25-12-09
NAVIDAD
Virgen:
Marga: quiero que hagas más oración. Si no, te digo que no vas a poder resistir
todo esto.
La furia del Demonio se desata contra ti. Yo se lo he permitido. Tanto, para probar
a los Santos.
Él cree que tiene dominio sobre vosotros, porque intenta, desatando vuestras
pasiones, que caigáis en el mundo de su mal y del pecado.
Pero Yo he de demostrarle que, en su honor y contra él, Yo me he procurado y
formado un dulce pero potente y fuerte Ejército. Ejército contra el mal que luchará
contra él. Desatando sus iras, las iras del Averno.
Porque no conseguirá detenerle.
No vencerle.
Parecerá muerto, pero Yo le devolveré la vida.
Su Virgen, la Virgen de Dios, es su Capitana.
Y tú, niña, serás mi valedora. ¿En qué sentido “valedora”?
Me valdré de ti para proclamar Su Nombre, para proclamar que Su Nombre es
Santo.
El mal goza en hacerte sufrir y goza en verte sufrir. Se regocija en los logros que
cree obtenidos.
Esta simple jaqueca, es celebrada en el infierno como una fiesta contra ti.
Verás: todo sufrimiento físico, que es motivado por la consecuencia del pecado
original, es celebrado por el Demonio. Es fruto de lo que el Demonio sembró en
Eva y posteriormente en Adán.
La Mujer, Eva, como “madre de todos los vivientes”, es redimida por Mí, la Nueva
Eva, la Blanca Eva, Inmaculada Eva.
Yo: la Nueva Eva, redimí a la Mujer de la esclavitud del pecado.
El Demonio, por odio hacia Mí, ataca contra la Mujer, queriéndola desbancar y
herir con su zarpa de Malo, de Inmundo.
Por eso, hija, contra la mujer tantos abusos.
Es porque está llamada a ser Eva: la madre de todos los vivientes. Y es porque a
través de ella, llega la vida al mundo, nacen los hombres.
A través de la mujer nacen los hombres tanto físicamente como espiritualmente. Es
la mujer la que les da a la vida, la que los da a la luz.
Por eso el término: “dar a luz”
Por medio de ella también quiso Dios, antes del pecado, que los hombres vinieran a
la luz.
Y la Nueva Eva tan sólo lo que hace es recuperar esa condición del género
femenino, de ser realmente Madre. Madre que da a luz. Hija de la Vida. Esposa del
Verbo. Es Madre para la Vida, no para la muerte.
Con el pecado, entro la muerte en el mundo.223
Los hombres, amada hija, en lugar de estar naciendo, están muriendo, están
muriendo a la Vida.
Este pecado de Aborto es una prefiguración de lo que ocurre en la realidad de
vuestra humanidad actual.
Los hombres no nacen, no nacen a la luz, dados a luz por sus madres: son
condenados a la fosa, la fosa del pecado, donde, putrefactos, se pudren con otros
cuerpos, compañeros de desdichas.
El Aborto es una prefiguración del infierno y de la condenación eterna.
Actualmente, los hombres no nacen: mueren.
Y son sus madres las que les asesinan.
¿Quieres decir que las madres son culpables de la condenación de los hijos?
No siempre directamente. Sí culpable la humanidad de no proteger y cuidar la maternidad y de no ayudar a la madre a llevar a cabo su función, para la que ha sido
creada: dar vida. Acoger a la vida. Cuidar a la vida. Llevar hacia la vida.
La mujer es más culpable que el hombre, pues la vida comienza y da término en
ella. Si la mujer no quiere, no se mata a la vida.
La mujer es culpable de dejarse corromper. Dejarse corromper por la tentación.
Tentación que viene directamente del Tentador y del Seductor, que sabe qué decir
para halagar y para convencer sus gustos.
Toda mujer tiene en sí misma la esencia de defender la vida, y es culpable de
dejársela corromper.
¡Por eso, hija, mira!: Ante ti se presenta esta ocasión de defender la vida de tus
cuatro hijos y el honor del quinto, que está en el Cielo. En el Cielo conmigo, sí.
La vida de los que en Ti creemos, no termina, se transforma.224
¡Lucha por la vida de la fe en tu familia y en tus hijos!
Serás primicia de las que vendrán.
Después de ti, leerán tus escritos y verán en ti cómo la Nueva Eva puso y levantó tu
dignidad como mujer, que estaba aplastada bajo el yugo del pecado.
Madre: pero a mí la realidad me habla de otra cosa, de que soy una pobre
desgraciada.
Tú eres primicias de la Salvación.
Por ti, otros verán la Luz.
