MI SEÑOR JESUS
Amados hijos vuestro Padre os convoca a todos a poneros en marcha, debéis iniciar todos el camino de la misión, es tiempo de que aquellos que han permanecido dormidos, despierten, aquellos que están a medio despertar sean movilizados por vosotros y aquellos que ya han despertado inicien el camino de la maestría, debéis iniciar la misión del mundo, es la gran misión continental en la que todos los hombres de buena voluntad, aquellos que han abrazado la fe, trabajen por el nuevo reino.
Debéis buscar a vuestros hermanos pues aquél que busca a un hermano para llevarlo al seno del amor de Dios, es porque ama, debéis ante todo oír a vuestros hermanos, debéis hacerles sentir que son parte importante en la vida del nuevo reino, que son tomadas en cuenta, aún aquellos que al parecer nada tienen para dar, descubrirán merced a vosotros mis hijos que el hombre tiene todo su ser para entregar, tiene manos para entregarlas al Padre, llenas de obras de amor, posee pies para andar los caminos del mundo anunciando la buena nueva del amor de Dios.
Vuestros hermanos precisan que se les reconozca como hombres y mujeres, hijos de Dios a fin de poder dar luego paso al dialogo, a la lectura de la Palabra de Dios, como así también de cada palabra que ha emanado de mi Ser en los últimos tiempos, pues estos, son los tiempos de Dios, es el tiempo que vuestro Padre se ha reservado para sí, a fin de mostrar la luz al mundo, la luz del amor, sí como un día vuestro Padre os puso todo al alcance de vuestra mano y sólo se reservó para sí el poder de decidir sobre el mal y el bien, así hoy vuestro Padre se ha reservado este nuevo tiempo a fin de aumentar en millones los hombres y mujeres que reconocen que el mundo es regido por un Ser Superior, un maestro divino que ha fundado la creación toda y que el Gran Hacedor a entregado su ser para que los hombres pudieran ver su rostro en la figura de su amado Hijo Jesús el Cristo, nacido del seno virginal de mi amada esposa quien no dudó en rebajarse a sí mismo y convertirse en el último de todos los mortales a fin de devolveros a la vida eterna, a fin de devolveros la santidad y la gracia originales, perdidos por desobediencia al mandato de vuestro Dios.
Deben mis hijos merced a la oración acercar uniendo en una sola fe a los que aún caminan separados por el mundo, todos mis maestros, aquellos que dan mis mensajes, debéis asistir en las necesidades espirituales y materiales a vuestros hermanos más postergados, no se trata de llevar una doctrina, tampoco se trata hijos míos de iniciar una campaña a fin de ver quien lleva mas ovejas a su redil, aumentando las divisiones entre vosotros, mis maestros, se trata de llevar vivencias, de mostrar un estilo de vida diferente y mostrar sobretodo ejemplos de dar testimonio de que nada de lo que se os pide es imposible de lograr. No os afanéis tanto en dar razones, explicaciones de lo divino, lo divino no encuentra explicación en la razón, más bien debéis afanaros en buscar al ser humano, de la misma manera que es necesario que os encontréis con la Palabra que es vuestro Maestro y Señor.
También es necesario que se produzca el encuentro con los hombres, llegando a lo más profundo de sus sentimientos, la misión buscará llegar a todos los niveles sociales, es necesario que marquéis vuestra presencia en todos los ambientes de la humanidad, abarcando todos los aspectos de vuestra vida, ocupando espacios en los lugares importantes de vuestra soledad, infiltrándoos en los lugares más recónditos y difíciles, pues es allí donde nadie se atreve a pronunciar siquiera, la palabra amor, fe, reconciliación, justicia, verdad, equidad.
Regresad a las fuentes, regresad a lo que los primeros cristianos hicieron, visitad en sus hogares personalmente a las personas, anunciadles la buena nueva de Dios, organizad comidas donde el amor sea el plato principal, organizad encuentros donde mis mensajes sean leídos, comentados, asimilados y también cuestionados, pues en el cuestionamiento llega la posibilidad de dar luz. Formad comunidades de base y desde allí nacerán nuevas comunidades, comunidades en donde os sentéis en torno a la mesa de la palabra y del amor, mesas en las cuales compartiréis alimentos y también vida, fe, oración, esta Gran Misión a la que os convoco es asistida por el impulso de mi Santo Espíritu, constituyendo un nuevo pentecostés, para todos aquellos hijos míos que han ido llegando poco a poco al seno de mi amor y para todos aquellos que aún están a medio despertar.
