunidad de aliviar el dolor, la situación de miles de personas (niños, enfermos crónicos, embarazadas, ancianos… son los grupos de mayor riesgo) en situación de extrema vulnerabilidad.
Así que…
¿Podrías apoyarlos con un donativo 5 euros para que podamos reunir el dinero suficiente para llevar esos medicamentos que están esperando los venezolanos... para llevarle insulina a Ana María?
Sin ti, están condenados.
Luis Losada, Javier Villamor y todo el equipo de CitizenGO
P. D. Ana María es un nombre ficticio, pero su historia es real. Y puede que no la conozcas nunca, es lo más probable, aunque ¿quién sabe, no...? Pero lo que sí es seguro es que si contribuyes ahora, con esa cantidad o con cualquier otra que te parezca razonable, este sencillo acto, ese click que te pido ahora puede cambiar la vida de muchas personas, salvarle la vida a alguien, cambiar el futuro de muchas familias…
P.D.2: Ya ayudas mucho a CitizenGO y te lo agradezo infinitamente. Espero que puedas dar un paso más y apoyarnos también con esta iniciativa.
Una cosa más...
Seguro que conoces a alguien a quien le importa este asunto, ¿por qué no le reenvías este correo?
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