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MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
El Papa Francisco recibe a Telepace Foto: Vatican Media
El Papa Francisco explicó que “las herramientas de comunicación son un don de Dios” porque implican una ampliación de los horizontes para muchas personas; por tanto, indicó, “es un regalo” y a la vez “una gran responsabilidad”.
Así lo dijo el Pontífice en la audiencia concedida a los colaboradores de la emisora italiana Telepace con motivo de su 40° aniversario de fundación este 13 de diciembre.
El Santo Padre animó a los comunicadores a ser "canales vivos de espiritualidad para Dios” y para todos los espectadores, sobre todo de los pobres, los últimos, los excluidos, como por ejemplo los presos y los condenados a muerte. Realizar “la espiritualidad de la caridad”, alentó.
Además, el Papa remarcó la importancia de la “proximidad” en la comunicación “que se hace cargo, consuela, cura, acompaña y celebra”, y destacó esta vocación de Telepace junto a su auténtico servicio “a Dios y al hombre en la Iglesia”, que no acepta ningún tipo de publicidad y vive solamente de donativos.
“Como para los primeros cristianos, hay un confiarse totalmente a la Providencia, que se basa en la invitación de Jesús: Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura”, señaló.
De este modo, el Santo Padre recordó que fue por deseo de San Juan Pablo II en 1990 que abrieron la sede de Roma para transmitir las audiencias generales, el Ángelus, el Rosario y las celebraciones papales.
En esta línea, el Papa les pidió “ser antenas de espiritualidad” para saber “reconocer los signos espirituales del amor misericordioso del Padre en todo lo que sucede” y conducir hacia “la Buena Nueva en medio del drama de la historia”.
Asimismo, el Santo Padre exhortó a “educar a los jóvenes en la escuela del Evangelio” y hacerlo “sin presunción y sin hacer proselitismo, dando testimonio del amor del Señor y tendiendo su mano a todos los jóvenes del mundo”.
“Cómo me gustaría que también los medios de comunicación prestasen más atención a los jóvenes, no contando solo sus fracasos, sino también sus sueños y sus esperanzas”, exclamó el Papa, quien remarcó que educar a los jóvenes en la escuela del Evangelio significa, ante todo, “ser testigos de la única Palabra que salva”.
Por último, el Papa Francisco animó a ser “narradores que no caigan en el chisme”. Comunicar no solo transmitiendo noticias, sino con “disponibilidad, enriquecimiento mutuo, relación”, indicó.
Por eso, insistió en la importancia de promover un “periodismo de paz” y “comunicar de manera responsable, pensando también en cuanto daño se puede hacer la lengua, con el chisme”.
“Queridos amigos, dentro de poco será Navidad. Preparémonos para este gran misterio en silencio: dejemos que hable el Niño; dejemos que su mirada, pobre e indefensa, penetre en nuestros corazones y con su ternura nos haga ‘canales’ de paz”, concluyó.
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