Cuantas cosas se os
han dicho sobre la creación, de eso hoy voy hablaros, de todas las cosas que
los hombres han dicho sobre la creación del mundo y del universo todo. Teorías,
hipótesis, todas y cada una con lo que el que las formuló, creyó exactas y definitivas,
pero ninguna de ellas, pudo decir aún, quién originó todo.
Explosión, dicen
algunos, y dime hijo mío, ¿Quién o qué cosas produjo esa explosión? ¿Donde se
originó esa primera chispa?
Pues si existió
hijo mío, algo la debió haber originado. Y la respuesta es DIOS.
Yo Soy el Creador
de todas las cosas,la primera chispa,el primer estallido,la primera galaxia,la
primera estrella, el primer mundo,
He puesto vida en
él, muchas vidas a lo largo del universo todo y el hombre mi mayor creación,
que fue evolucionando, pero con un destino divino, desde siempre su alma supo
todo y debió recrear su existencia, pues debía crecer y evolucionar de la nada,
conocer la pequeñez, para luego llegar a la grandeza.
Por eso vuestra
vida ha sido guiada, vuestro recuerdo ha sido iluminado, para llegar hoy, hijos
míos a ser uno solo en el recuerdo, en vuestro ser, uno solo en vuestra
esencia, uno solo en vuestro Dios.
Ahora veis que os
amasteis desde siempre, que vuestra vida fue una sola, ahora conocéis que la
creación no termina en Dios, sois co-creadores con Él, cada paso de vuestra
existencia ayudó a la creación del mundo y aún continua, pues vuestros actos
todos buenos o malos inciden en la marcha del universo.
Así cuando desde
siempre vuestra alma vivió en la unión y en el servicio nuevamente se funden
para continuar la obra que fue comenzada en el amor.
Y cuando un alma
elige el camino de la desconfianza y de la destrucción, crea más destrucción,
más tristeza y genera más dolor, por lo tanto el mal y el bien existen desde
siempre para el equilibrio del universo todo.
Si hay un bien,
debe existir también su contrapartida, el mal como vosotros lo llamáis, pero el
mal no como lo conocéis, sino el mal en la ausencia de Dios, en la desolación
del ser interior del hombre. El mal provoca vacío interior y distancia de
vuestro Dios, lejanía eterna, perpetua, puerta cerrada e infranqueable, para
aquellos que deciden y optan por él.
Por eso hijos míos,
sólo existía un modo de que mis hijos, todos conocieran su destino de grandeza,
y era diciéndoselos. Os he enviado a lo largo de la historia, infinidad de
mensajeros, os he llamado personalmente, os he hablado de miles de maneras y
ahora a quienes he decidido, serán mis testigos en el mundo, también os hablo
personalmente, a pesar de vuestro destino de grandeza, también transitaron por
la pequeñez y en el conocimiento de vuestra pequeñez, podéis ahora vislumbrar
vuestra grandeza, la de vuestro ser, la que les habla de ser hijos del amor,
hijos de Dios.
No se puede conocer
al mismo tiempo lo importante, si antes no habéis visto lo insignificante. Lo
que sois es lo que siempre fuisteis y siempre seréis. Vuestra mente y vuestro
cuerpo, vuestra inteligencia ahora han de recrearse pero al mismo tiempo han de
remembrarse, pues os ha dicho que sois los miembros de un solo cuerpo, pero los
miembros del cuerpo han de volver a unirse para que la creación toda recupere
el equilibrio perdido. Los miembros se encuentran dispersos y desorientados.
Remembrar las partes del cuerpo, he allí vuestra misión, para conservar y
conseguir la unidad. Cuantas divisiones existen en el mundo, cuantas religiones
hay tratando cada una de acentuar su verdad.
Y hay una sola
religión la del Amor, no importan templos, ni sus doctrinas, sino existe el
amor, simplemente no existen, simplemente son ecos vacíos, cada ser de vuestro
mundo puede formar su religión ¿A qué llaman religión los hombres?
¿Al pelearse uno
con otros para saber quien tiene el mejor lugar?
Y sin embargo
mientras discuten en aras del bien, en aras a su Dios, el mundo se extingue
frente a sus ojos, ¿A donde iréis? ¿A donde vivirán vuestros hijos?
La creación fue una
sola vez y vosotros debéis recrearos vosotros mismos y recrear vuestra creación.
Hijos míos, no veo
ni lo uno ni lo otro. Vuestra religión ya lo veis, no ha hecho una buena labor,
desgraciadamente hijos míos no estaréis dispuestos a aprender mientras
rechacéis todo lo que no sea vuestra propia verdad. No fuisteis hechos para
morir nunca, vuestro destino jamás fue un destino de muerte y aún no lo es sino
un destino de vida en abundancia.
Vida es la palabra
de vuestra prédica, llamar a la vida, no a la muerte, cansado estoy de escuchar
tonterías. Vuestro destino es la destrucción, vuestro destino es la muerte
proclaman a los gritos muchos, destruyendo toda esperanza, toda posibilidad de
engrandecer el reino. Que mezquino y que avaro me muestran al mundo, ¿Así es
vuestro Padre?
¿Cómo puedo dar a
mis hijos una serpiente que los muerda y los elimine del mundo con su veneno
letal, en lugar de darles pan?
Y así marcha el
hombre, y así marcha el mundo, y así el astuto gana terreno en vuestras almas,
hasta la más pequeña molécula es importante para vuestro Padre, y no seré yo
quien la destruya, pues con amor la formé. Recordad siempre la Santísima
Trinidad, espíritu, mente, cuerpo, eso tenedlo siempre presente, en la
creación, en la recreación del mundo, enseñad la unión de lo principal en el
hombre, la unión de espíritu, mente y cuerpo.
Así sea.
La energía que hoy
está en vosotros es la energía primera, la energía que en vuestros cuerpos
terrenales os causa molestias, la energía que acelera vuestro corazón, es la
energía primera, hijos míos.
Experimentáis lo
que muchos hombres pagarían por experimentar, la energía primera la energía que
dio origen a la vida. Ahora comprendéis como vuestra energía de amor ha dado
origen a la vida que pronto nacerá y verá la luz, la fuerza que hará girar al
nuevo mundo. Amen.
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