13-03-2011
(Experimento Su Amor. Su Unción. Todo como un Don. Primero mi
indigencia, mi pecado, infidelidad, indiferencia a su Amor. Y su Llamada a
ser toda suya. Físicamente, sale luz, color y fuego del Sagrario. Tanto, que te
deja casi sin respiración. Es abrumante su Amor, cuando viene a ti y te
envuelve por todos lados. Te mece. O te arrulla. Es como un gozo en el
corazón, que te empieza a entrar un calor muy raro, como gozoso. Del que no
quisieras salir nunca. Es algo Suyo, porque pasado un momento, se queda
todo como frío y estático, que debe ser como está normalmente. O que lo hace
así para que yo note la diferencia y sepa que no depende de mí, sino que es
algo que Él me da. Que lo da como un Don. Su Corazón, en el Sagrario,
palpita. Luego sigo experimentando su intensidad de Amor. El corazón se
acelera y noto que no puedo respirar. Del Corazón que hay en el Sagrario,
salen sus labios y sus brazos, manos. Me abraza y me besa. Unión esponsal.
Luego, su Cruz se estampa sobre mí otra vez. Esto de la Cruz estampándose
sobre mí como un sello que abarca mi cuerpo, lo veo continuamente cuando
contemplo una Cruz)
Jesús:
No escuches otras voces que quieren contarte la no-verdad sobre tu vida. No es eso.
No es así.
Tu vida es y ha sido toda mía. Y ahora, en el final, ¡quiero que lo sea aún más!
(Es Jesús tan entusiasta. No le entiendo bien, ese entusiasmo que tiene
conmigo. No se corresponde con el objeto. No es normal. Es como si para Él
yo fuera otra cosa de la que soy o creo que soy. Es como si a la hora de
amarme, no viera ni uno de mis fallos. Pero Jesús, ¿no ves?, ¿no los ves?
Aunque eso se corresponde también con un conocimiento tan profundo de ti.
¡Con un conocer tanto todo lo tuyo! Todo lo tuyo lo conoce, no se le escapa
nada. Y sabe qué es lo que te tiene que dar para hacerte feliz. Quiere dártelo.
Está esperando a que repares en Él, a que le eches un vistazo, siquiera. Sólo
una miradita. Su Corazón saltará de Alegría por una mirada tuya. “¡Por fin!”
pensará. “¡Por fin se ha fijado en Mí!” Sabe que eso nunca lo podrás olvidar.
Nadie puede mirar realmente al Hijo de Dios y olvidarse de Él. Mirar, en un
atisbo siquiera, mirar su Amor. Ver sus ojos, cómo te miran y cómo recogen
tu mirada. Y su cara. Su sonrisa. Su Corazón. En su Cara refleja su Corazón.
Se ve que te quiere. Que te ama. Como un Esposo. Sabe que eso es lo que
alejará para siempre del mal: conocer su Amor. El Demonio lo sabe, y por
eso, todo su empeño está en hacer conseguir que nunca jamás vuelvas tu
mirada al Corazón de Dios por mil ardides: “No me ama. ¡No me puede
amar! Con lo que yo soy. Se ha olvidado de mí. No le importo”… Jesús me
llama la atención sobre su Cruz. Que la esposa, lo es en la Cruz. El tálamo
nupcial de los esposos, es la Cruz)
Ven a Mí, esposa díscola, que rechazas con tus sentimientos la Cruz. Ven a Mí, que
Yo te haré dichosa, pero no como tú piensas. Es la dicha eterna, sin fin. Es la dicha
del Amor. Que comienza ahora en la tierra, pero que tiene su continuidad en el
Cielo.
¿En el Cielo habrá Cruz?
Sí. No como tú piensas, pero sí la hay. La Cruz es Cruz
Gloriosa. La Cruz es la Resurrección. Sin la Cruz, no hay Resurrección. La Cruz
Victoriosa. La Cruz de la Dicha. La dicha sin fin. Digo que hay Cruz, y no lo
entiendes, porque vosotros no habéis entendido lo que es la Cruz.
La Cruz, una cosa tan amada por mis esposas verdaderas aquí en la tierra, ¿cómo
negársela en el Cielo? Si es donde tú y Yo nos unimos. Si es nuestro tálamo
nupcial…
Conoced la dicha de la Cruz. El Cielo de la Cruz. La Unión de la Cruz. La Alegría
que se experimenta al estar unida a Mí. A mi Pasión.
