Nuestra línea editorial ha incluido recientemente
noticias de diversas fuentes respecto a variados temas que, aparentemente, en
nada se relacionan con los asuntos sobre el cristianismo, que siempre hemos
publicado. La razón por la que incluimos estos asuntos es que el orden temporal
puede, definitivamente, favorecer o desfavorecer la salvación de los hombres.
Por ejemplo, una nación socialista, por su conjunto de leyes y normas, y
particularmente por la mentalidad que ese conjunto forma en sus habitantes, es
evidentemente perjudicial para la causa de la iglesia militante: el reinado de
Cristo sobre las naciones y la salvación de las almas.
Nuestro Señor Jesucristo tiene el derecho a reinar
sobre las naciones
Lo primero para entrar en la materia, es comprender
qué es el “Nuevo Orden Mundial”, promovido por los líderes del mundo
El Nuevo Orden Mundial es el gobierno de la
“República Universal”, esencialmente atea y contraria al orden natural y
cristiano. Es el sistema político, económico, social y religioso por el cual,
un gobierno totalitario y unificado, supra-nacional, excluye todo lo que tenga
resabios de cristianismo. Es la religión y el gobierno de satanás en el mundo
contemporáneo.
Discurso de George W. Bush en Naciones Unidas, la
sede masónica del Nuevo Orden Mundial
Paradójicamente, este nuevo gobierno universal es
ateo pero a la vez es confesional: su religión es el paganismo anti-católico
militante.
La nueva república universal tiene por dogma el laicismo
absoluto (la expulsión de Nuestro Señor de la vida pública), la igualdad
totalitaria (la cual incluye la equiparación de la unión sodomita al matrimonio
cristiano, etc.) y la necesidad de un gobierno supra territorial que ligue a
las naciones en una nueva concordia ficticia (ONU, OTAN, OEA y UE). Gobierno
que para mantener el anti-natural estado de cosas y prolongarlo en el tiempo,
debe ser policialesco, de estilo dictatorial (la Corte Internacional de
Derechos Humanos, la Corte Internacional de la Haya, el FMI, OMS, etc.).
El Nuevo Orden Mundial es la nueva religión del
demonio para conseguir el control total del hombre y llevarlo a su adoración y
consiguiente catástrofe.
Masones e iluminatti gobiernan las naciones junto
al "príncipe de este siglo", el demonio
El Profesor Plinio Correa de Oliveira explica el
modelo de sociedad del “Nuevo Orden Mundial”: la República Universal
Plinio Correa de Oliveira explica el rol de las
sectas masónicas en la crisis del mundo moderno
En su aclamada obra “Revolución y
Contrarrevolución”, el célebre pensador católico y hombre de acción, Plinio
Correa de Oliveira, explica:
“Un mundo en cuyo seno las patrias unificadas en
una República Universal no sean sino denominaciones geográficas, un mundo sin
desigualdades sociales ni económicas, dirigido por la ciencia y por la técnica,
por la propaganda y por la psicología, para realizar, sin lo sobrenatural, la
felicidad definitiva del hombre: he aquí la utopía hacia la cual la Revolución
nos va encaminando.
En ese mundo, la Redención de Nuestro Señor
Jesucristo nada tiene que hacer. Pues el hombre habrá superado el mal por la
ciencia y habrá transformado la tierra en un “cielo” técnicamente delicioso. Y
por la prolongación indefinida de la vida esperará vencer un día a la muerte”
Los agentes del Nuevo Orden Mundial, las sectas
masónicas
Del mismo libro Revolución y Contrarrevolución,
citamos:
LOS AGENTES DE LA REVOLUCIÓN: LA MASONERÍA Y LAS
DEMÁS FUERZAS SECRETAS
(…) No creemos que el mero dinamismo de las
pasiones y de los errores de los hombres pueda conjugar medios tan diversos
para la consecución de un único fin, es decir, la victoria de la Revolución.
Producir un proceso tan coherente, tan continuo,
como el de la Revolución, a través de las mil vicisitudes de siglos enteros,
llenos de imprevistos de todo orden, nos parece imposible sin la acción de
generaciones sucesivas de conspiradores de una inteligencia y un poder
extraordinarios. Pensar que sin esto la Revolución habría lle- gado al estado
en que se encuentra, es lo mismo que admitir que centenas de letras lanzadas
por una ventana pudieran disponerse es- pontáneamente en el suelo, de manera
que formasen una obra cual- quiera, por ejemplo la “Oda a Satanás” de Carducci.
Las fuerzas propulsoras de la Revolución han sido
manipuladas hasta aquí por agentes sagacísimos, que se han servido de ellas
como medios para realizar el proceso revolucionario.
De modo general, pueden calificarse de agentes de
la Revolu- ción todas las sectas, de cualquier naturaleza, engendradas por
ella, desde su nacimiento hasta nuestros días, para la difusión del pensa-
miento o la articulación de las tramas revolucionarias. Sin embargo, la secta
maestra, alrededor de la cual todas se articulan como simples fuerzas
auxiliares —a veces conscientemente, y otras veces no— es la Masonería, según
claramente se desprende de los documentos pon- tificios, y especialmente de la
Encíclica Humanum Genus de León XIII, del 20 de abril de 1884 (1).
El éxito que hasta aquí han alcanzado esos
conspiradores, y particularmente la Masonería, se debe no sólo al hecho de que
poseen una indiscutible capacidad para articularse y conspirar, sino también a
su lúcido conocimiento de lo que es la esencia profunda de la Revolución, y de
cómo utilizar las leyes naturales —hablamos de las de la política, de la
sociología, de la psicología, del arte, de la economía, etc.— para hacer
progresar la realización de sus planes.
En este sentido los agentes del caos y de la
subversión hacen como el científico, que en vez de actuar por sí solo, estudia
y pone en acción las fuerzas, mil veces más poderosas, de la naturaleza.
Es lo que, además de explicar en gran parte el
éxito de la Revolución, constituye una importante indicación para los soldados
de la Contra-Revolución.
La denuncia del Nuevo Orden Mundial y sus agentes
es un imperativo moral
El Papa Leon XIII condena las sectas masónicas por
ser anti-cristianas
Sin esta denuncia, la visión del cristianismo y de
la Iglesia, que nuestro blog proyectaría, estaría incompleta. Acogemos el
llamado del sucesor de San Pedro, Leon XIII, condenando la masonería en su
encíclica “Humanum Genus”:
“A vosotros, venerables hermanos, os pedimos y
rogamos con la mayor insistencia que, uniendo vuestros esfuerzos a los
nuestros, procuréis con ahinco extirpar este inmundo contagio que va penetrando
en todas las venas de la sociedad. Debéis defender la gloria de Dios y la
salvación de los prójimos. Si miráis a estos fines en el combate, no ha de
faltaros el valor ni la fortaleza. Vuestra prudencia os dictará el modo y los
medios mejores de vencer los obstáculos y las dificultades que se levantarán.
Pero como es propio de la autoridad de nuestro ministerio que Nos indiquemos
algunos medios más adecuados para la labor referida, quede bien claro que lo
primero que debéis procurar es arrancar a los masones su máscara, para que sea
conocido de todos su verdadero rostro; y que los pueblos aprendan por medio de
vuestro sermones y pastorales, escritas con este fin, las arteras maniobras de
esas sociedades en el halago y en la seducción, la maldad de sus teorías y la
inmoralidad de su acción (…)”
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