26-11-2010
Virgen:
Amaos unos a otros, hija. Ama, y podrás ver claro y actuar según Dios.
Os quiero a cada uno en los puestos donde os he puesto.
Amada Marga: se prepara en tu Patria la caída de la Iglesia. La otra, la “Nueva”, se
ha hecho con el poder y se erige a sí misma, poco a poco. Se levanta y se encumbra
pisoteando al débil. Mira, ¿no la ves con una sonrisa en la cara y con la mentira por
bandera? Es una iglesia llena de falsas pasiones. Es la pasión de los sentidos, de la
riqueza y del poder, de la vanagloria y el triunfo mundano, del reconocimiento
social. Son mis hijos dominados por la falsa madre. La ramera414 que se ha hecho
pasar por la esposa fiel. Pero es la adúltera que ha fornicado con el Lobo. ¡A ésa no
seguid!
Vosotros, mis ovejitas, permaneceréis siempre a mi lado. Estad siempre a mis pies,
que Yo podré así protegeros.
¡Pensad!, ¡sabed y estad seguros!, que cuando Dios quiera, de un plumazo, barrerá
a esta falsa humanidad, a sus hijos descarriados que viven haciendo el mal,
condenando y condenándose, al servicio de la Bestia.415
Éstos pueden haceros mal sólo donde les deje Dios. Ni más ni menos. Y pensad
también que donde Dios deja que os hagan el mal, se extiende para vosotros una
Corona de Gloria.
Así que: bienvenido sea el sufrir por Su Nombre.
De todo esto Dios saca bienes y provecho a favor de su pueblo.416
Hermana: ¿sabes, amada? Has de amar mucho, con mi mismo Corazón. ¡Ama!
¡Ama!
Amada: muchos de los míos caminan confundidos. Hay muchos, en mi Iglesia, que
ahora mismo no ven claro. ¿Has visto cuán difícil les es encontrarme? Es porque se
han metido en el barullo del mundo.
Quisiera que fueras tú y les alumbraras el camino de mi parte.
¡Pobres amados! ¡Está todo tan oscuro! ¡Pero la Madre no os abandona! ¡Dios no
os ha abandonado, hijos! No os ha abandonado. Y ha prometido enviaros su
Espíritu.
Mirad que lo hace por instrumentos pobres. Sí… son muy pobres. Pero, queridos,
¿no conocéis la actuación de Dios? Dios elige a lo pobre y débil para confundir a lo
fuerte.417
Amada: que la sonrisa no se vaya de tu boca. Que la paz te inunde para inundar.
Que te pongas, día a día, en mis manos.
Amada: mis hijos van por el camino de la perdición. Se condenan muchos, Marga.
Me encuentro llamándoles de mil maneras, y ellos no me escuchan.
Os envío418, y os asesinan. Os ahogan, acallan mi Voz.
¡Tienen miedo de que les desbanque de sus puestos bien acomodados!
No se dan cuenta que Dios es un Dios de Amor,419 y que si se convierten, les
acogerá rápidamente,420 sin reprocharles nada.
Temen a mis Profetas, que éstos vengan con un castigo del cielo para ellos; pero lo
que mis Profetas les portan es el Amor, el Amor de Dios.
Ésta es la primera tentación que les presenta la Serpiente, a la que sucumben: “Dios
no me perdonará jamás. Fui el responsable de la condenación de las almas a mí
encomendadas o de echar al traste su obra. Dios no me perdonará jamás”. Y no
vienen arrepentidos, a Mí, para que yo les pueda sanar.
Por eso, amada, has de ir a decirles que, aunque hayan sido el mayor pecador, si se
arrepienten, Dios les perdona.
Que crean en Mí, que se lo digo a través tuyo, a
través de estas líneas: “Amado mío, si tú crees, ya estás salvo. ¡Cree en el Poder de
Dios! ¡Cree en el Amor de Dios!”
No quisiera que ninguno de estos mis hijos pereciera en el combate.
Te mando que llegues, con la bandera, y la plantes en medio del monte. La bandera
de la Nueva Devoción.
¿Nueva?
Con nuevos ímpetus, con nuevo ardor.
En medio del monte para que todos la vean y la vengan a honrar.
414 Cfr. Ap 17,1ss.
415 Cfr. Ibid.
416 Cfr. Rm 8,28.
417 Cfr. I Co 1,26ss.
418 A los Profetas.
419 Cfr. I Jn 4,8.16.
420 Cfr. Ez 18,23; Lc 15,11-32.
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