12-01-2011
Virgen:
Amada Marga: mirando a esas montañas que se ven desde tu casa en este día de
sol, tu corazón evoca: “Estáis hechos para metas altas”. No acalléis ninguno de los
impulsos del Espíritu que os llevan hacia esas metas tan altas, mas bien seguidlas
todas y sed dóciles y audaces.
¿Vuestras fuerzas? no penséis en ellas. Pensad en las Fuerzas de Dios.
Amad y cultivad, frecuentad todo aquello que os lleve al optimismo y a la
exigencia de vida.
No miréis las vidas “fofas” de los de vuestro alrededor más que para pensar: “Yo
no… ¡nunca como ellos!” Vosotros: ¡optimismo!, ¡creatividad!, ¡amor!, ¡ilusión!,
¡tenacidad!, ¡fe y confianza con Dios y en las Promesas de Dios! ¡Tirar hacia
adelante! No desanimarse ni acortarse voluntariamente en las metas. ¡¡Seguid los
impulsos del Espíritu, que os lleva hacia lo alto!!
Como esa juventud, como esa “eterna juventud”, que es la del espíritu cristiano, el
ánimo de un cristiano.
Mirad: era vuestro distintivo: la alegría. La paz y la alegría. Y el amor al prójimo.
Esos son los signos por medio de los cuales los demás podrán ver a Dios, fijándose
en vosotros.
Mirad y examinad si vosotros tenéis de estos tres signos. Y si veis que os falta
alguno de ellos, o podéis avanzar en alguno más todavía, poneos manos a la obra.
Necesitamos comunicarte algo importante con respecto a España, tu Patria. Antaño
tan fiel a mí, hoy olvidada y apóstata.
Lo no conseguido por el Comunismo abierto, lo hace ahora el comunismo
encubierto.
Lo no conseguido por los perseguidores de la fe, lo hace ahora la misma fe, desde
dentro de lo que se dice “catolicidad”.
Quizás han aprendido de vosotros, hijos, que no se os puede quitar nada por la
fuerza, porque respondéis con más fuerzas, pero sí puede hacerse por la comodidad.
Si a un pueblo de guerreros, se le adocena: se le vence.
(A las 4,30 de la madrugada, me desperté. El ayuno del miércoles, lo hice por
las almas del purgatorio. Me las había recordado algo que me pareció ser la
voz de una niña, no mucho mayor que mi hija,462 que me dijo la noche del
martes: “¡Ayuda!”. Cuando me ha parecido tener algún contacto con almas
del Purgatorio, siempre me transmiten este sentimiento que parece que es
común en todas: No entienden cómo teniendo nosotros el poder de sacarlas de
allí, no hacemos nada, ni rezamos una mínima oración por ellas. Oración que
sería tan agradecida y tan efectiva. Aunque fuera pequeña. Esta niña, en concreto, me pide ayuda y se la ve que sufre. Sin embargo, es un sufrimiento
con la esperanza de que algún día saldrá de allí. Ella está en el Purgatorio
asustada. Sólo es una niña)
462 Tiene 11 años.
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