05-07-2001
Jesús:
Hija, tengo ante Mí el pecado de todos los hombres, y sabe tú que es inmenso, casi
infinito. Pero es mi Misericordia la que sí es Infinita, la que puede perdonar todo si
esos hombres vuelven a Mí.
¿Te parece que no puedo perdonarlo?
Yo llamo a la conversión al pecador, y
aunque haya cometido la mayor abominación, si se convierte, se enmienda y
persevera, Yo borro todo su pecado, lavo su delito.
Yo os preservo de la impureza. Aunque estéis en la pocilga315, si queréis, el lodo no
podrá tocaros, la inmundicia no afectaros, pero habéis de querer, habéis de venir a
Mí, debéis perseverar y perseverar.
Huid de las ocasiones de pecado. Si sabes que
tu mano te incita a pecar, arráncatela.316
Los hombres tenéis una parte de animales que, si se incita, si se promueve, termina
por ahogar del todo vuestra alma y caer en lo más bajo.
La sensualidad sin freno,
lleva a la desaparición del hombre hasta convertirle en un animal.
Sois como puercos revolcándoos en vuestra pocilga. Podéis llegar a serlo de la
forma más fácil. Sólo es empezar.
Por la TV, esa caja de muerte, de podredumbre, entra el vicio de la impureza, que
es el vicio de todos los vicios, el que da entrada a todos los demás.
Es fácil en la soledad pensar: “Nadie me ve, peco, pero sólo me entero yo”. Para
luego convertirse en un pecador público sin vergüenza alguna.
Se exalta el vicio más absoluto, el desenfreno, el pecado vil, el que os convierte en
animales, para olvidaros de ser personas.
Los pecadores son los reyes de la
sociedad: a más pecado, más líder. Reino que pasa, reino efímero que trae la
condenación y la esclavitud eterna.
¡Dios mío!, es imposible sacarnos de la impureza.
Difícil, mas no imposible. Mi Espíritu lo intenta, El lo puede todo si el alma quiere
sinceramente convertirse. Mira a María Magdalena. Su pecado era poco comparado
con muchas de las mujeres de ahora, y no son consideradas prostitutas.
Miran por
encima del hombro a quienes por dinero se venden, caídas en la oscuridad de la
droga, y no se dan cuenta que ellas son iguales o peores, capaces de pagar dinero
por eso, por prostituirse.
Vigilad las actitudes por las que os podéis mostrar impuros.
Llenad de pureza
vuestra vida.
Hija, sí, mira: ¿te acuerdas de la Llaga de mi Corazón por este pecado?, ¿recuerdas
cómo Yo sufro al ver cómo por este vicio el alma entra en todos los demás y se condena a sí misma?, ¿cómo a la luz de este vicio desaparece el hombre?
Qué
pocos los puros. Hoy en día es casi imposible encontrar un alma que no se haya
manchado nunca con la impureza. Os invade por doquier.
Por eso es tan importante que no afecte a los niños. Por eso debéis preservarles.
Porque desde la edad más temprana, Satanás se ocupa de hacer morir su candor.
Cuanto antes, para que tengan un bajo concepto de sí mismos, vivan en la tristeza y
piensen que toda existencia sobre la tierra es impura, que no existe la pureza, la
bondad, el amor verdadero.
Ocúpate de tus hijos, no dejes que se pierdan.
315 Actualmente el mundo es una pocilga.
316 Cfr. Mt 5,29s; 18,8s; Mc 9,43-47.
06-07-2001
Jesús:
Es importante preservar la vista de toda impureza. El ojo actúa sobre la
imaginación, y la imaginación es un campo muy peligroso. Unida con la
afectividad, puede perder a una persona, puede bloquearla e impedir su avance en
el campo espiritual.
Y hoy en día, hija, éste es un campo desatado. El mal ha
actuado y hecho estragos en vuestra imaginación y en vuestra afectividad. Es un
terreno cedido por vuestra alma y voluntad a Satanás. Él, astuto, busca perderos
sobre todo por este medio.
Date cuenta que el mundo de la imagen en vuestra sociedad es prácticamente de
Satanás. Tiene su reino en este aspecto. El ha empezado por ahí, para cogeros luego
en vuestra afectividad; de la afectividad a vuestro corazón (voluntad), y de la
voluntad a la inteligencia, aprisionando así vuestra alma en la celda de la perdición,
para vivir toda la vida en esa celda aprisionados, y lo que es muchísimo peor, para
encerraros para siempre, eternamente, en el infierno.
Si sois débiles, lo sois sobre todo por esto. Vuestros ojos – imaginación –
afectividad – voluntad – inteligencia.
De ahí la importancia de preservar al ojo de toda imagen impura. Es importante. No
es necesario ver cómo es el pecado para saber que existe. Porque en ese momento,
ya se ha caído en sus redes.
Es muy importante: preserva a tu ojo del mal.
Mirad la bendición. Leed obras buenas, mirad mi Rostro, el de mi Madre, que ellos
os hablan.
Por vuestra vista, puede entrar el bien y puede entrar el mal. 317
El mundo de la imagen, en vuestro intelecto, tiene gran importancia. Vuestra
inteligencia y voluntad se nutren de ella. Cuando la inteligencia y voluntad están
cedidas al mal, el alma entera está condenada.
Buscad alimentar vuestra inteligencia de la bondad. Ya que se os bombardea tanto
con el mal, se necesitan medios materiales que atajen todo ese mal. Los míos deben
tener un soporte material de buenas imágenes que les evoque el bien.
317 Cfr. Lc 11,34.
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