24-11-2020
Virgen:
Amada hija de mi España.
Al mismo tiempo que Yo he bajado para vivir entre vosotros, lo ha hecho el
Demonio y sus ángeles.408 Convivís entre ellos también. Y la lucha se entabla a
nivel de espíritus.409
Vosotros no os dais cuenta. El Diablo se esconde tras la careta del bien.410
El Diablo ha hecho su entrada en las nuevas Congregaciones y en las antiguas.
Toma los puestos de privilegio. Se apodera de las almas de los principales.
Estáis viendo que tiene lugar lo por mí predicho en La Salette411 y tantos otros
sitios: Congregaciones enteras se van al traste dominadas por el Demonio, en sus
puestos principales.
Mamá: si dejas que haga eso, ¡no vamos a poder resistir! No nos medimos en fuerzas iguales, porque la Fuerza y el Poder son de Dios.412
No te preocupes, porque Yo nunca dejo a mis hijos desvalidos. No es por eso por lo
que el Demonio les ataca y les vence. No es por Mí. No es porque Yo haya
descuidado mi puesto en la defensa de mis hijos. Son ellos los que, corriendo, se
han ido de mis manos. Así han sido presa fácil de Satanás.
¿Cuál es el secreto para vencer a la Serpiente?: Estar con La Señora.
Tienen más tentaciones413
, pero también tienen más ayuda por mi parte.
¿No ves tú, hija? Te ataca mucho el Demonio, pero te defiendo de todos los ataques
porque acudes a Mí. Cuídate muy mucho de acudir siempre a Mí. Yo soy quien le
aplasta la cabeza. Ante Mí, no puede nada. Porque el Poder me lo ha dado Dios.
No temáis.
408 Cfr. Ap 12,17.
409 Cfr. Ef 6,12.
410 Cfr. 2 Co 11,14.
411 El 19 de Septiembre de 1846, en las montañas de La Salette, pequeño pueblo
cercano a Grenoble, en Francia, se apareció la Santísima Virgen a dos
pastorcitos, Melania Calvat y Maximino Giraud. Entre otras cosas, el mensaje
dice: “Los sacerdotes, ministros de mi Hijo, los sacerdotes, por sus vidas
malvadas, por sus irreverencias y su impiedad en la celebración de los santos
misterios, por su amor al dinero, su amor a los honores y los placeres, los
sacerdotes se han convertido en cloacas de impureza. Sí, los sacerdotes están
pidiendo venganza, y la venganza está suspendida sobre sus cabezas. ¡Ay de
los sacerdotes y de las personas consagradas a Dios, que por sus infidelidades
y su vida malvada están crucificando de nuevo a mi Hijo! Los pecados de las
personas consagradas a Dios claman al Cielo y piden venganza, y he aquí que
la venganza está a sus puertas, pues no queda nadie para implorar misericordia
y perdón para la gente; no hay más almas generosas, no queda nadie digno de
ofrecer la Víctima sin mancha al Eterno por el bien del mundo. Dios
sobrevendrá de un modo sin precedentes. ¡Ay de los habitantes de la tierra!
Dios derramará Su ira sobre ellos, y nadie podrá escapar a tantas aflicciones
juntas. Los jefes, los guías del pueblo de Dios han desdeñado la oración y la
penitencia, y el demonio les ha ofuscado la inteligencia; se han transformado
en estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos
perecer. Dios permitirá a la vieja serpiente sembrar la división entre los
reinantes, en todas las sociedades y en todas las familias, donde se padecerán
males físicos y morales. ¡Ay de los príncipes de la Iglesia que sólo se ocupan
de acumular riquezas sobre riquezas, de salvaguardar su autoridad y de
dominar con orgullo!” La aparición fue aprobada por Mons. Filiberto de
Bruillard, Obispo de Grenoble, el 19 de septiembre de 1851.
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