El pasado 29 de junio, el líder del Estado Islámico, como pasó a llamarse recientemente, Abu Bakr Al-Baghdadi, se declaró califa, y le dijo a todos los musulmanes que debían jurarle lealtad. A sus hombres, en la misma declaración, les exigió unidad. Y les ordenó que cualquiera que mostrase sus dudas debía ser decapitado, y su cabeza vaciada. También dijo que los musulmanes no deben caer en las excusas que les permitan eludir al politeísmo, como se le llama despectivamente al cristianismo, por la Santísima Trinidad. Esta es una crítica a la convivencia de los musulmanes con el cristianismo, una creencia que sencillamente debe desaparecer de la faz de la tierra.
Según ha avanzado en el control del territorio de Irak, Estado Islámico (EI) ha intentado cumplir ese objetivo con una feroz determinación. Estado Islámico advirtió a la comunidad cristiana en Mosul que debían abandonarla antes del 19 de julio, o abandonarla. Una vez tomaron la ciudad, marcaron las casas cristianas con una “N”, por la palabra Nasare, literalmente nazareno.
El patriarca cristiano Louis Sako declaró, a comienzos de julio que al menos 100.000 cristianos habían huido de sus casas ante el avance de los islamistas. Barnabas Aid, en una fecha posterior,
cifra el número de refugiados en al menos 200.000.
Sako declaraba con desesperación a AFP: “Nuestro gobierno es incapaz de proteger a nuestra gente, como lo es el gobierno turco. Necesitan trabajar conjuntamente, recibir apoyo internacional, y contar con un equipamiento militar moderno”. “Espero”, terminaba diciendo, “que no sea demasiado tarde para evitar un genocidio”.
Uno de esos refugiados es el arzobispo de Mosul, Amel Shimoun Nona. En una
entrevista concedida al Corriere della sera, advertía: “Nuestro sufrimiento es un preludio del que vosotros, cristianos europeos y occidentales, sufriréis en un futuro inmediato”. Sus palabras de angustia son una llamada a la sociedad occidental: “Por favor, tenéis que entendernos. Vuestros principios liberales y democráticos no tienen ningún valor aquí. De nuevo, debéis considerar la realidad de Oriente Medio, pues estáis dando la bienvenida a un número creciente de musulmanes. También vosotros estáis en peligro. Debéis tomar decisiones valientes y duras, incluso al coste de contradecir vuestros principios. Creéis que todos los hombres son iguales, pero no es cierto: El Islam no dice que todos los hombres sean iguales. Vuestros valores no son sus valores. Si no entendéis esto pronto, seréis víctimas de un enemigo al que habéis dado la bienvenida en vuestra casa”.
¿Por qué dice eso el arzobispo Amel Shimoun Nona? ¿Cómo es la aplicación más pura de los principios del Islam? EI se ha esforzado por cumplir del modo más completo los preceptos del Profeta Mahoma. Según el patriarca Louis Sako ha decapitado de forma sistemática a los niños de las comunidades cristianas. Es una denuncia que ha sido puesta en duda por algunos; al menos que sea de forma sistemática. Pero catholic.org ha accedido a algunas imágenes muy duras, que muestran la brutalidad de EI contra la comunidad cristiana en el territorio que controla.
Se ha
señalado, sin embargo, que una de esas imágenes, la de una niña decapitada, pertenece a la aplicación del islam por otros grupos, en este caso sirios, en 2013. Se trata de Fatima Meghlaj, cuyas imágenes se dieron a conocer el año pasado.
En otras imágenes, muy duras, se ven sin embargo los crímenes cometidos por EI. En una de ellas están desollando a una mujer, y recogiendo la sangre en una palangana. En otras dos se ven los cadáveres de sendas mujeres. En otra unos kurdos recogen los cuerpos de unos niños abandonados, que murieron de sed. Otra de las imágenes muestra a un miembro de EI frente a una verja que alberga las cabezas de varios cristianos decapitados. Varias de ellas recogen los cuerpos crucificados de cristianos asesinados. La prensa árabe
condena los “crímenes contra la humanidad” cometidos por Estado Islámico, y pide que se detenga su actividad criminal.
Hacerlo no será fácil. El Papa, Francisco, también ha pedido que se detenga la matanza de cristianos a manos de los musulmanes de EI, pero no explica cómo. No da el paso de justificar la guerra, pero tampoco dice qué se le puede oponer a la fuerza arrolladora, y brutal, de EI.
Con la caída de Mosul, la comunidad cristiana abandona un lugar en el que han rezado siguiendo las enseñanzas de Cristo durante dos milenios. Yousif Habash, obispo de la Iglesia Católica Siríaca de Mosul,
se ha preguntado ante un periodista de FoxNews: “¿Dónde está la conciencia del mundo? ¿Dónde están las Naciones Unidas? ¿Dónde está la Administración Americana para proteger la paz y la justicia?”.
La Administración Americana, como la llamaba Habash, ya ha llegado. Había intentado abandonar el país, pero su gobierno ha permitido que caiga en el caos y que EI controle gran parte del mismo. Ahora, las bombas de factura estadounidense vuelven a impactar contra suelo iraquí, en este caso contra el nuevo enemigo: Estado Islámico.
El Ejército de los Estados Unidos ha logrado romper el cerco de EI al Monte Sinjar, donde había un campo de refugiados iraquíes, y ha logrado asimismo recuperar Mosul y su catedral.
¿Qué pasos ha dado Naciones Unidas? Han
tomado nota de algunos de los crímenes que han podido comprobar. Y el Consejo de Seguridad, a solicitud de Francia, pidió el 8 de agosto una acción internacional que detuviese la matanza a manos de EI. El pasado viernes, el Consejo aprobó una resolución, promovida por el Reino Unido, que afecta a la financiación del grupo islamista. Más recientemente, Arabia Saudita ha pedido una Resolución del Comité de Seguridad de Naciones Unidas.
Mientras las llamadas a la acción, muy tímidas desde el Vaticano, más abiertas desde otros gobiernos, se agolpan en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, EI continúa su política de limpieza religiosa.
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