Para salvación de muchos. Empezando por tus hijos.
Para que tus hijos vean la Luz.
Donde había mentiras: reinará la Verdad.
Donde oscuridad: Luz.
Donde odio: amor.
Donde tinieblas: esperanza.
Donde “burla a Dios”: esperanza.
Donde miedo y esclavitud: libertad y confianza.
Donde desazón: paz.
Y tu Libro será el consuelo de muchos.
No es “mi Libro”, es el Vuestro.
Es tu Libro. Hija.
Eres tú la autora, pues prestaste tu pluma. Eres tú la autora, pues accediste a Su
Voluntad sobre ti.
Fíjate.
(Me fijo en mis dedos, que hasta tienen callos y la forma del boli por escribir
tanto.
Entonces, me coge mi mano fea, que está con el boli, y me la besa suavemente.
No puedo describir mi gratitud hacia Ella en este gesto de agradecimiento y
Amor hacia mí)
Si tú dijiste Sí, otros verán la Luz. Y serás asociada conmigo en el papel de Nueva Eva Redentora del género humano.
Porque se trata de decir Sí a la Voluntad de Dios en vuestra vida.
Y ésta fue la Suya contigo.
Mira: contempla al Bebé en la cuna y mira cómo miro Yo al contemplarLe y veo
los símbolos de la Pasión. Un paño teñido de Sangre que será su Sudario y Clavos y
palos alrededor del Pesebre.
Este Niño viene a Salvar al mundo y por él tendrá que morir. Los suyos no le
reconocerán, e irá a buscar a las ovejas que no son de Israel a las que les anunciará
la buena noticia, y le creerán.
En sus juegos están todos los Profetas que le van a anunciar para cuando Él vuelva
en su Segunda Venida Gloriosa a la tierra.
Se regocija y se alegra en ellos. Y ellos le consuelan. Y ellos le sirven.
Por ellos crea estrategias y pasos a seguir para que anuncien al mundo Su
Salvación. Se cuentan entre sus objetos preferidos, de los que siempre se hace
acompañar y busca para ocupar su tiempo. Su Tiempo de Hombre, su Tiempo de
Dios.
Tú, oh, niña, pequeña niña: “La última de sus profetas”. La última elegida para
anunciar al mundo la Salvación, antes de que Él venga, venga de Nuevo.
Tu Mensaje cierra una época y abre otra.
Cierra la época de la Misericordia, abre la de la Salvación.
Con tu Mensaje se inaugura la Segunda Venida. Empieza la Segunda Venida.
Se abre el Camino para el Reinado Eucarístico de Jesús.
Tú, la que menos vale, considerada por todos como “digna de tomar el pelo” e
ingenua.
Tú, la que desperdicias los dones y los echas a perder en la basura, eres levantada
como ejemplo de abandono, serenidad y pulcritud. Eres hecha modelo de cumplir
la Voluntad de Dios en ti, pese a las discordias que se fraguan a tu alrededor y pese
a las envidias.
“¡¡¿Por qué a ella?!!” , repite con rabia el Maligno desde su suelo. ¿Por qué a ella?
Sorpresa para él y para todos. Yo te preparé desde lo escondido y Yo te presenté al
mundo en el tiempo propicio.
¡Este es el Tiempo de vuestra Salvación!
Como aquello que un día oíste a los Ángeles:
“Éste es el Día
Éste es el Día
Éste es el Día de vuestra Salvación.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Éste es el Día de vuestra Salvación”
“¡Esa fortaleza que le da a ella la oración, y yo no tengo!” (Es una frase de una persona que conozco)
Oye, oye en esa voz la voz del Demonio que reconoce su debilidad ante ti.
Y siéntete fuerte, fuerte en Mí y en mi Oración.
Recupera, todos los días, en Mí y en la Oración, tu Fuerza.
Y cuando te sientas más
débil: Ora más.
Piensa que todas tus otras labores pueden esperar y estate segura en Mí, que Yo, si
quiero, puedo enviar a mis Ángeles que te arreglen la cocina o que te manden los
correos.
(Lo dice porque pongo esto muchas veces por encima del tiempo de oración)
Si haces a punto la oración, no habrá necesidad de desplegar el Ejército Angélico.
No habrá necesidad. Porque tú, en la armonía que te da el estar bajo mi manto y
bajo mi luz, podrás realizarlo todo cabalmente sola.
Mas si esto fuera necesario, no dudes, hija mía, que hasta por ti lo haría, hasta haría
esto por ti.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.
Te bendigo, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Amén.
223 Cfr. Rm 5,12.
224 Cfr. Prefacio de la Misa de difuntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario