AÑO 2011
01-01-2011
(Santa María Madre de Dios)
Virgen:
Marga amada: no estés apenada.
(Con respecto al Libro)
Esto no será un triunfo de los hombres, sino de Dios.
¿Cuál es la razón de tantos videntes y profetas hoy día?
Hija mía: porque estáis en los últimos avisos.
Muchos de estos videntes son falsos. Por eso, normal que se tengan prevenciones.
Y debéis tenerlas, examinándolo todo y quedándoos con lo bueno.458
Corazón de Jesús:
Amada madre: “madre”, porque tú te ocupas de los sacerdotes. Los “otros Yo” en
la tierra.
Querida madre de los sacerdotes.
Diles esto:
Amados: vuestra vocación es más grande que todos los placeres de la tierra. Ante
vosotros vendrán las generaciones a pediros su reconciliación conmigo. No se la
neguéis.
Os quiero como roca firme ante el Altar.
Os quiero como cordero inmolado.
Os quiero como Esposa ardiente y solícita.
Os quiero como sembradores de la Paz entre mis hermanos.
Os quiero como artífices de la reconciliación.
¡Sois necesarios! ¡Sois necesarios! Que no desertéis de vuestros puestos en las filas.
¡Sois necesarios!
¡Uníos, si os veis débiles! No os quedéis solos.
Uníos alrededor de vuestra Madre con otros hermanos vuestros sacerdotes. Haced
cenáculos de oración adorando la Eucaristía.
No mundanicéis vuestras “carreras”. Vuestra vocación no está hecha para agradar a
los hombres, sino a Dios.459 No granjearos el favor humano que hoy es, y mañana
pasa. Granjeaos el favor de Dios, que dura para siempre.
Vivid vuestra vida eucarística de unión conmigo. ¡Ésa es la que os dará la fuerza!
Si sois débiles, es porque no vivís vuestra vida eucarística de unión.
Quiero que te sacrifiques, en primer lugar, por estos mis hijos sacerdotes. Que
sienten la llamada fuerte de Dios dentro de sí, como privilegiados llamados a una misión excelsa, y piensan que es por sus méritos, y viven el sacerdocio pagados de
sí mismos.
Adoran a las criaturas, y se hacen adorar de ellas, incumpliendo mi
principal mandato: “Al Señor tu Dios adorarás. Sólo a Él darás culto”.460
En segundo lugar, amada, quiero que te sacrifiques por todos estos mis hijos
sacerdotes que dejan su sacerdocio sagrado. Bien por una caída, bien por una
tentación, abandonan los hábitos, para después abandonar el ministerio.
Por todos aquellos que hacen que ejercen su ministerio, sin ejercerlo, y por todos
los que renuncian de él abiertamente para abrazar otro estado de vida.
Luego, quiero que te sacrifiques por todos los niños en peligro de condenación en
su ya más tierna infancia. A ellos y a sus padres y mayores, causantes de todo ello,
les serán pedidas las cuentas muy duramente. Aminora tú los castigos a ellos
merecidos, que recaerán sobre ellos. Y quiere sufrir tú en vida parte de lo que ellos
sufrirían desesperados. Tú, con mi asistimiento y ayuda. Ellos, desesperados en el
infierno. Aminora, por un poco de sufrimiento tú aquí, todas las penas enormes que
ellos sufrirían allí.
¿Cómo puede ser esto?
Esto puede ser por mi Entrañable Misericordia y si tú te unes a mi Pasión.
En siguiente lugar: ora y sacrifícate por todos los matrimonios rotos por la
infidelidad a la Ley de Dios en uno u otro cónyuge. Y en los efectos que eso causa
en los hijos y en la sociedad.
La Iglesia infiel al Amor de Dios. A pesar de prodigarme Yo en mil Dones para con
ella.
Y cuando hayas de hablar al pueblo de vuestras infidelidades, háblalo como el
dolor de una esposa-no-correspondida. Porque así es el Dolor de todo un Dios con
la infidelidad de su pueblo. Pueblo, que antes de corresponder a la Fidelidad de un
Amor Verdadero, prefiere las bagatelas del placer, y aun la mentira, antes de
entregarse y amar de verdad Al-que-les-amó-primero.
¿Cómo me sacrificaré por todo esto?
Tan sólo en tu deseo, crece día a día. Realiza sacrificios voluntarios que te marca la
obediencia, pero es en tu deseo donde quiero que crezcas. En tu deseo y en tu amor.
Ama: en primer lugar a los sacerdotes, en segundo lugar a los niños y en tercer
lugar a los infieles.
Desea amarles más a más día a día.
Que cada día que te levantes, sea tu primer pensamiento-deseo: “Hoy concédeme,
Jesús, amar más”.
Y es en ese mundo del espíritu, donde Yo obraré maravillas.
458 Cfr. I Ts 5,21.
459 Cfr. Ef 6,6; Co 3,22.
460 Mt 4,10; Dt 6.
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