20-08-2003
Virgen:
No te digo fechas determinadas, pero esto está para sucederos: Los hombres
estaréis en tal violencia unos con los otros, que habitarán entre vosotros los
espíritus del mal y se confundirán con vosotros.
Mira, muchas muertes que tienen lugar ahora en vuestra Patria, son fruto de
posesiones diabólicas de espíritus inmundos. El espíritu inmundo posee de tal
manera a la persona, que la hace ser asesino con su hermano, con su novia, con su
amante, con su nuera... Porque él es asesino.
María, pero también estarán los espíritus del bien.
Sí, pero para eso hará falta estar en Gracia de Dios, y ¿quiénes lo estaréis, hijos
míos? ¿Quiénes de entre vosotros estaréis en Gracia de Dios para que así pueda
habitar en vosotros el Espíritu? ¿Quiénes?
Será difícil, mas Yo confío en vosotros.
Por vuestro lado, si permanecéis en Gracia y perseverando en la oración, actuará el
Espíritu del Bien salvando a vuestros hermanos de las garras del Malo. Luchando
contra ellos, si es preciso.
Mirad, a algunos incluso intentarán mataros y no lo lograrán, defendidos como lo
estaréis por los Ángeles.
Sí, hija, pero esto necesitará mucho apoyo, mucho trabajo. No os lo imagináis.
Os empezaréis a meter en ello sin daros cuenta, como ya lo estáis haciendo ahora.
Vuestro país ya está en guerra. Del pie de guerra ha pasado a la acción en la
Batalla.
Necesito proveeros con las armas del Altísimo para lanzaros a luchar
encarnizadamente en ella Yo no mando a los míos a algo que no saben, ni a una
muerte cierta. Yo les mando a algo para lo que les he preparado con anterioridad,
de lo que obtendrán la vida.
¡Oh! Mi Corazón sufre mucho por las divisiones que tenéis dentro de la misma
Iglesia. Mirad cómo os miráis con recelo. También recelan de vosotros, como
vosotros receláis de ellos. Admitíos. Admitíos mutuamente. Es dolor para mi Corazón la división que existe entre la Iglesia en el suelo de vuestra misma Patria.
Por eso le es también más difícil triunfar al Bien.
¡Si todos permanecierais unidos en Su Amor! Agradeceríais a Dios los diferentes
carismas. No estaríais enfrentados por ellos.
¿Por qué dice Jesús que es una “hora terrible”?
Sí lo es. ¡Qué miedo, hija mía, para los que no viven en Gracia de Dios, que es la
mayoría! A ésos aun un niño les ganará en confianza.741 En su desesperación se
asirán a vuestro cuello.
Vosotros sólo les tenéis que decir: “Convertíos y estad en
Gracia”. Si no quieren tomar ese camino, dejadles, abandonadles, aun en sus gritos
de desesperación. Sí, si quieren, invitadles a estar con vosotros, a cambiar de vida,
reformándose, viviendo según Cristo, de lo que vosotros sois ejemplo, sin vanas
palabras, sólo que os miren y vean.
Pero para eso ¡muy de Cristo! ¿De acuerdo? Y
les vendrá la conversión y el cambio de vida y con él la paz y la eternidad.
Mirad: necesito de vosotros que seáis la piedra fuerte a la que se pueden asir en
medio de la corriente.742
Sí, los cristianos de otros tiempos pensarán: “¿Cómo había tan poca fe?”
Eso es para el tiempo de hoy: Se acabó la fe en vuestros días.
¿Por qué?
Porque se acabó el amor.
Los santos de los últimos tiempos forman una unidad, por lo parecido de su
suplicio. Jesús pensó que en este momento de desolación743, Su Pasión sería lo que os alcanzaría la fuerza de la perseverancia final, y decidió emprenderla con más
brío si cabe. Deseoso de llevarla a cabo para alcanzaros a vosotros méritos y que lo
pudierais sufrir también por Él.
Jesús:
¡Terrible día! ¡Terrible día para España! ¿No querréis vosotros salvar antes de día a
cuantos más podáis? Porque en el día terrible muy pocos serán los que puedan
venir a Mí, y acudirán a vosotros desesperados. ¡Salvad! ¡Habed salvado una
muchedumbre de almas antes de que llegue el Desastre! Decidles que sin vivir en
Gracia no se puede hacer nada.
En el día terrible, ¡como no estéis en Gracia…! Estad, estad en Gracia y
perseverad.
740 Entiendo que no es que haya dos bandos enfrentados, sino que la gente no sabe
contra quién lucha y está muerta de miedo, y en ese estado, se defiende matando
741 Dentro de la “hora terrible” hasta un niño conseguirá estar más tranquilo que los
sin Gracia.
742 Veía corrientes de aquí para allá en un mar como de tempestades y la gente
inmersa en ellas, de aquí para allá. Es muy violento y da realmente miedo. Pero
allá en el medio hay un peñasco del que sobresale centralmente la imagen de la
Virgen de Fátima, y la gente queriéndose subir a él y una vez en él, a salvo. La
Virgen está en paz y sonriendo. Nosotros vemos que en esas corrientes, ¡Dios
mío!, hay familiares nuestros que son arrastrados, y sufrimos, rezamos por ellos.
A algunos conseguimos salvar, no a todos porque, echándoles la mano o una
soga, ¡no la quieren coger! O alargan la mano y no llegan porque alguien les tira
con más fuerza de los pies para abajo hundiéndoles. Estoy asustada y angustiada
viendo esto. La Virgen de Fátima abre sus brazos y nos “achucha” hacia Ella con
el Corazón, protegiéndonos de todo. ¡Qué terrible, Dios mío! ¡Gracias por enviar
a tu Madre! La Virgen está más en la tierra con sus hijos que en el Cielo. Somos
un Ejército que la Virgen ha conseguido salvar de la hecatombe. Ahora que
estamos salvados, dice la Virgen: “¡Vamos hacia allá!” Y dirige su Ejército hacia
un lado en concreto. No veo qué es. Como que todos nos confundimos en Ella
siendo una sola cosa blanca y pura, activa, fuerte, luchadora, reluciente. Que da
como media vuelta y sale lanzada hacia un sitio en concreto.
743 Esta hora terrible de apostasía general.
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