13-01-2011
Virgen:
En la Iglesia existen buenos y malos. Dentro de los unos y los otros hay grados.
Los más malos de los malos, son personas entregadas a Satanás. Bien ellas mismas
o por sus padres ya incluso antes de nacer. Estas personas trabajan a favor del
Anticristo, para hacerlo subir en el pedestal, llegado el momento. ¿Sabes? No son
muchos. Pero son suficientes. Y están en puestos importantes.
Luego están los que directamente no trabajan al servicio del Anticristo, pero sí lo
hacen al servicio de los que trabajan al servicio del Anticristo. Dentro de éstos,
también hay muchos grados. El Demonio trabaja por poseerlos, en uno u otro
campo de su alma. En algunos ya lo consigue. Juegan peligrosamente con fuego. Y
se queman. Terminan por quemarse. Estos también están en puestos influyentes de
la Iglesia. Si no tan importantes a simple vista, sí en lo interior. Su actuación cedida
en lo profundo de su alma al mal o a los vicios, va corroyendo y haciendo mella en
la Iglesia por dentro, como en sus cimientos o como dentro de la piedra. Cual virus
que la infecta. Aparentemente buena, pero podrida por dentro. Que a la voz del
Anticristo y sus secuaces, hará que caiga toda la construcción, deshaciendo esa
piedra que forma el muro de las paredes de mi Iglesia.
La situación está ahí hace mucho tiempo así. Pocos lo saben. Y si lo saben, pocos
lo creen.
Los muros de mi Iglesia. Las piedras que construyen mi Iglesia, corroídas por
dentro, caerán, se desmenuzarán a la voz del Anticristo.
Amada, luego están los que, ingenuos o incautos, se ponen a obedecer las órdenes
dadas por estos hacedores de las órdenes de los secuaces del Anticristo. Estos
incautos, muchos lo son por negligencia propia, porque no se formaron bien,
culpablemente, porque no se esforzaron, porque no practicaron el ayuno y la
penitencia. Mención especial merecen los que abandonaron la oración. Sobre ellos
se volcaron todas las garras de los intereses de Satanás.
¿Crees que es fácil para Mí dictar el Mensaje que quiero enviar para España? No
encuentro nadie que lo quiera escuchar. Aun tú eres reacia.
Vuestra historia actual reciente os hace desconfiar de todo lo que tenga que ver con
“la Nación”.
Y si tengo un Mensaje para España, es un Mensaje para España, no para una
entidad sin forma o inexistente. Y si ese Mensaje quieren llamarlo “nacionalista”,
pueden hacerlo, ya que España es una nación.
¿No sabes qué significa “Nación”, hija mía? Estúdialo. Y su diferencia con “País”.
La Nación hispana es católica y romana. Y esto es así mal que les pese a algunos.
Por medio de esto se consiguió la unidad de España y la prosperidad moral y
material. Por medio de esto las almas nobles se elevaron a grandes ideales y fueron
capaces de emprender las más grandes hazañas.
Por medio de caracteres forzados en la crudeza de las luchas por la Patria, fue
permitido que conquistaran nuevos mundos y les llevaran la fe.
No se entendía
llegar a un sitio y no dar lo mejor que teníais de vosotros mismos, y lo que os había
hecho poderosos y dichosos: la fe.
¿Por qué en medio de este pueblo, que Dios conquistó para Cristo, ahora no
encuentro ni un alma noble capaz de dar la vida por sus nobles ideales? ¿Queda
algo de lo que habéis sido, hijos?
No vine para unos cuantos: vengo para todos.
No excluiros los que no amáis a España como una Nación. Aprended a hacerlo por
medio de vuestro amor al prójimo.
Mamá, diciendo esto, la mitad de los españoles te rechazará.
Vengo sólo para una tercera parte.
¿No vienes para todos?
Sí, pero sólo ésos me responderán.
Mamá, esto es justo lo que no quiero que me digas, porque estos Mensajes
van a ser utilizados así. Veo cómo sacarán frases de contexto.
Bien, hija, pues si no quieres, no sigas.
¡No! No, no, perdona, perdóname.
Amada Marga: éste es sólo el principio de lo que tengo que decirte, y los que
quieran entender, mirarán el Mensaje en su conjunto, como un todo, no sacando
frases de contexto. Para éstos, toda aclaración o revelación, se convierte en
confusión. No son éstos los que nos ocupan.
No podéis olvidar la Guerra del 36, porque esa Guerra continúa hoy en vosotros.
¡Arrea! Si lo que queremos es superar los prejuicios.
No ha sido falsificando vuestra Historia como los habéis superado, como habrás
podido comprobar. Ha sido tergiversando cómo habéis contribuido a que sigan
instalados en vosotros el odio entre hermanos y el ataque a la Iglesia y a Cristo.
Tuvisteis una falsa época de paz. Donde se barnizó todo y muchos actuaron por
temor. Se dijeron católicos donde no lo eran. Y ves que hoy día perduran y salen a
la luz los frutos de esos “católicos” falsos. Luego, no asombrarse por lo que ocurre.
Muchos dignatarios de hoy día en vuestra nación, nacen de cunas falsamente
católicas.
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