Querido amigo/a:
No sé si alguna vez te han llamado “gusanito” o “oruga”, pero aunque no lo parezca, en el profeta Isaías se trata de un piropo; es algo así como decir “mi chiquitín”, “mi vida”. Es la consolación que Dios hace a través del profeta, con la que nos quiere consolar, hacer fuertes -te convierto en trillo aguzado-, y fructificar toda esterilidad en nosotros -transformaré el desierto en estanque-.
Si alguien fue piropeada por Dios, fue la Virgen María, otra de las protagonistas del Adviento, como no podía ser menos. Especialmente toda América Latina la venera hoy bajo la advocación de
Ntra. Sra. de Guadalupe. Hoy miramos su disponibilidad a Dios, su sí a Él, y la puerta que esta aceptación y entrega supone para todos los creyentes: nada más y nada menos que el nacimiento de nuestro Salvador, que dentro de poco celebraremos.
Dos ideas por si te ayudan a vivir esta jornada de la mano de María.
1ª Si el cristianismo fuera una ideología, una ideología no necesita de una madre. Pero como el cristianismo es fundamentalmente el encuentro con la persona de Jesucristo, para dicho encuentro sí necesitamos de la Madre de “ese” con quien nos queremos encontrar, porque ella nos lleva a su encuentro. Por eso, cada vez que oramos a Dios con María, le estamos diciendo: “María, muéstranos a tu Hijo”. Pídeselo hoy. Pídele a nuestra Madre que te ayude a conocer más a Jesús, para amarlo más y seguirle mejor.
2º. Celebrar a María es recordarnos que tenemos una Madre en el camino del seguimiento de Jesús, que no estamos solos. Es recordarnos que la fe es un camino de alegría, porque el Señor está con nosotros. Y cuando lo olvidemos, basta con mirar a la Madre, cómo ella lo vivió; su sí fue plenificado, su confianza no quedó defraudada. Ella nos recuerda que este camino, que esta apuesta es, incluso cuando todo parece perdido en medio de la noche, de ganadores.
El Evangelio de hoy nos presenta la persona de Juan el Bautista, encarcelado por anunciar a Jesús.
Siempre se ha hecho violencia contra el Reino de Dios, como nos recuerda hoy el Señor: desde los días de Juan, el Bautista, hasta ahora se hace violencia contra el reino de Dios, y gente violenta quiere arrebatárselo. Por eso necesitamos de la fortaleza que la Virgen María tuvo para mantenerse con esperanza en el camino de la fe frente a todas las adversidades.
¡Ntra. Sra. de Guadalupe, ruega por nosotros!
Vuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf.
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