Vuestro Padre os convoca a todos sin importar raza ni credo, ni estrato social, pues sois todos iguales a los ojos de Dios, vuestro Padre os convoca a buscar puntos de unión, puntos de entendimiento, esta gran misión debe acercaros cada vez más entre vosotros y en mi Divino Ser, es este pues el momento de encender la hoguera y dejar que el viento sople sobre el brasero de la fe, tiene que ser un acontecimiento de gracia, un acontecimiento que anime vuestro espíritu misionero, a fin de incrementar el nuevo reino del amor, aquél que está en vosotros mismos, aquel que da los frutos en la medida en que vosotros os convencéis plenamente de que es vuestro Padre el que os habla, os he llamado particularmente y por vuestro nombre y os he mostrado mi intimidad, aquella que os abraza en mi amor perpetuo.
Ahora os envío a fin de practicar entre vosotros lo que de vuestro Padre habéis recibido, levantaos todos, no tengáis miedo, pues no estáis solos, no os dejéis convencer, de que el mundo será destruido y que no vale la pena la lucha. Vuestro Padre os dice os grita a vuestros oídos no os detengáis, es hora de misionar, de luchar y de vencer, la victoria es vuestra si en vosotros hay fe, responded generosamente a mi llamado, sed misioneros, dejaos seducir por la Palabra de vuestro Dios.
Ante vuestras preguntas ¿A dónde iré Padre? ¿Qué ha de ser de mí? ¿Para que estoy en este mundo? Vuestro Padre os responde estáis aquí para haceros divinos en mi Ser, a fin de lograr recuperar lo que habéis perdido hace ya mucho tiempo, vuestra vida es mi vida, lo que hacéis en ese mundo lo bueno o lo malo, todo es camino a la nueva creación, no tengo hijos malos, a ninguno de vosotros os he creado más que con amor, la lejanía de vuestro Padre ha hecho crecer la oscuridad antes que la luz en vuestro ser, sois luz, sois soles de la nueva creación, sois estrellas refulgentes del universo todo, sois cometas que atraviesan el firmamento de la tierra que cruzan el espacio y que visitan otros mundos, sois el corazón de la creación, viajáis en el tiempo y en el espacio, pero no os dais cuenta, no sabéis toda la gloria que poseéis dentro ese es vuestro destino, entonces no demoréis mas, abrazaos a mi amor. Sed lo que habéis sido destinados a ser hijos del Rey, solo es preciso responder, aquí estoy Señor envíame, que en mi SEA, como los apóstoles que siguieron los pasos de mi hijo, así también vosotros debéis seguir sus mismos pasos, andar sus mismos caminos, pues aquello que es para Dios, perdura en el tiempo y vuestra entrega será compensada, se os devolverá el ciento por uno por cada cosa a la que habéis renunciado por Mi, por mi palabra por el evangelio, Yo Soy vuestro Padre, os amo entrañablemente con la locura propia de un padre que ha creado a sus hijos de la nada, pues cuando nada había ya vuestro Padre os había pensado, os había engendrado en el seno de su vientre, todo lo que hay de grande maravilloso y divino es vuestra herencia, todo fue hecho por vosotros y para vosotros, sois mis herederos, entonces hijos míos comportaos como tales, no sois sirvientes, sois mis hijos, poséis la dignidad real de vuestro Padre, calzaos y caminad en la gran misión, aquella comunidad que cada uno de vosotros ha forjado posee ya hermanos que pueden iniciar el camino de la misión, muchos ya han despertado, pueden iniciar ya el camino a la maestría, a fin de acrecentar los maestros diseminados a lo ancho del mundo, que la paz de vuestro paz os inunde por completo, que la armonía reine en vuestro ser y entre vosotros, que el amor florezca día a día como una flor nueva del jardín de vuestro Padre que la fuente de la vida, sacie la sed de todos vosotros y que la sangre del cordero derramada sobre el altar riegue vuestro espíritu y os renueve en el amor.
Así sea.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
07/04/2011 04:00 Horas.