¿En el Cielo no hay Pasión?
Sí la hay, porque en el Cielo está todo. Pero no vivida
como desde la tierra.
Recoged las mieles de la Pasión.
Todos, todos vuestros sufrimientos ofrecidos y vividos con amor y abnegación aquí
en la tierra, recogedlos allí con los frutos.
En el cielo Yo tengo las Llagas.
¿Cómo será vuestro cuerpo llegada la Resurrección de los cuerpos?
Vuestro cuerpo llevará, relumbrando, las marcas de cada sufrimiento físico que
llevasteis o que os infringisteis voluntariamente, por Amor, y por estar unidos a Mí.
El recorrido de vuestro cilicio…487
. Quizá haya cuerpos que todo él será una luz,
pues “no hay zona que no haya sido magullada”.488 “Han taladrado todos mis
huesos”.489 “Por sus cardenales, hemos sido curados”.490
¡Oh, Amor mío! Cómo amo los cuerpos de mis esposas, crucificadas en esta vida
por Amor a Mí. Esos cuerpos relucirán en la eternidad, por años sin límites. ¡Bellos
y hermosos cuerpos! Cuerpos entregados al Amor. Yo amo no sólo vuestra alma,
sino también vuestro cuerpo. Y el cuerpo que más me agrada, es el más sacrificado.
Por Amor.
No hace falta que te diga la diferencia de hacer un sacrificio con amor y otro sin
amor. A través de estos escritos, hablo para “los inteligentes”. Sí... ésos que el
mundo rechaza porque los tiene por tontos. Esos llamados “locos” por sus
coetáneos. A los que nadie entiende porque se fijan y estudian “la ciencia de la
Cruz”. Apuntados en esta “Universidad para locos” de atar, no quieren saber nada
de las grandezas humanas ni de la “ciencia del buen saber”, la “del buen vivir”. ¡Oh, amados locos de atar! Locos del Corazón de Jesús. ¿Querréis venir a Mí más
para que os ate? Os ate, pero con Lazos de Amor, con Lazos de unión.
Son “lazos humanos”491, hijos, porque no hablo para los pájaros ni para los lirios
del campo, sino para los hombres. Os hablo a vosotros, y me entrego a vosotros.
Porque YO SOY DIOS Y HOMBRE VERDADERO ¡HOMBRE VERDADERO!
No olvidéis nunca esto.
Yo era Dios. Pero era Hombre. Yo Soy Dios, pero Soy
Hombre. Yo seguiré siendo Dios y siendo Hombre. Y como Hombre me dirijo a mi
Esposa: la Humanidad.
Soy ese Hombre Verdadero, que en Verdad, en Espíritu y Verdad, se comunica a su
Esposa, la criatura.
La criatura salió de sus manos, pues era Dios y la creó. Pero no quiere que vuelva a
sus manos sin su consentimiento.
Por eso, toda la historia del hombre sobre la tierra es un declararse de Amor de
Dios a él, y una correspondencia o no a ese Amor.
Miles de formas tengo. Hay miles de formas en las que Yo me declaro y muestro
mi Amor a las criaturas. Desde una puesta de sol, hasta una enfermedad. Consiste
en saberlas descubrir. ¡Y cuántos pasarán por la vida sin darse cuenta de esto!
¿Queréis ir vosotros a decírselo? A cuantos más mejor. Sus días se acaban, y no
han descubierto todavía el Amor de Dios.
¡Si tuviera entre vosotros pequeños arquitectos, pequeños peones constructores, que
fueran trabajando por levantarme mi Obra! ¡Sí…! Aún confío en que lo haréis.
Siempre confiaré. Y siempre he confiado.
¡Seguid unidos a Mí! Seguid viniendo a Mí.
Ve, que te esperan.
(A hacer un Vía Crucis).492
487 Son adornos que lucen.
488 Cfr. Is 1,6.
489 Cfr. Sal 22,17.
490 Cfr. Is 53,5.
491 Cfr. Os 11,4.
492 Durante el Vía Crucis, salieron todos los textos bíblicos sobre los que Jesús me
había estado hablando previamente en la oración. Vía Crucis de San Josemaría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario