12-02-2002
Jesús:
Existe en España una corriente muy peligrosa en lo que al matrimonio se refiere.
Existe, alimentada por el orgullo y la soberbia de algunos431 y azuzada por los
disconformes. ¿Crees tú que con eso se puede cimentar algo bueno? Con esos
materiales, hija mía, que sepas que sólo os van a llevar a la destrucción.
Destrucción de la familia, de la sociedad, de los hijos y de los cónyuges, de los
tejidos más finos y más burdos de las entretelas de las que se compone la sociedad.
¡Oh, Llamamiento desoído y desoído tantas veces por mis arquitectos!
Llamamiento desoído. Porque llamo a su puerta, llamo a su corazón, y no me
quieren oír. Llamo y llamo, y no se me abre.
Procuro iluminar su razón: está embotada. Abrir su mente: la tienen cerrada. Tocar
su corazón: tienen la coraza del orgullo.
Hija mía, y sabe tú que Yo no puedo hacer
nada ante su cerrazón.
Mira que Yo, ¡Dios!, les envío testigos, humildes y mansos testigos, y ellos lo que
hacen con mis propios hijos, los más amados, es echarles de la viña con un
puntapié, cuando no matarlos o intentar asesinarlos.
A ellos no les parece que a unos simples cristianos de a pie les sea revelado el
secreto, porque ellos, con sus estudios, intentaron desenmascararlo, ¡y no es ése!
¡Oh orgullo y soberbia de los que saben, de los sabios y engreídos de este mundo!
¡Oh orgullo!, que me impide penetrar en lo profundo de ese corazón y revelar el
secreto del amor, del amor cristiano en el plan divino.
Dicen que siguen al Papa. Mira tú que sólo y sólo se siguen a ellos mismos. San
Juan Pablo II conoce los secretos del corazón humano, y mira que Yo os digo: ¡no
son ésos!432
¡Jesús mío!, ¡Jesús mío! ¿Qué te pasa?, no llores.
¿Querrás tú, hija, en tu insignificancia, llegarte a ellos y decirles que por ahí no,
que ése no es el camino?
Dime lo que quieres que haga, y lo haré.
Llégate a ellos y diles lo que Yo te diré. Yo te pondré delante del estrado y te
estableceré entre ellos y te diré lo que hay que hacer. Tú primero llégate a ellos y
diles que tienes algo que contarles. Llégate a ellos. Es lo último que voy a hacer por
ellos. Para que luego no puedan decir que no agoté todas las posibilidades. Por tu
intervención algunos se salvarán.
Y es que aunque sólo fuera por uno, merecería la
pena tanto esfuerzo.
Tú llégate primero a ellos y diles: yo tengo un mensaje de mi Dios y vuestro Dios; yo quiero deciros qué dice el Papa acerca del amor humano y
dónde hay que enmarcarlo dentro de lo Divino. Éste es el Don. Éste es el Don del
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Aquí queda dicho.
431 Los que sientan las bases: filósofos, sacerdotes ...
432 Jesús está llorando. Se pone a llorar
12-02-2002
Jesús:
¡Mi amada Iglesia de España!, ¡amada Iglesia de España! Contra Mí luchas. ¿Por
qué contra Mí luchas haciendo caer tu oprobio sobre ti misma? ¿Por qué te
contemplo y te veo enredada y enredada en tus torpes juicios, equivocando a mis
hijos, llevándolos al abismo? Ingrata Iglesia, ¡amada mi Iglesia! ¿Hasta cuándo
tendré que contemplar tanta lucha y división, tanto odio, tan poco amor?
Me obligáis a veros desnudos ante Mí, desnudos y harapientos, cuando erais la
Reina Magna, vestida con Pulcritud, de donde salieron ríos y ríos, caudales de mis
Gracias para los hermanos. La Cuna del Candor, del Don de Dios para la Eternidad.
Y miraos ahora, ¿qué sois ahora? Sois pasto para las fieras, lo que se echa en los
arrabales. Sois el desecho del hombre, lo que nadie quiere. Sois vil cuna de
Satanás.
Pero Yo os digo, ¡oh Iglesia de España!, que ninguna de vuestras obras de muerte
dejará de ser tenida en cuenta, ¡ninguna! Ninguna, aunque mínima fuera, de
vuestras malas obras os dejará de ser tenida en cuenta. Yo he hablado para los
siglos.
Recapacitad, recapacitad y ved: ¿Era éste el Camino?, ¿es éste el Camino por el
que Yo quise lanzaros? O es más bien el Enemigo el que os puso en su ruta, en esta
ruta. ¡Oh mirad bien!, mirad y recapacitad.
Es éste mi último Llamamiento.
¡Amada mi Iglesia de España!, ¡¡vuélvete a tus orígenes!!, ¡reencuéntrate contigo!
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