20-10-2010
Virgen:
Muchos, a través de tus escritos, encontrarán la Luz.
Eres pobre, pero esa pobreza es lo que al Señor le agrada.
No pretendas ser como los grandes santos, pues no lo eres. No tienes esa grandeza
de alma. Tu alma es minúscula y diminuta, pero así, tal y como eres, poniendo toda
tu Confianza en el Señor, el Señor hará maravillas. Tan sólo ponte. Ven, y ponte en
su Corazón. No tengas miedo.
Marga amada: tu Camino es el de los grandes santos, ¿y cómo hacerlo si eres de los
pequeños? ¿Cómo pretender alcanzar y llegar a los méritos de los grandes santos, si
intentas merecer, y no levantas del suelo? ¿Es eso lo que ha de permanecerte triste
y cabizbaja? ¿Quiero eso de mi Marga? No. No, amada.
(¡Qué Dulzura inefable!)
Lo que quiero es que, con la audacia de Teresita, te olvides por fin de ti misma y
sepas, confiada, que es Dios quien hará en ti todo eso.
Sí… sí… ves y atisbas tu futuro, todo a lo que Yo te llamo, y te sientes incapaz.
No
des vueltas a cómo lo harás, porque ya te digo desde ahora que sí: eres incapaz.
¡Pero es precisamente eso lo que Le atrajo a Dios! Tu impotencia y tu nada.
¡Y alábale y dale Gracias a Dios por eso, por ese Don de la nada que eres, porque
por ese Don, Él se fijó en ti y quiso bajar a hacer maravillas!
No… no dudes y temas, amada.
¡Sonríe!
Marga amada: ¿quieres ser cauce?
¿Qué es el cauce, sino un canal por donde fluye el río? El cauce nunca se atribuirá a
él el ser agua del río. Sin embargo, se presta para que fluya. Sin su ayuda, el agua
no podría llegar de las montañas al pueblo.
Si el cauce está ahí, si tiene ese recorrido, es porque Dios lo ha puesto así.
Si el cauce llena su cauce con arena, con piedras, el agua no podrá fluir.
Sólo fluirá si está solo, desprovisto de todo, limpio.
¿Tiene que preocuparse de algo? No, sólo de tener limpio su sitio. La limpieza de la
buena voluntad, la pureza de alma.
¿Algo más? Sí: dejar actuar a Dios. Él, cuando quiera, llenará ese cauce, mucho,
poco, según le parezca y según sea la necesidad de su pueblo. Unas veces el agua
bajará incluso desbordada y rápidamente. Otras, transcurrirá tranquila. Otras, será
limpia y cristalina. En otras habrá que purificar. Pero toda vendrá de Dios.
Si, un día, el agua deja de fluir, no creas que Dios te ha abandonado. Simplemente:
el pueblo no lo necesita.
Él ve las necesidades del pueblo y Él ve cómo y dónde dar de su Agua.
¿Cómo ves que tu cauce es tan grande y tan poderoso? Porque Dios lo hizo así.
Pero, si no lo llena Dios con su Agua, ese cauce no sirve de nada.
Dime: ¿qué vida es la que tú deseas, amada Marga, qué vida que no sea ésta de ser
Cauce para Dios?
Sabes que Dios hará por ti los grandes milagros que tú ni te atreves siquiera a pedir.
Jesús:
Amada, has de ir y decir a tu gente que se conviertan a Mí de sincero corazón. Has
de ir a decirles que no me bastan sus vanas obras que me ofrecen, como partículas
de su día, acordándose salteadamente de hacer una referencia a Mí. Lo quiero
TODO.
Amada: todas las obras que no me están teniendo a Mí como centro, Yo las voy a
hacer desaparecer. Para que sólo queden las Mías. Esto es así y esto va a pasar.
Confiad en que esto vendrá, en que llegará un día que vendrá.
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