01 Por ese tiempo cayó enfermo Abías, hijo de Jeroboam.
02 Jeroboam dijo a su mujer: «Tú debes hacer esto: disfrázate para que no sepan que eres la mujer de Jeroboam, y luego ve a Silo. Allí está el profeta Ajías que me anunció que reinaría en este pueblo.
03 Llévate diez panes, tortas y un frasco de miel, entrarás en su casa y él te dirá lo que sucederá con el niño».
04 Así lo hizo la mujer de Jeroboam: se fue para Silo y entró en la casa de Ajías. Este ya no podía ver, tenía fija la vista por su avanzada edad.
05 Pero Yavé había transmitido una palabra a Ajías: «La mujer de Jeroboam viene a consultarte respecto de su hijo que está enfermo, le dirás esto. Cuando se presente, se hará pasar por otra».
06 Así pues, cuando cruzó el umbral de la puerta y Ajías oyó el ruido de sus pasos, éste le dijo: «Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué te hacer pasar por otra? Se me ha encargado para ti un terrible mensaje.
07 Tú repetirás a Jeroboam esta palabra de Yavé, Dios de Israel: Te elegí en medio de mi pueblo para hacerte el jefe de mi pueblo Israel.
08 Le quité el reino a la casa de David para dártelo a ti. Pero tú no has sido como mi servidor David, quien cumplía mis mandamientos, caminaba con todo su corazón siguiéndome, y hacía lo que es recto a mis ojos.
09 Tú has actuado peor que todos los anteriores a ti, te has hecho otros dioses, ídolos de metal que sólo me irritan y me has dejado tirado.
10 Por todo eso haré que sobrevenga la desgracia a la casa de Jeroboam, exterminaré a todos los varones, sean esclavos o libres en Israel. Barreré con la casa de Jeroboam como se barre la basura, hasta que no quede nada.
11 El de la casa de Jeroboam que muera en la ciudad será devorado por los perros, y el que muera en el campo será devorado por las aves: Yavé es quien lo dice».
12 Y en cuanto a ti, levántate y vuelve a tu casa. Apenas atraviesen tus pasos la puerta de la ciudad, el niño morirá.
13 Todo Israel lo llorará y lo enterrarán; será el único de la casa de Jeroboam que reciba una sepultura, porque es el único de la casa de Jeroboam en quien Yavé, Dios de Israel, encontró algo bueno.
14 Yavé instalará en Israel un rey que hará desaparecer la estirpe de Jeroboam; el castigo está cerca; ya está ahí.
15 Yavé sacudirá a Israel como una caña llevada por la corriente, arrancará a Israel de este buen país que dio a sus padres, los dispersará al otro lado del Río, porque han provocado la cólera de Yavé con sus postes sagrados.
16 Entregará a Israel por culpa de los pecados que cometió Jeroboam y que hizo cometer a Israel».
17 La mujer de Jeroboam se levantó y se fue a Tirsa. En los momentos en que atravesaba el umbral de su casa, el niño murió.
18 Lo enterraron y todo Israel lo lloró, según la palabra que Yavé había dicho por medio de su servidor Ajías, el profeta.
19 El resto de los hechos de Jeroboam, sus guerras y su reinado, todo eso está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel.
20 Jeroboam reinó veintidós años, luego se acostó con sus padres y reinó en su lugar su hijo Nadab.
21 Roboam, hijo de Salomón, reinó en Judá; tenía cuarenta y un años cuando subió al trono. Reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que había elegido Yavé entre todas las tribus de Israel para que en ella habitara su Nombre. Su madre era Naama la amorrea.
22 Judá hizo lo que disgusta a Yavé, y provocaron su cólera con sus pecados mucho más que sus padres.
23 También edificaron Altos Lugares con piedras paradas y postes sagrados en todas las altas colinas y bajo cualquier árbol verde.
24 Hubo además homosexuales sagrados en el país e imitaron todas las prácticas vergonzosas de los paganos que había expulsado Yavé ante los israelitas.
25 El quinto año del reinado de Ro boam, Sesonc, rey de Egipto, atacó Jerusalén.
26 Se apoderó de los tesoros de la Casa de Yavé y de los tesoros del palacio real: se apoderó de todo. Tomó todos los escudos de oro que había hecho Salomón;
27 en vez de ellos, el rey Roboam mandó hacer escudos de bronce, y los puso en las manos de los que iban corriendo delante de su carro y de los guardias de la entrada del palacio real.
28 Cada vez que iba el rey al Templo de Yavé, los que corrían delante de él los tomaban y luego los devolvían a la sala de guardia.
29 El resto de los hechos de Roboam, todo lo que hizo, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá.
30 Hubo una guerra continua entre Roboam y Jeroboam.
31 Cuando Roboam se acostó con sus padres, lo enterraron en la ciudad de David; en su lugar reinó Abiam, su hijo.
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