Amados hijos míos, hoy os convoco a cada uno de vosotros a que os pongáis de pie y comencéis a caminar lentamente a través de la luz divina de mi amado Señor tras los pasos de mi Hijo para que comencéis a sembrar sobre toda la tierra la palabra, para que de esa forma podáis cumplir la gran misión que os he venido pidiendo desde hace muchos años, por eso os he elegido para que junto a vuestros Pastores salgáis a evangelizar porque ya es tiempo que a aquellos hermanos vuestros que se han quedado dormidos os hagáis despertar, y aquellos que os encontráis a medio despertar, a través de la palabra y de vuestro acercamiento a cada uno de ellos, debéis comenzar a movilizarlos, y que en esa movilización comprendáis y encendáis en sus corazones la Llama Eterna de Mi Amor. Vosotros debéis ser verdaderos apóstoles de la palabra, y para llegar a serlo tenéis que saber llegar al corazón de cada uno de mis pequeños a través de la verdad, a través del amor, de la misericordia y de la justicia, tenéis todos vosotros que salir al mundo y recorrer continente por continente para rescatar a vuestros hermanos, para que el gran rebaño vuelva a unirse, para que todos aquellos que abrazáis con total pasión la cruz que os ha tocado llevar se unan, y ahí, cuando todos estéis unidos bajo la eterna bendición del Espíritu Santo, bajo la Llama Eterna del Amor que parte desde mi corazón de Madre de vosotros y de mi amada Iglesia, ya estéis en la unidad total.
Deberéis comenzar a trabajar por el nuevo reino y tendréis que estar preparados para recibir a mi amado Hijo JESÚS que ha de descender hasta vuestro mundo y junto a todos vosotros os enseñará y caminará sembrando el amor a su paso y toda maldad, odio, rencor y mentira desaparecerán de la faz del mundo.
Cada uno de vosotros, a partir de hoy, tenéis la labor de ir en busca de vuestros hermanos y hermanas que igual que tú os encuentran en el mundo y en total unidad guiarlos y aprender a escucharse entre sí y abrir vuestros corazones para dejar ingresar a mi Hijo y poder oír su voz diciéndoles el sendero por el cual deberéis caminar, un sendero que está lleno de esperanza, de amor, de misericordia y de paz basado en los SAGRADOS MANDAMIENTOS. Tenéis que ser fieles reflejos de mi Hijo, tenéis que vivir en la más profunda e inmensa humildad y entregar a vuestros hermanos el amor que emana vuestro corazón, pero tenéis que entregaos en total comunión, y esa comunión tiene que tener una base sólida porque depende de ella para que toda la fuerza del amor y la esperanza crezca y anide en el corazón de aquellos hermanos que hoy están tan alejados del sendero de la luz. Vuestra labor será ardua pequeños míos, porque primero deberéis oír, saber escuchar a cada uno de vuestros hermanos, y a su vez tenéis la obligación, con el amor más inmenso que partirá desde el centro de vuestros corazones, haceros sentir a cada uno de ellos que son importantes para restaurar en vuestro mundo, en toda la tierra y en todos los continentes, el REINO DE CRISTO JESÚS. Cada uno de ellos son nuestros amados hijos e hijas, a cada uno de ellos os entregamos ésta Llama de Amor y la luz que emana el Corazón de mi Hijo, queremos que cada uno de ellos os unan al rebaño, que renunciéis a todo y seáis libres, que toméis la decisión de venir hasta mi morada y que realicéis la más grande y profunda confesión a través del corazón, y de esa forma romperéis todas las ataduras que no os permiten ver la realidad de un mundo que ha caído en la más profunda oscuridad llevados por el ángel desterrado y por sus seguidores, para ellos tenéis que preparaos, para ello tenéis que rezar el Santo Rosario para cegar al maligno y La Coronilla para estar junto al Corazón de mi Hijo. Haced ayuno y sed libres hijos, sí, libres para que podáis hablar y para que nadie ya jamás os tenga atados y os conduzcan por un sendero de oscuridad. Vosotros sois el pueblo, la Gran Nación de CRISTO JESÚS, vosotros viven en la tierra prometida donde mi Hijo, os repito, ha de descender para caminar entre vosotros, para llevaros la palabra, para enseñaros a sembrar el mundo con la semilla de la paz, esa paz que hoy no la tenéis, esa paz que anida en muy pocos corazones, os enseñará a estar todos unidos, os enseñará a caminar juntos y a vivir en eterna comunión, esa comunión que os hará brillar como luceros en la inmensa oscuridad.
