PRIMERA LECTURA
Del libro de Jeremías 1, 4-5.17-19
En tiempos del rey Josías, el Señor me dirigió la palabra y me dijo: “Antes que te formara en el seno materno, me fijé en ti, antes que nacieras, te consagré a mi servicio y te hice profeta para las naciones. Así pues, manos a la obra: ponte en pie y diles todo lo que yo te mande. No les tengas miedo, y yo no te haré temblar ante ellos. Mira: yo te convierto hoy en ciudad fortificada, en columna de hierro, en muralla de bronce, para que te enfrentes a todo el país de Judá, a sus reyes y sus notables, a los sacerdotes y a la masa del pueblo. Ellos te harán la guerra, pero no te vencerán, pues yo estoy contigo para librarte. Yo, el Señor, doy mi palabra”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 70
R/. Bendito eres, Señor, en el templo de tu santa gloria.
• A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame. R/.
• Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú. Dios mío, líbrame de la mano perversa. R/.
• Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías. R/.
• Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. R/.
EVANGELIO
Del Evangelio segúnsan Lucas 4, 21-30
Después de leer el pasaje del profeta Isaías, Jesús comenzó a decir en la sinagoga de Nazaret: “Este pasaje de la Escritura se ha cumplido al escucharlo hoy ustedes”. Y todos le manifestaban su aprobación y estaban llenos de admiración por el lenguaje de misericordia que empleaba, y comentaban: “¿No es este el hijo de José?”. Él les respondió: “Sin duda me aplicarán aquel dicho: ‘Médico, cúrate a ti mismo’ y me dirán: Haz también aquí en tu patria todo lo que hemos oído decir que hiciste en Cafarnaún”.
Y añadió. “Yo les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su patria. En verdad les digo que en tiempos de Elías, cuando dejó de llover por tres años y medio y hubo un hambre tan grande en todo el país, había muchas viudas en Israel; y sin embargo Elías no fue enviado a socorrer sino a aquella viuda que vivía en Sarepta, en el territorio de Sidón. Y también en tiempo del profeta Eliseo había muchos leprosos en Israel, y ninguno de ellos fue curado sino Naamán, que era de Siria”. Al oír esto, todos en la sinagoga se llenaron de rabia, se pusieron de pie y sacaron a Jesús y lo llevaron hasta un barranco en la montaña donde está construida la población, con intención de despeñarlo. Pero Él se abrió paso entre ellos y se alejó.
Palabra del Señor.
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