El Estado del Vaticano esta enteramente pendiente de Washington y de la OTAN en cuanto a sus compromisos políticos y ideológicos. Ya se nota claramente esta dependencia en América latinadonde los nuncios apostólicos y las cúpulas episcopales sirven los intereses del Imperio y de las oligarquías que se nutren de él. No faltan los ejemplos que ilustran esto.
En los últimos tiempos, muchos conflictos aparecieron en Medio Oriente, en África del Norte, en Europa del Este. En cada uno de esos conflictos,
el Vaticano sirvió los intereses de Washington sea por su silencio sobre ciertos hechos, sea a juntarse con las políticas de Washington
como fue el caso en las negociaciones de Ginebra sobre Siria.
En el conflicto
entre Israel y Palestina, el Vaticano
guardo el s
ilencio sobre el sionismo, esta ideología, nacionalista y racista, rechazada por la gran mayoría de la comunidad internacional. En su visita en Israel el papa Francisco fue para rezar sobre a la tumba del fundador del movimiento sionista sin aclarar su pensamiento sobre lo que había sucedido con el sionismo después de su muerte. Yo tengo mucho respeto por el papa Francisco y conozco la amistad que tiene con muchos judíos. De eso no tengo nada que decirle.
Lo que me preocupa es su silencio sobre el sionismo y su visita a la tumba de su leader. Él sabe muy bien en que consiste el sionismo como sabe muy bien en que consiste el nazismo y el fascismo. Tenia una oportunidad única para demarcar el pensamiento de la Iglesia sobre esta ideología excluyente y
racista.
En Ucrania donde asistimos a un genocidios de todo un segmento de la población de lengua y cultura rusa el Vaticano nos entretiene con los cristianos de Irak. Es cierto que se trata allí también de una tragedia humana inaceptable.
El Vaticano da su acuerdo para que Estados Unidos bombardean en Irak, pero no dice nada de los que bombardean en Ucrania y que alimentan en armas y municiones a un gobierno que obedece a sus ordenes matando a los de cultura e idioma rusas.
El Estado del Vaticano esta enteramente bajo control de Washington y este ultimo puede contar sobre él para cumplir ciertas misiones en regiones donde no puede mandar de sus agentes. Podemos pensar que es lo que esta sucediendo en Bolivia, en Venezuela, en Cuba y en muchos otros lugares del mundo. El Vaticano lleva una religión que sirve las ambiciones del sistema imperial. Conforta con sus ritos y su doctrina a los fieles, manteniéndoles en la conformidad con los intereses de los potentes.
La Iglesia, por su parte, lleva un Evangelio y una fe que responden ante todo a Jesús de Nazaret y a las aspiraciones de los pobres y de todas las personas de buena voluntad poco importa su raza, el color, su religión, sus condiciones sociales, sus ideologías. A Ella le importa el ser humano a quien le lleva la buena noticia del Evangelio de liberación en Jesús, el Resucitado.
La Iglesia no podrá recuperar su libertad y verdadera identidad sin deshacerse de completo del poder del Estado del Vaticano que la mantiene presa y cómplice de Mammon y de sus seguidores. Esta dependencia del Vaticano nos recuerda lo que nos dice el Apocalipsis de la prostituta.
“Los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los habitantes del mundo se han embriagado con el vino de su prostitución".
Según lo que veo y entiendo de los tiempos que vivimos, ha llegado el tiempo de la granliberación de la Iglesia de las cadenas que la detienen presa del gran imperio de dominación del mundo. El Estado del Vaticano son estas cadenas. Le toca al papa Francisco sacar la Iglesia, Cuerpo de Jesús, de la dependencia del Vaticano, en mano del Imperio.
“Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero. » Mt. 6,24
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