(
Jesús Bastante).-
276,272 millones de euros. Esta es la cantidad que invirtió el pasado año
Cáritas para luchar contra la mayor lacra de nuestros días: la pobreza, la desigualdad, un sistema que nos hace sentir indiferentes. "
Que el futuro no me sea indiferente", como reza la canción que utilizó la asociación para presentar, on line, su
Memoria 2012. Una ocasión que sirvió para anunciar el lanzamiento, el 10 de diciembre, de una
campaña internacional de lucha contra el hambre, que abrirá el papa Francisco. "Un llamamiento de la Iglesia contra la pobreza universal", según apuntó el secretario general de la organización,
Sebastián Mora.
Es una campaña que se lleva preparando hace más de un año, cuando todavía era papa Benedicto XVI, y surge en un momento previo a la culminación de losObjetivos del Milenio 2015. "Se ha ido observando que una línea de trabajo de las Cáritas ha sido la lucha contra el hambre extrema", destacó Mora. El trabajo tendrá cuatro líneas básicas: incidencia pública; sensibilización; participación de las personas empobrecidas (los verdaderos protagonistas); y una línea de incidencia pública y política ante los organismos internacionales.
"Francisco va a hacer una declaración y un gesto de inicio de la campaña. Él es imprevisible, y el apoyo seguramente será mayor, por su especial sensibilidad con el mundo de la pobreza", añadió el secretario general de Cáritas.
"Ojalá no seamos indiferentes ante el dolor ajeno", subrayó Mora, que denunció que "vivimos en una sociedad con un riesgo real de fractura social, donde la diferencia entre los que tienen acceso a bienes y servicios y los que no cada vez es mayor".
En España han aumentado los millonarios, pero "lo que de verdad se ha incrementado es la lucha social". Frente a ello, los recursos de Cáritas han aumentado en 25,5 millones de euros, y aumentó en casi un 10% el número de sus voluntarios, hasta alcanzar los 70.229. El 70% de total de los recursos procede de aportaciones privadas. "Los fondos públicos han decrecido, especialmente en los Ayuntamientos y las CC.AA", añadió.
Pese a todo, "somos una sociedad con muchos pobres, y una sociedad pobre, con menor nivel de renta y acceso a derechos", denunció Mora, quien apuntó que "ha aumentado la pobreza severa -menos de 300 euros al mes, con tres millones de personas-. En España ya hay gente que no tiene la vida dada por supuesta cada noche". Del mismo modo, el 58% de los parados lleva más de un año en paro, y otro 35% más de dos años. Más de cinco millones de personas paradas crónicas.
Una situación que empieza a afectar a las relaciones sociales. "Cunde el desasosiego, la impotencia", añadió el secretario general de Cáritas, quien incidió en que el mantenimiento del desempleo y el debilitamiento de los servicios sociales, así como el "desbordamiento de la familia", una de las bases para el freno a una mayor crisis, se está notando.
La mitad de los atendidos en los servicios de Cáritas son personas inmigrantes, con dificultades en el empadronamiento, la sanidad o los accesos básicos, "que están siendo relegados a la situación de personas de tercera categoría". Y es que "un tercio de las personas que atendemos no tienen ningún ingreso".
La pobreza infantil, que afecta a un 26% de la población, también resalta. "Estamos hablando de una pobreza generalizada, pero también de una pobreza que se ceba en los más desfavorecidos".
En cuanto a los programas, destacan los de acogida y atención a la vivienda, así como la cooperación internacional, pese al creciente deterioro de la Ayuda al Desarrollo. "En estos momentos la apuesta de Cáritas por la vivencia en un solo mundo, es clave. No hay dos mundos, no hay dos tipos de personas: hay una sola familia humana y hay que apostar por ella".
Durante la presentación, el presidente de Cáritas, Rafael del Río, animó a los ciudadanos a observar esta "radiografía detallada de la situación de las personas empobrecidas en nuestro país", más que como un conjunto de cifras, como una herramienta para "poner la atención en las personas que sufren, y levantar la voz ante un mayor debilitamiento social".
Refiriéndose a Francisco, el presidente de Cáritas apuntó que "tenemos la esperanza de conseguir un mundo mejor en el que prevalezcan los derechos y la dignidad de todos los seres humanos, por encima de cualquier otro interés, por muy noble que sea".
"Jesucristo nos dijo que los pobres siempre estarían con nosotros". Alfonso Milián, obispo responsable de Cáritas, participó en la rueda de prensa, y recordó la llamada de los obispos a "aportar luz al esfuerzo necesario para la consecución del bien común", y destacó la "misión insustituible" que desarrolla esta organización en el seno de la Iglesia.
Estos son algunos de los principales datos de la Memoria:
De los 276 millones de euros invertidos en 2012, casi 194 millones (el 70,20% del total de recursos) proceden de aportaciones privadas, lo que supone un incremento de 27,7 millones de euros con relación al ejercicio anterior. Los fondos públicos manejados por Cáritas ascendieron a 83,3 millones de euros (29,80% del total).
