Una mujer pide limosna en una calle de Málaga. / Foto: Jon Nazca (Reuters) | Vídeo: Europa Press
España se encuentra la cabeza de Europa en desigualdad y la institución familiar corre el riesgo de desbordamiento, según un informe de Cáritas
A. PANIAGUA | MADRID elcorreo.com
La pobreza severa, aquella que afecta a los que viven con menos de 307 euros al mes, alcanza ya a tres millones de personas, según el VIII Informe de la Realidad Social de Cáritas, organización que sostiene que está proporción se ha duplicado desde 2007, antes de la crisis, hasta ahora.
Por añadidura, Cáritas constata un crecimiento de la desigualdad, que en España trepa a los valores más altos de Europa. Así, el 20% de la población más pudiente acapara 7,5 más riqueza que el 20% más pobre. La entidad dependiente de la Iglesia ha alertado del riesgo de fractura social y del peligro de desbordamiento de la familia, institución que sigue siendo el principal instrumento de supervivencia para afrontar la recesión. No obstante, el sostén familiar está dando síntomas de agotamiento, como subrayó el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora.
“Vivimos en un modelo de sociedad en el que aumenta la desigualdad cuando hay recesión económica y no se reduce cuando hay expansión”, destaca el estudio, que pone de manifiesto que la pobreza más aguda ha aumentado del 3,5% en 2007 al 6,4% en 2012.
La sociedad está más empobrecida porque, entre otras cosas, ha descendido el umbral que mide este fenómeno. Si en 2009 se podía hablar de que una persona era pobre si tenía menos de 7.980 euros al año, ahora la cantidad se cifra en 7.355 euros por adulto. De esta manera, la pobreza, hablando en términos generales, ha evolucionado del 19,7% al 21,1%, es decir, si en 2007 los pobres eran 8,9 millones de personas, en 2011 representaban 10,5 millones.
Mora ha denunciado que existe "una situación de abandono, injusticia y desposesión de los derechos más básicos de las personas", al tiempo que ha abogado por "no permanecer indiferente ante el dolor ajeno".
Los más vulnerables a la crisis, y también los más atendidos por Cáritas, son los parados, inmigrantes, titulares de hogares monoparentales y personas sin techo. La desprotección social se agrava porque, además de producirse una caída de la renta media, se han restringido las condiciones de acceso a la sanidad, la educación, los servicios sociales y la dependencia.
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