Amados hijos, vosotros tenéis que trabajar para ésta nueva era, vosotros tenéis que comenzar a hablar y caminar por todo lugar llevando las palabras que se encuentran en el Libro Sagrado, pero tenéis que junto a ellas llevarles y depositar en sus manos mis palabras, las palabras de vuestra Madre, para que reine la armonía entre todos los hombres y mujeres de buena voluntad que habitan vuestra tierra. Vosotros tenéis que comprender y entender que los tiempos se acortan, pero no porque nosotros lo hemos decidido, sino vosotros mismos amados hijos, vosotros vais acortando todo en vuestro andar a través de todos estos años, a través de inmensas guerras, de vuestros continuos ataques a la Madre Tierra, al paraíso que mi Señor os entregó para que vivieran felices y cuidaran de él, vosotros sois los guardianes de vuestro mundo y os lo dejaron arrebatar de vuestras propias manos para ponerlo en las manos de aquellos que hoy os gobiernan y os llevan a crueles enfrentamientos y que cometen todo acto de salvajismo total en contra de la naturaleza, y si la naturaleza muere, amados hijos, si todo se pierde, junto con ella perecerá todo sobre la tierra y junto con todos vosotros también.
Por eso os ha llegado la hora de despertar, no podéis seguir más tiempo indiferentes a los hechos que se van suscitando en todo el planeta, os ruego y os pido por favor que comencéis a vivir en armonía, y para vivir en armonía tenéis que aprender a enseñar, y para ello, por pedido de mi amado Señor y mi Hijo y el Espíritu Santo, me enviaron a prepararlos para enseñarles a todos cómo debéis de comenzar a vivir y estar unidos en vuestro mundo. Hijitos míos, si no comenzáis ya, si no comenzáis a caminar, os aseguro que todo se ha de perder, os aseguro que todo se ha de convertir en una inmensa noche y esa noche os traerá mucho dolor y llanto a muchos de vosotros y a todo el mundo. Os recuerdo, vuestra tierra es la tierra que ha de albergar a todos los peregrinos que llegarán de todas partes de los continentes, tenéis que estar preparados, tenéis que estar con un corazón lleno de amor para poder dar, para poder entregar a cada uno de vuestros hermanos esa Llama de Amor y que se extienda y sea entregada a cada uno de los que llegarán hasta vuestra nación, la Nación de CRISTO JESÚS, donde todo el rebaño se unirá para rezar junto a mi amado Hijo la oración que Él os ha dejado.
Os ruego y os pido, sed siempre fieles a vuestro PAPA y tenéis que estar unidos a vuestros Sacerdotes, los Pastores, aquellos que están guiando el gran rebaño, no os separéis de ellos, cuidaos unos a otros y no permitáis que nada ni nadie vuelva a envenenar las mentes y los corazones de mis pequeños con inmensas mentiras. Por eso tenéis que estar alertas, por eso os llamo a la unidad a todos, todas las religiones tienen que unirse en el Corazón Inmaculado de JESÚS, tenéis que seguir tras sus pasos y liberar y romper las ataduras y quitar de los ojos la venda de millones de mis pequeños que durante años y años han tenido sobre ellos sin permitirles ver una realidad y por ello se han perdido muchas almas, que os pido y os ruego que recéis por ellas para que puedan elevarse al Reino de los Cielos.
Amados hijitos, os pido desde mi corazón de Madre la unidad de todos vosotros y que seáis fieles al CORAZÓN INMACULADO DE JESÚS, MI AMADO HIJO, Y A TRAVÉS DE ÉL AL PADRE Y AL ESPÍRITU SANTO, OS PIDO COMO MADRE DE LA IGLESIA, COMO INTERCESORA FRENTE A MI AMADO SEÑOR, COMO CAPITANA DE LAS FUERZAS CELESTIALES Y MADRE DE LA TIERRA Y EL UNIVERSO. HIJOS MÍOS, HOY ES EL MOMENTO DE COMENZAR A SEMBRAR, OS REITERO, Y VERÉIS QUE EN MUY CORTO PLAZO ESA SIEMBRA OS MOSTRARÁ LA COSECHA Y HA DE SER FÉRTIL Y SE EXTENDERÁ SOBRE TODA LA TIERRA.
Mis amados hijos, os amo y quiero que sepáis que yo he de estar al frente de todos vosotros junto a los Ángeles y Arcángeles, junto a las fuerzas celestiales para quitar del sendero toda maldad, odio y rencor. Yo estoy aquí a vuestro lado, yo os acompañaré, OS PROMETO AMADOS HIJOS MÍOS. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
07/04/2011 04:00 Horas.
AVELLANEDA - PROVINCIA DE BUENOS AIRES - REPÚBLICA ARGENTINA
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