Gracias al trabajo gratuito de los 70.000 voluntarios y la actividad de 4.253 personas contratadas, Cáritas ha podido aportar soluciones y oportunidades a las personas más expuestas a la pobreza. En 2012, la red parroquial y diocesana de la Confederación Cáritas construyó oportunidades y procesos para 4.929.361 personas en situación de mayor exclusión social. De ellas, 1.904.737 fueron acompañadas en España y 3.024.624 en los países del Sur.
Los mayores esfuerzos dedicados por la Confederación a reducir el impacto de la precariedad como consecuencia de la crisis se destinaron, en la misma línea de prioridades de los últimos años, a programas como los de Empleo e inserción laboral (25 millones € invertidos), Vivienda (5,8 millones €) o Acogida y atención primaria (60,6 millones €).
Además, durante 2012 Cáritas reforzó su acciones para las personas más vulnerables, como Mayores (32,8 millones €), Personas Sin Hogar (22,4 millones €), Infancia (12 millones €), Familia (10,7 millones €), Inmigrantes (7,2 millones €), entre otros.
Este compromiso de Cáritas con las víctimas de la pobreza se ha llevado a cabo por encima de las fronteras, al destinar 29,4 millones de euros en 2012 a proyectos de cooperación internacional.
Constataciones del VIII Informe del ORS
El VIII Informe del Observatorio de la Realidad Social de Cáritas, presentado de manera simultánea a la Memoria anual de actividades, permite conocer, a la luz de la propia experiencia de trabajo de los servicios de Acogida y Atención primara de Cáritas en todo el país, cuál es la situación social del momento actual.
Según se recoge en su resumen ejecutivo, las constataciones más relevantes del Informe son las siguientes:
1. Nuestro modelo económico se caracteriza por el comportamiento "contracíclico" de la desigualdad en la renta, que aumenta en etapas de recesión, pero que no reduce las diferencias cuando se registra expansión económica.
2. En los últimos años se ha producido un descenso de la renta media, lo que supone un proceso de empobrecimiento de nuestra sociedad, que afecta especialmente a las personas y familias más vulnerables.
3. La pobreza severa (con menos de 307 € al mes) alcanza ya a 3 millones de personas, el doble de los que estaban en esta situación antes de la crisis.
4. Asistimos al aumento de la cronicidad, constatado en el incremento de los parados de larga duración, especialmente el grupo de mayores de 50 años, y en el hecho de que una de cada tres personas atendidas en Cáritas lleva más de tres años demandando ayuda. Esta situación afecta también a las relaciones sociales y al horizonte vital de las personas.
5. Se incrementa la desigualdad en España, con el valor más elevado de toda Europa: el 20% de la población más rica concentra 7,5 más riqueza que el 20% más pobre.
6. Está tendencia corre el riesgo de verse incrementada por el elevado nivel de desempleo; la pérdida de capacidad adquisitiva de la población (descenso de la renta media desde 2007 en torno a un 4% y aumento de los precios en torno al 10%); y el debilitamiento de las políticas sociales y el recorte progresivo de derechos.
7. Existen necesidades básicas (alimentación, gastos relativos a la vivienda, ropa y calzado...) que no están cubiertas desde nuestro modelo de bienestar.
8. Aquellas personas cuya situación les impide cubrir por sus propios medios estas necesidades, se ven obligadas a acudir a la familia o a entidades sociales de carácter privado en busca de ayuda.
9. Asistimos al riesgo de desbordamiento de la función protectora de la red familiar, que sigue siendo la primera estrategia de supervivencia para hacer frente al impacto de la crisis.
10. La desprotección social de las personas y familias más vulnerables está agravada al restringirse las condiciones de acceso a derechos como la sanidad, la educación, los servicios sociales y la dependencia.
11. Diversos cambios en las políticas sociales tienen consecuencias negativas directas sobre las personas más vulnerables, como el cambio en el sistema de prestaciones sanitarias y grado de cobertura, la modificación de los requerimientos administrativos para el acceso a las prestaciones, o la difícil adaptación de los servicios sociales a las nuevas realidades que ofrece la coyuntura de crisis.
12. Aunque los primeros efectos de la crisis económica se amortiguaron por las prestaciones por desempleo y el apoyo de las familias, el agotamiento de las ayudas económicas, la prolongación de las situaciones de desempleo, las políticas de ajuste y sus recortes, unido a las dificultades en las familias, han creado un caldo de cultivo para la irrupción de una segunda oleada de empobrecimiento y exclusión social con efectos más intensos.
13. Desde que se inició la crisis, Cáritas ha triplicado tanto el número de personas atendidas, hasta alcanzar la cifra de 1.300.914 personas en el año 2012, como el volumen de recursos destinados a ayudas económicas directas a las familias, que fueron de 44 millones de euros el año pasado.
14. Respecto al perfil de las personas acompañadas en Cáritas, las mujeres siguen siendo el rostro más visible de las situaciones de pobreza y exclusión. Se registra, además, un elevado número de desempleados, que han pasado de ser "recientes" -al inicio de la crisis- a ser de larga duración en este momento de consolidación de la estructura, así como los casos de parejas jóvenes (de entre 20 y 40 años de edad) con hijos, la mujeres solas con familiares a su cargo, las personas donde la intensidad laboral del hogar es muy baja y los ciudadanos extracomunitarios.
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