Ante el relicario de la Virgen de las Lágrimas de Siracusa, que contiene algunas de las lágrimas que derramó una imagen del Corazón de María, se celebrará el 5 de mayo la “Vigilia de Oración para enjugar las lágrimas”, presidida por el Santo Padre.
La Virgen de las Lágrimas de Siracusa, en el sur de Italia, fue aprobada para su culto en 1.954 por el Papa Pio XII.
Era una imagen de yeso que habían dado como regalo de boda a una joven pareja con pocos recursos económicos. Se llamaban Antonina y Angelo.
Cuando Antonina esperaba su primer hijo, empezó a tener un embarazo dificultoso. Tenía ataques que la dejaban ciega y sufría muchos dolores. Después volvía a ver.
Estando un día en la cama, como le había aconsejado el médico, su estado empeoró y perdió totalmente la visión. Sus familiares, alarmados, pedían que llegase el doctor.
Pero repentinamente, Antonina volvió a ver y miró a la imagen de yeso que tenia en la cabecera de su cama. Ante su asombro, la imagen estaba llorando y las lágrimas caían sobre las mejillas de la imagen y a la cama.
Su cuñada Grazia y su tía Antonina pudieron también verlo, así como los vecinos que fueron llegando para ver el milagro.
La Virgen lloró durante 4 días y se recogieron las lágrimas en pañuelos y algodones. En estos 4 días visitaron la casa 3 sacerdotes que también testificaron lo que habían visto.
Estas lágrimas, que fueron analizadas y son realmente lágrimas, son las que están guardadas en el relicario que presidirá la “Vigilia de Oración para Enjugar las Lágrimas” de los que sufren, en la que participará Francisco.
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