1 de Diciembre de 1976
ABSURDA INVERSIÓN
En ciertos seminarios la enseñanza de la religión es considerada como materia secundaria; la preeminencia se reserva y se da al
estudio de otras materias profanas: psicología y pedagogía; completamente erróneo.
La enseñanza religiosa debe y deberá ser considerada como el cuerpo, el centro de toda la enseñanza impartida a los aspirantes al
sacerdocio. Poco importa a Jesús,
Divino Maestro y a María Santísima, Reina de los Apóstoles, que los ministros de Dios sean
doctos en la ciencia profana, pero en cambio sí les importa mucho que sean doctos en la ciencia de Dios, sin la cual no hay
fecundidad espiritual; sin descuidar sin embargo el conocimiento de lo que puede complementar la formación del futuro sacerdote.
En los seminarios la primera escuela, esencial e insustituible, debe ser la de superiores e integérrimos educadores; de superiores no
dispuestos a ningún género de compromisos, ni consigo mismos ni con el mundo.
Se necesitan superiores y educadores santos en el verdadero sentido de la palabra. De hecho ninguna escuela de santidad es
posible sin la presencia de hombres santos como maestros.
Ahora, hijo mío, no es por nada, por lo que te he hablado de trastorno de situación. No raramente hay superiores y educadores
herejes, y la herejía florece y prospera en la soberbia y la soberbia es concupiscencia del espíritu y tarde o temprano viene a
desembocar en la concupiscencia de la carne.
Para nada sirven los dones naturales, si...
De Mí se ha escrito justamente "coepit facere et docere"61 y así se debe poder decir de todos los educadores.
Cuidado de los pastores de almas debe ser dar a los seminaristas una dirección espiritual irreprochable bajo cualquier aspecto.
Principal tarea del Director Espiritual será hacer comprender que cada Sacerdote debe ser víctima; que cada sacerdote tiene una
misión superior en la Iglesia de Dios, inmolarse a sí mismo con el aniquilamiento primero del propio "yo" en contraste con las
enseñanzas del mundo, que jamás podrán ir de acuerdo con las enseñanzas de Dios, con la inmolación, por tanto, completa de sí
mismo según el ejemplo del Divino Maestro, de los Santos y de los Mártires; en estos modelos y prototipos es necesario que los
llamados se inspiren y a ello sean llevados.
Será tarea del Director Espiritual hacer tomar conciencia a los aspirantes a sacerdotes que para nada sirven los dones naturales si
no son puestos humildemente al servicio de Dios para su Gloria, al servicio de la propia santificación y para la salvación de los
hermanos.
Será tarea del Director Espiritual persuadir a los aspirantes que ninguna actividad exterior tomada en sí y por sí, sirve para
santificar y salvar almas. Quien salva es siempre y únicamente Dios, el cual no necesita de nada ni de ninguno.
Si nos ha escogido como sus corredentores es solamente debido a su infinita bondad, a Su Infinito Amor, pero no podremos ser
nunca con Él Redentor instrumentos de salvación, si no estamos con Él en la Cruz; no hay alternativa para dar fecundidad a
61 Empezó por hacer y luego enseñar nuestra pastoral: o con Él en la Cruz y con Él víctimas por la remisión de los pecados del mundo y de las almas que deseamos y
queremos salvar, o mistificadores y traidores del mandato recibido y de los poderes que se nos han conferido.
Crisis de identidad del sacerdote... imperdonable laguna
Es necesario que los escogidos estén compenetrados y empapados del conocimiento de la vida Divina de la Gracia, estén
empapados y compenetrados de la grandeza, dignidad y potencia sacerdotal.
Hoy los sacerdotes por una imperdonable laguna y carencia de formación no saben quiénes son, no saben de qué fuerza pueden
disponer en beneficio de las almas atormentadas y martirizadas por la maldad de los demonios.
Es necesario que los escogidos estén profundamente convencidos de su carácter sacerdotal que los hace padres, maestros y
comandantes del gran ejército de Cristo Redentor.
Es necesario también que los sacerdotes estén empapados y compenetrados de una fe profunda, inconmovible, sólida como la roca
en la presencia real de Cristo en el Misterio insondable de su presencia Eucarística entre nosotros.
Ay de aquellos escogidos que se dejen infectar y envenenar por el racionalismo y el positivismo; su fe ya no podrá ser pura y
límpida. Infectada la fe languidecen la esperanza y el amor; es la muerte de la Vida Divina de la Gracia en el espíritu infectado; es
la crisis tremenda que arrolla a toda la Iglesia que ha perdido miles y miles de sacerdotes, religiosos y religiosas; es la más grande
tragedia que ha herido mortalmente a la Iglesia de hoy.
Una sola cosa es imposible a Dios, el mal; todo lo puede El hacer menos el mal porque no lo puede querer.
La presencia real, personal y física de Jesús en el misterio eucarístico es una realidad indiscutible, es misterio de infinita humildad,
de infinito amor, de infinita potencia y sabiduría Divina; si un sacerdote no cree en esta presencia personal de Mí, Cristo, en su
Iglesia jamás podrá ser corredentor.
Te bendigo, hijo mío, ámame
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