17-12-2010
Virgen:
Margarita: tú has sido puesta aquí, en medio, ¡para ayudar a tantos!
Margarita:
debes creer que lo que te ha dicho el Señor, se cumplirá.451
Margarita: en un tiempo tan confuso que muchos no podrán ver, Yo he dispuesto a
venir para darles Su Luz. Yo no les dejo solos.
Sólo les pido una cosa: que sean capaces de mirar más allá de lo que ven sus ojos, y
descubrirme detrás de tu apariencia humilde.
Yo doy mi Mensaje a los pueblos a través de lo pobre y humilde y escondido.
Mira: cada uno se encuentra ahora mismo mirando por sus intereses. Intereses que
ven ahora mismo amenazados. En tiempos tan difíciles donde los haya.
Pero
queridos: debéis admitir que un cristiano, hoy día, lo perderá todo. Tan amenazado
estará.
Y los que no estén dispuestos a perderlo todo, se irán quedando en las batallas. Sí,
verás a muchos caer, pero a otros tantos resurgir. Cuando los tiempos aún arrecien
más.
A algunos no les verás apostatar, porque su vida ya es una apostasía.
Alejaos de las vidas mundanas que os hagan tropezar. No toméis parte con ellos,452
ni en fiestas ni en banquetes.
Mira, Marga: desproveeros de toda corriente del Malísimo.
Para eso, no las armas
del Demonio: ira, maledicencia, pecado, odio, rencor, vanagloria, impureza,
soberbia, calumnia… Desconfiad de todos los que las portan.
No id con ellos. No toméis parte con ellos. Si persisten en cualquiera de ellas, por
pequeña que sea, serán pasto de Satanás y de sus llamas.
Por eso, amada, la guerra que tenéis que emprender es con las siguientes armas:
amor, pecado-y-perdón-y-arrepentimiento, dolor, tesón y lucha y esfuerzo,
bendición, reconciliación entre hermanos, alegría, paz, mansedumbre, confianza en
la Providencia, humildad, pobreza, austeridad, sacrificio. Y Paz.
Sí, Marga: porque a Jesús le ha parecido bien, quisimos que fueras apóstol para
España.
Y que de tus escritos se pudiera desprender: reconciliación para todos los
pueblos.
Mamá: veo que sirven para inspirar artículos y homilías.
Y Movimientos, y Órdenes religiosas, y alentar a Comunidades decaídas, y elevar
familias, y convertir las gentes.
Sí, porque son Obra del Espíritu Santo.
Amada: no te atribuyas nada. Nunca te atribuyas nada.
451 Cfr. Lc 1,45.
452 Cfr. Ef 5,7.
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