Porqué buscáis la opinión de los hombres? Se os queda la conciencia tranquila. Necios, la contestación la tenéis en la Biblia que es la palabra de Dios. Si, hay que amar a nuestros hermanos y ayudarles; pero no estar de acuerdo con la ofensa que hacen a Dios con relaciones y uniones antinaturales. Ojo, que el demonio es muy astuto y os lleva a su terreno y muchos tiene ya en el infierno por ese motivo.
Gays católicos
Luis Alberto González narra su experiencia: "¿Una nueva forma de hacer Iglesia?"
"Consideré oportuno enviar una carta a Francisco Cases, exponiendo mi situación"
Luis Alberto González, 09 de agosto de 2014 a las 18:15 periodistadigital.com
(Luis Alberto González).- Contraje matrimonio civil con otro hombre en 2012. El tema no tendría mayor trascendencia si no fuera porque soy profesor de secundaria de religión católica, por lo que consideré oportuno enviar una carta a Francisco Cases, obispo de Canarias, al término de ese curso escolar exponiendo mi situación y entendiendo que sería retirado de mi puesto de trabajo en función de lo que establece el Código de Derecho Canónico.
Además, la doctrina de la Iglesia es la que es, la que no ofrece otra salida a homosexuales más que "vivir en castidad" dado que los actos homosexuales son "intrínsecamente desordenados" y "no pueden recibir aprobación en ningún caso" (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2357).
Que el Papa Francisco comente ante un micrófono que él no es quién "para juzgar a un gay que busca al Señor" no significa que la Iglesia pueda ver con buenos ojos una relación homosexual. Para la Iglesia no es lo mismo un gay que una relación gay, aunque esto pase desapercibido a muchas personas no familiarizadas con el medido lenguaje eclesiástico.
Continuando con mi caso particular, el mismo día del envío de la carta al Obispo me puse en contacto con Hipólito Cabrera, Delegado de Enseñanza y Vicario General de la Diócesis, quien me agradeció mi sinceridad a la par que me convenció de que escribiera también una instancia al Obispo solicitando la retirada de idoneidad como profesor de religión. Por deferencia seguí sus reglas.
Yo era el primero que pensaba que éste ya no era mi sitio y hacía lo correcto ante la institución eclesiástica. Pero el tiempo va pasando y me veo gratamente sorprendido con una aceptación de mi situación: Transcurrido más de un año no hay respuesta ni a la carta ni a la instancia dirigida al prelado.
Mantenerme en mi puesto de profesor de religión en estas circunstancias supone un adelanto sin precedentes. ¿Querrá constituirse la Diócesis de Canarias, en cuya tierra se celebra uno de los "Gay Pride" más afamados de Europa, en pionera en la aceptación por parte de la Iglesia de las relaciones homosexuales? Quizás estoy siendo demasiado optimista... pero los hechos no dejan lugar a dudas: O bien Francisco (no el Obispo de Roma sino el de Canarias) no da suficiente importancia al asunto, o bien está ensayandouna nueva forma de hacer Iglesia.
¡En ambos casos es buena noticia! Y no es que él tenga "las manos atadas". La legislación vigente tiene perfectamente articulado el procedimiento para despedir a un profesor de religión que haya dejado de cumplir los requisitos que establece la Iglesia (refrendado en 2007 por el Tribunal Constitucional).
Mi caso es una minúscula pavesa que puede ser apagada en cualquier momento. Así todo, comparto mi experiencia. Como me dijo un compañero de trabajo al concluir el último curso escolar: "Tu caso genera debate, es una muestra de la nueva realidad social que afecta de lleno a la Iglesia". En cuanto a mi futuro, tanto si me despiden como si continúo como profesor de religión lo afrontaré como oportunidad.
La verdad es que me han quitado un peso de encima teniendo toda la información sobre la mesa (incluso con registro de entrada en el Obispado). La fidelidad a mi conciencia me otorga libertad, no temor. Suceda lo que suceda, ya es un hecho innegable que después de celebrar un matrimonio haya seguido -y siga- enseñando y ayudando a tantos jóvenes a buscar lo esencial del mensaje cristiano, contribuyendo a la renovación de la sociedad y de la misma Iglesia.
Luis Alberto González Delgado, profesor de religión en el IES Las Salinas y la EA Pancho Lasso de Lanzarote.
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