25-01-2002
Virgen:
Sigue, porque no sólo queremos levantarte a ti, sino que tú seas primicia de todo lo
que vamos a hacer con el Pueblo.
Mira cómo corremos a la menor respuesta, al menor hasta incluso ademán de
respuesta. Mi Gracia y mi Corazón corren como una flecha a la débil llamada de mi
hijo, de un hijo. Sí, y lo tomamos y lo limpiamos, pues había caído en el barro y se
encuentra manchado. Quiso ir él mismo por su propio pie a meterse en la charca,
enfangarse en el lodo hasta tan alto, que luego no podía salir también por su propio
pie y, asustado de la negrura de su sufrimiento y de la estrechez del pecado que le
ahogaba y le ahogaba todavía más sin poder respirar, pudo aún dar un grito de
auxilio y su Madre, que se encontraba en la montaña, lo oyó y respiró como una
flecha hacia él, levantándolo del barro y salvándolo del lodo donde había caído y
no se podía levantar.
Sólo estaba esperando ese volver la cabeza, ese girarse y arrepentirse de su camino
que un día emprendió, un llorar sus faltas y su situación angustiosa, de angustia
supina por ese olvido de Dios al que redujo su vida y que le llevó a revolcarse en el
fango hasta arriba y mira que ya le estaba llegando al cuello.
¡Menos mal que en su angustia, el afligido invoca al Señor, y El le libra de sus
angustias!415 ¡Bendita angustia si te hizo revivir, si te hizo reencontrarte con tu
Señor! ¡Bendito sea el fango y la estrechez del pecado, si eso te hizo volver a Dios!
¡Bendito el pasarlo mal y el dolor, el pecado y la acción contra Dios! ¡¡Sí!!, ¡¡lo
digo!! Bendito sea si eso te hizo volver a Dios!!
Y lo digo con lágrimas en los Ojos
y el Corazón dolorido, porque tu pecado hirió el mismo Corazón de Dios, pero tú,
hijo mío, ya te encuentras arrepentido y, libre ya de tus culpas, caminas por el
Camino recto, el Camino estrecho, ¡y eso es lo que cuenta!416
416 Termina el párrafo poniéndole todavía más pasión en esta última frase.
26-01-2002
Jesús:
Existe una mezcla en vosotros del bien y el mal. Tenéis que ir desterrando el mal
poco a poco, con vuestros esfuerzos, para conseguir el Reino de Dios en vuestros
corazones y posteriormente en el mundo, construido por corazones convertidos.
Mira que si no hay una conversión interior, no hay nada que hacer.
Y para esta conversión existe la Gracia, sí, pero la Gracia sin vuestros esfuerzos no
tiene nada que hacer.
¡Cómo contemplo y me maravillo de hasta dónde llega la confusión en vosotros en
este punto tan crucial! Oigo predicar y predicar: “Todo es Gracia”, “Todo lo da
Dios”. Y mira que Dios no puede dar la conversión del corazón. Eso es una cosa
que tiene que realizar la propia persona con su personal esfuerzo, su valor para
rechazarlo todo y limpiarse con un gran trabajo propio y entregarse.
Valor.
¿Cómo crees que se realizan las conversiones de mente y de corazón? Con
mucho valor, hija, con mucho valor, además de amor, amor a la Persona que les ha
engendrado y fe en sus Normas. Digamos que la fuerza o la Gracia vienen después,
cuando ella ya se ha puesto en camino.
A veces el ver el camino, ver con claridad el
camino se debe a la Gracia de Dios, a su obra en ella, pero si esa persona no se
pone en marcha, jamás podrá fructificar la Gracia sobre ella derramada.
¿Entiendes? ¡Oh, házselo entender a los míos, los que predican falsedades!
Cansado estoy y harto de oírlas repetir a la saciedad desde púlpitos e iglesias.
¡Falsos pastores que confundís a las ovejas y les decís: “Por ahí, por ahí es el
camino”, conduciéndolas hacia precipicios desde donde se precipitan al vacío,
cayéndose para siempre. Eso es a lo que conduce la falsa predicación de la Gracia
de Dios: la ruina de las ovejas.
Ahora, pastores: pensad qué ha sido la Gracia de Dios en vuestra vida, y hablad por
experiencia.
¿Todo se os ha regalado?: falso. Dios requirió de vuestro esfuerzo para
que pudierais llegar a una cima, desde la que ahora, habiéndoos encaramado,
predicáis. No habéis sido puestos ahí para confusión de las gentes. Os he
establecido en medio y en lo alto de ellos para la predicación, la verdadera
predicación del Reino de Dios.
Sed verdaderos portadores de la Palabra. Y salvad las almas para Cristo. Escuchad.
Escuchad. Y luego actuad. Dad. Amén.
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