La autoayuda centrada en Jesús.
Gary Zimak, un evangelista católico halló un método sorprendente ¡No me preocupa más!
El escritor, periodista y predicador dice que si alguno ha escuchado hablar de él o leyó sus libros, va a entender por qué esto es un hecho monumental. Y confiesa que es un hecho bien conocido de que ha sido un angustiado severo durante la mayor parte de su vida.
Este es el método que usó.
Mientras yo reconozco que mi ansiedad me tiró más cerca del Señor, el acto de preocuparme estaba teniendo el efecto contrario.
Cuanto más me preocupaba, menos confiaba en Dios. Ahora, pese a dos años de trabajo a tiempo completo como evangelista católico (sin sueldo garantizado y meses, literalmente que vivo al mes), me he encontrado en una posición que nunca pensé posible. ¡No me preocupo más!
Entonces, ¿qué ha cambiado? ¿Cómo fui capaz de quebrar finalmente la preocupación? La respuesta probablemente le sorprenda, como a mí.
Durante muchos años, he tratado de dejar de preocuparme. Me hice a la idea muchas veces a través de los años que iba a “Dejarme ir, permitirle a Dios”,“No tener miedo” y “Que mi corazón no se turbe”. Y yo fallaba, y fallé una y otra vez y fracasé muchas veces después de eso.
No fue sino hasta no hace mucho tiempo que me di cuenta que yo estaba tratando de hacerlo demasiado duro. Sé que parece una locura, pero la razón de que yo no podía dejar de preocuparme es que yo estaba tratando demasiado duro de no preocuparme.
Antes de que usted piense que Gary ha perdido oficialmente la razón, vamos a terminar el pensamiento.
Yo estaba tratando de dejar de preocuparme usando mi “mente sobre el tema”, en un enfoque de “pensamiento positivo” y por eso no pude.
A pesar de que este método era complementado con una buena dosis de oración, lectura de la Biblia y de los Sacramentos, no podía dejar de preocuparme.
Hasta que un día la respuesta se iluminó en mi. Yo estaba tratando tan fuerte que no iba a dejar a Jesús que me ayudara.
Como es el caso con la mayoría de las personas que les gusta el control, yo estaba tan decidido a solucionar el problema por mi cuenta que no iba a permitir que nadie, incluyendo al Señor, me ayudara.
Una vez que dejé de intentarlo y dejé que Jesús hiciera el “trabajo pesado”, mi preocupación se redujo drásticamente.
No me entienda mal, me siguen el temor y la preocupación. Estos sentimientos son normales e incluso pueden ser útiles, ya que a veces le permiten saber que es hora de tomar medidas.
La preocupación, por otro lado, es una respuesta inútil e improductiva de temor. Si bien hay varias maneras correctas para responder al miedo, su objetivo general debería ser acercarse a Jesús. Él es la respuesta definitiva a cualquier problema o dificultad que surja en su vida.
Si usted siente que es demasiado débil como para renunciar a preocuparse, probablemente tenga razón. Estoy en la misma categoría. La buena noticia es que el Señor sabe que somos débiles y que no podemos obligarnos a dejar de preocuparnos.
En su lugar, Él quiere que dejemos de tratar de hacerlo por nuestra cuenta y dejar que Él nos ayude. Se lo digo yo, la manera más fácil para que usted pueda liberarse de la ansiedad es centrarse menos en renunciar a la preocupación y más en Jesús. Hacer esto ha hecho una gran diferencia en mi vida y, finalmente, me ha permitido dejar de preocuparme.
Así que ¿por dónde empezar? Se empieza por hablar con Jesús todos los días pidiéndole que tome el control de su vida.
Que sea un punto leer la Biblia todos los días, aunque sea por unos minutos. Las lecturas de la Misa diaria son perfectas para esto. Además,recibir los sacramentos de la Santa Comunión con la frecuencia que sea posible. Finalmente, vuélvase a la Santísima Virgen y pídale que le ayude.
A medida que Ud. crece en la cercanía al Señor, su preocupación comenzará a disminuir.
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