14 de Marzo de 1977
PARTICIPES DIVINAE NATURAE 66
Escribe, hijo mío,
Dilo a todos que no hay cristianos de series diversas, de serie A o de serie B, o bien de serie C; todos lo deben saber, en particular
Pastores y Sacerdotes.
Todos los cristianos, en virtud del misterio de mi Encarnación, de mi Pasión y Muerte, todos igualmente
han sido regenerados a la Vida divina, por la que todos han sido y son elevados a la inefable dignidad de verdaderos hijos de Dios,
pero, hijo mío, ¿cuántos son los cristianos que tienen conciencia de esta regia magnanimidad divina con relación a ellos, y que se
esfuerzan por ser coherentes?
Hijo, si pudieras ver tú el exiguo número de los santos obradores de bien en contraste con el colosal número de los obradores de
iniquidad, una vez más te digo que serías aniquilado.
Tú me estás objetando en tu corazón, ¿cómo es posible semejante situación? ¿Cómo Tú, Dios Omnipotente, Omnipresente,
Omnisciente, te dejas superar por las potencias oscuras del mal? ¿Qué son estas cosas frente a Ti?
Son nada; menos, mucho menos que un granito de polvo frente al universo entero y nada pueden con relación a mí.
Pero no Yo, hijo mío, soy superado, sino los hombres, los cristianos, la Iglesia es superada; los cristianos están pavorosamente
tiranizados, y esto se debe a Mi misma Iglesia, y cuando digo Mi Iglesia me refiero a toda la Iglesia docente y discente, pero la
iglesia docente, esto es la jerarquía, es mayormente responsable, y las razones de esta responsabilidad te han sido claramente
manifestadas en precedentes mensajes, en particular en el libro
"Líbranos del maligno".
Si mis Pastores y mis sacerdotes fueran más humildes, también ellos estarían convencidos de esto, pero ellos en su mayor parte no
ven; los ciegos, hijo, no ven y son ellos los más desventurados entre todos los ciegos y de su ceguera son responsables.
Si se volviera a los orígenes
Hijo, la Santa Misa, ¿no es tal vez el exorcismo más eficaz?
El Santo Rosario ¿no es, después de la Santa Misa el arma más
mortífera para derrotar y echar por la ventana a los enemigos míos, enemigos de la Iglesia y enemigos vuestros?
¿No ha sido siempre el Rosario el remedio seguro contra todos los males del espíritu y del cuerpo, de los males personales y
sociales? ¿No ha confirmado todo esto mi Madre en el curso de los siglos con hechos indiscutibles que han confundido a la
necedad humana y que han cambiado el curso de la historia y el destino de los pueblos y de las naciones?
Todo esto no podía, no debía, ser ignorado, y no puede ser ignorado por mis Pastores ni por mis ministros que tenían y ¡tienen el
deber de recordarlo a los cristianos!
Sin embargo, a pesar de esta positiva experiencia de mi Iglesia, muchos sacerdotes y aún Pastores, están ciegos a tal punto de no
creer ni siquiera en la evidencia de los hechos y renegar de un pasado que la historia no podrá jamás borrar.
Pero si los Pastores y sacerdotes en humildad de espíritu, con fe viva, en unión Conmigo, se ofrecieran a sí mismos en holocausto,
Conmigo, Sumo y Eterno Sacerdote y en unión con Mi Madre Santísima, Reina de los Apóstoles, Madre de la Iglesia, Reina del
Santo Rosario, ellos solamente podrían despedir una potencia tal, para hacer huir y neutralizar las potencias oscuras del mal.
Si Pastores y sacerdotes se recogiesen con fe viva en torno a Mí, real y físicamente presente en el Misterio de fe y de infinita
humildad, en el Misterio Eucarístico, en torno a Mí, Verdadero Dios y Verdadero Hombre, vibrante de infinito amor y de infinito
poder, verían apagarse las nefastas actividades de los espíritus malditos.
Si además todavía amor, celo y fe en mis ministros fueran verdadera levadura y fermento de vida sobrenatural para hacer florecer
nuevamente en las comunidades parroquiales la verdadera vida cristiana, mi Iglesia sería testigo de la mayor inversión en su
historia.
66 Partícipes de la naturaleza divina 2 Pe 1, 4
Radix omnium malorum
Hijo ¿he sido Yo acaso avaro de gracias, de auxilios, de llamadas y de intervenciones en favor de mi Iglesia docente?
No, hijo mío, he sobreabundado en misericordia y ellos han respondido, en la mayor parte de los casos, con sobreabundante
presunción e ingratitud.
Ya te he dicho muchas y muchas veces que la verdadera raíz de muchos males de la humanidad y de mi
Iglesia, es la soberbia de la cual la Sabiduría ha dicho que es "radix omnium malorum" 67
.
En la Iglesia regenerada las fuerzas oscuras del mal casi nada podrán, porque habrá sacerdotes santos, conocedores de la santidad
y grandeza divina de su sacerdocio, porque Conmigo, junto a Mí y a nuestra común Madre, concelebrarán, ofreciéndose víctimas,
Conmigo Víctima pura, santa e inmaculada, en holocausto al Padre por la remisión de los pecados, y será así como serán neutralizadas
y derrotadas las oscuras y nefastas potencias del mal.
Serán estos sacerdotes santos los verdaderos, genuinos y auténticos corredentores que con Mi Madre, verdadera Sacerdotisa y
Corredentora, salvarán a Mi Iglesia. No más horripilantes sacrilegios, no más repugnantes profanaciones, por estos misericordia y
justicia reinarán en medio de los hombres que mirarán incrédulos a esta generación perversa y atea y dirán: "Ha sido peor que la
generación de Sodoma y Gomorra, rechazando la invitación al arrepentimiento y al retorno a la casa del Padre, y por esto ha sido
destruida y dispersada".
Reza, reza, hijo mío y repara.
67 Raíz de todos los males